La tormenta

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Mientras que caminaba por el infinito mar, pude observar el horizonte, pero, me di cuenta de que no se podía contemplar muy bien. Una gran tormenta lo tapaba. De repente, me entró un escalofrío, pero, lo más raro es que no tenía frío.

¡Tenía miedo!

A lo lejos, podía observar olas supeeeeeeer grandes y supongo que esas olas son fuertes no, lo siguiente.

¡Genial!😡

La tormenta se acercaba más y más. Lo malo, es que no podía volver a tierra ¿Por qué? Tengo 2 razones.

1° Ya habían pasado muchas horas desde que me marché y no llegaría a tiempo.

2° Sería muy arriesgado ir, porque parece ser que ahora soy suuper famosa y si vuelvo, ahí sí que me van a coger. (Pero famosa, famosa, la noticia se está propagando por todo el mundo).

¡Qué horror!

Ahora yo ya no tengo a Marina, ella era la optimista. Me alegraba cada vez que estaba estresada.
Sin darme cuenta, la tormenta ya estaba básicamente encima mía. Empezó a refrescar de repente, empezó a soplar viento que cada vez se hacía mucho más fuerte.
Al final hubo un momento en el que empezaron a haber olas, que esas olas se hacían cada vez más grandes.
Al final, sin darme cuenta, yo ya estaba en medio de una gran tormenta.

Mientras que intentaba mantenerme en pié, evitaba las olas, aunque era muy difícil. Lo raro es que no sentía frío, estaba empapada de los pies a la cabeza, pero no tenía frío. Cada ola que pasaba por encima, me parecía mucho más fuerte que la anterior.
Al final, me quedé sin fuerzas y me quedé arrodillada sobre el agua. Miré al cielo, por un momento pensaba que era mi fin, lo único que estaba deseando en ese momento es que parase la tormenta. Justo en ese momento una ola enorme se dirigía hacia mí, yo con la esperanza de que pasase algo puse la mano con el gesto de que parase y cuando iba a darme, no sentí nada. La ola se había partido en dos, por eso no llegó a darme. Me levanté y miré mi mano, lo único que me vino a la cabeza en ese momento, es que si he podido con esta ola, podré con las demás.

Miré al frente y corrí en dirección al final de aquella ruidosa tormenta, con la esperanza de que esto iba acabar.
Cada ola que se me pasaba por delante, yo la partía en dos sin ninguna dificultad, cada vez que lo hacía me parecía más divertido.
Incluso vi una de por lo menos 1000 metros (yo soy súper exagerada con estas cosas) que yo pasé por debajo suya y para escapar de sus garras la partí en dos.
Después de haber avanzado mucho, el viento era menos fuerte, ya no caían rayos, las olas ya no eran tan grandes y ya se podían ver algunos rayos del sol. Yo seguí avanzando para llegar al final de aquella tormenta...

10 minutos corriendo (andando) llegué al final de aquella tormenta, yo aliviada me tumbé sobre el agua y respiré hondo. Me quedé tumbada durante 20 minutos descansando.
Luego seguí con mi laargoooo viaje.

La aprendiz del aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora