SHŌYO HINATA

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─No estés triste, ¿de acuerdo? Si algún día me voy, volveré... ¡Porque prometí quedarme a tu lado para siempre! ─la determinación y cariño iluminaban sus ojos café, ganándose una pequeña risa de la fémina mientras que ella secaba las lágrimas que yacían anteriormente en su rostro, empapándolo.

─Y si... En alguna ocasión soy yo quien se va, entonces cuando cumpla mis objetivos, finalmente regresaré para quedarme contigo durante el resto de mis días. ─tímidamente, tomó las manos del pelirrojo y entrelazó sus dedos con gentileza. Ambas miradas chocaron de manera dulce, y sus labios se unieron en un beso inexperto pero lleno de dulzura.

A veces era difícil creer que esa promesa finalmente se quebrantaría hasta hacer añicos el corazón de la chica, desesperada por buscar otra vez la presencia del hombre que tanto atesoraba. La calidez de Hinata se ausentó repentinamente, y cada día de lluvia parecía empeorar su estado emocional. Se volvió tan sensible, lejana a todas las personas que alguna vez la rodearon y siendo víctima de una inmensa depresión que la agarró cautiva luego del incidente de Shōyo.

Aquellas palabras seguían haciendo eco en su mente, y cuando imaginaba el alegre rostro del difunto muchacho, sus ojos se llenaban de lágrimas y creaba un océano con su propia tristeza. Desde el otro lado de su cama matrimonial, extendía su mano sobre la almohada que alguna vez le perteneció a su pareja, esperando a sentir esa felicidad que irradiaba.

Durante la última noche en su casa, solamente salió de su cuarto para buscar algo de comer tras no haber digerido alimentos en una semana completa. Sus orbes vacías recorrían cada rincón del hogar, inundandose en un sinfín de recuerdos preciosos que su mente continuaba guardando. Sonrió inconscientemente tras ver un marco con una foto de Hinata, y suspiró.
Recordó que se había molestado en fijarse si aún cabía comida con la que pudiera deshacerse del hambre, pero se vio cautivada aún por la figura de su amado.

Regresó con helado entre sus manos, acompañado de una cuchara. Si, puede que no esté en el mejor momento de su vida pero eso no quitaba el hecho de que siga deseando probar la dulzura de su postre favorito. Agradecía que siguiera en el mismo sitio donde lo dejó antes, aunque era obvio que estaría allí, pues solo ella habitaba en ese solitario lugar.
Observó a través de la ventana, como el cielo estaba cubierto de brillantes estrellas, y no evitó pensar que Hinata era parte de ellas. Posiblemente, él disfrutaba formar parte de un extenso y hermoso lugar como el cielo, donde las preocupaciones ni siquiera podían evitar que descansara en paz y tranquilidad.

Sorpresivamente un sonido provocó que se sobresaltara, volteándose enseguida para ver que demonios fue ese ruido. Dejó de sentirse asustada, pensando en que fue una tontería tomar una reacción como esa después de que un simple libro cayera al suelo. Iba a tomar nuevamente la cuchara, pero una mano ajena se lo impidió, acariciando de forma gentil su rostro. Quedó estética, quieta en su posición mientras sus ojos brillaban otra vez por la persona que se encontraba frente a ella. No tardó mucho en hacer que las saladas gotas se deslizaran por sus frías mejillas, apreciando como Shōyo la calmaba con solo un tacto de sus dedos.

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Perdone gente, es que ando triste y seguiré haciendo este tipo de escenarios hasta que se me pase. 🤧

Pero para calmar la tenacidad que yo misma cree con esta temática, les diré que próximamente haré escenarios u one shots de Kiyoomi Sakusa, ¿Por qué? Pues porque el nene merece mucho más amor del que le brindan en la actualidad. ✨

Solo deben tener paciencia, nada más. 😊

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⏰ Última actualización: Oct 28, 2020 ⏰

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