Es de mañana, temprano y frío como siempre, lo único realmente grato es poder despertar aunque sea una vez en paz y silencio total aunque claro eso no vaya a durar mucho mas pues hoy inician clases para variar.
Al incorporarme noto un paquete sobrepuesto en los pies de mi litera, es casi como un reglo y dentro lleva un hermoso uniforme azul obscuro con pantalón y chaqueta ajustados, creo que son a prueba de agua, además una pequeña camiseta que hace juego con un short de un material ligero pero térmico. Al parecer Fatima trata de darme una grata bienvenida, esa mujer es única.
Voy al comedor y veo todo tan vacío! Es como si se los hubieran raptado a todos. De pronto oigo unos pasos de tacón de mujer acercándose hacia mi, "Recordando viejos tiempos?", es Sara quien extrañamente se ve muy... Feliz?, "Ven conmigo te voy a llevar a conocer tus nuevas instalaciones" me toca el hombro y le sigo sin dudarlo pues aquí Todo parece un pueblo fantasma.
"Todo lo que conocías esta a punto de cambiar, ya conoces tu dormitorio y a tu mentora, ahora veras tu salón de prácticas, el gimnasio, el salón de clases, y el comedor" ahora recuerdo, allí solo comíamos el grupo fuego por eso la pared en llamas. Me lleva por una parte de la academia que nunca antes había visto y la verdad creo que voy a disfrutar realmente mi estadía aquí, todo es muy hermoso y brillante aunque no por eso menosprecie en lo absoluto al lado fuego pues en realidad ahora que lo veo todo allí era muy lindo y bélico lo cual es totalmente normal ya que son el grupo guerrero por naturaleza, y en batalla siempre son ellos la primera linea de defensa lo que indica una naturaleza devoradora y salvaje en sus miembros. A todo esto, para que tipo de batalla o guerra nos están preparando aquí? La verdad yo no veo una pelea a la cual asistir o alguna razón de peso por la cual pelear, lo que si comparto es el hecho de enseñarnos a controlar nuestras habilidades para evitar cualquier desastre ya que nuestra 'familia' se esparce al rededor del mundo.
Al terminar el tour Sara me ve con un toque de compasión y me pregunta si tengo hambre lo cual creí que es evidente gracias a mi estomago que no deja de gruñir, me lleva de vuelta al dormitorio y me deja una bandejilla con un desayuno de reyes, "Come despacio y te esperamos en una hora en el salón de bienvenida para que conozcas al resto de estudiantes de tu nuevo grupo así como a tus nuevos maestros" exhalo tranquila al ver que puedo disfrutar por una vez una comida en paz pero esta amabilidad no durará mucho, aun recuerdo que mi mamá me decía: "siempre antes de la tormenta, viene un viento se calma" y eso es justo lo que estoy por ver.