De los cuatro que acompañaban a Nieves, uno de ellos llevaba una catana (espada china) en las manos. ¿Por qué? No tengo ni la más remota idea. Lo que sí que sabía es que estaban preparados para cualquier ataque.
De repente, una fila de hombres con pistolas ya cargadas nos amenazó.
HOMBRE:- ¡No os queremos hacer daño! ¡Salir de vuestro escondite y venir con nosotros!-
NIEVES:- Si no nos queréis hacer daño, ¿Por qué lleváis pistolas?-
Un silencio invadió el lugar después de que Nieves les preguntara.
HOMBRE:- Confiar en nosotros, no os vamos a hacer daño. Vamos, nosotros no os haremos daño.-
NIEVES:- No tenemos que confiar en vosotros, si no queremos.-
Uno de los hombres frunció el ceño y no parecía muy paciente.
HOMBRE (2):- Bueno, que no quieren ¿Sacamos la artillería pesada?-
HOMBRE (1):- Vale.-
Yo empecé a temblar tan sólo oír aquellas palabras.
¡Qué miedo!Uno de los hombres sacó una pistola y la cargó con dardos tranquilizantes. El hombre empezó a disparar y luego siguieron los demás.
De pronto, los niños que estaban a mi alrededor se movieron con mucha agilidad para poder esquivar los ataques. Aunque ellos también lucharon con el agua del suelo.NIÑA:- ¿Qué hacéis? ¡Volver inmediatamente!-
Ninguno de los niños dejó de luchar después de que la niña de 4 años gritara aquello.
A medida que pasaba el tiempo, cada vez, más niños se unían a la lucha. Cada vez más y más, hasta que todos menos la niña estaban luchando.
Pero, los hombres también tenían un as bajo la manga. Uno de ellos empezó a hablar con un wolki tolki, y después apareció un camión con más personas y más armas. Aquello empeoró la cosa, minutos después, los niños empezaron a caer.¡Pero, no os confundais! Empezamos a ser pocos porque los niños habían sufrido un disparo y se dormían por esos dardos.
Cada vez eramos menos, hasta que quedamos simplemente una chica de por lo menos 16 años, el niño de la espada, Nieves y yo.
La chica hizo un salto de 2 metros e hizo unos movimientos que al verlos me quedé atónita. Eran increíbles, en dos segundos podía tumbar a una docena de personas. Pero, todo lo malo se acaba. Mientras que lanzaba unas 10 bolas de agua en el aire, un hombre le disparó sin que ella se enterase. Finalmente ella cayó al suelo. La niña que nos avisó de que era una mala idea, fue a socorrerla y se la llevó a dentro de la cueva.
Sólo quedábamos Nieves, el niño de la espada y yo, frente a todo un ejército de hombres con metralletas que las sacaron justo a continuación después de haber disparado a aquella niña.
Nieves no se rindió después de todo y siguió, igualmente él niño siguió sin que nadie le parara.Yo tampoco me iba a parar y seguí luchando. Mientras que formaba un gran dragón de agua, uno de los hombres se fijó en que yo estaba ocupada y me apuntó con la pistola. Segundos después, él presionó el gatillo y salió un dardo de la pistola que se dirigía hacia mí. Pensaba que sería mi final, hasta que Nieves apareció de la nada y en vez de que el dardo me diese a mí, le dió a Nieves.
Al darle, ella cayó al suelo y me miró.
NIEVES:- Tú puedes sola, destruir a todo el que te amenace, yo ya he hecho demasiado, ahora es tu turno.-
Ella cerró los ojos y se quedó dormida en el duro y helado suelo. El niño que se dió cuenta de lo que había pasado, me pidió que me la llevara lo más rápido posible. Yo le hice caso y la dejé dentro de la cueva para que descansase.
Al salir, vi cómo el niño sufría también. Él cayó y fui a soccorrerle para ver qué le pasaba. Al llegar, vi que el la barriga tenía un dardo clavado.
NIÑO:- Lo dejo todo en tus manos.-
Sólo quedaba yo para acabar con esta incertidumbre. En ese momento,e invadió la ira. Me enfadé tantísimo que sin querer formé un tornado que levantó a todos los hombres del suelo y los lanzó por los aires. Por suerte, no murió ninguno, pero, daño, sí que se hicieron. Todos se retiraron después de haber presenciado aquello.
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La aprendiz del agua
FantasíaUna niña llamada Cristina, obtiene poderes y descubre que debe huir de su hogar para estar a salvo.