El Diario #7

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P.O.V. Garu

26 de Octubre

Es un hecho. Dada es un asesino (vaya sorpresa, ¿no?).

Jamás pensé que llegaría a esto, pero cada vez se confirma más y más.

Hoy me levanté particularmente temprano, ahora si tengo que hablar seriamente con Pucca y nada me va a distraer esta vez.

Toqué la puerta bastante fuerte hasta que uno de los chefs me abrió -Buenos días, maestro Ho ¿Está Pucca?- pregunté aparentemente nervioso.

-¡GARU! ¡¿Qué haces aquí?¡, no son ni las nueve- dijo el chef, claramente preocupado por mí.

-Tengo que hablar con Pucca, por favor. Es urgente- respondí.

Ho me invito a pasar, así que entre a la casa. Por lo que vi apenas estaban preparando el desayuno, los otros dos chefs también se encontraban ahí.

Ho llamó a Pucca avisándole de mi llegada. Pasaron varios segundos sin que ella bajara, por lo que la volvió a llamar. Pero no parecía haber respuesta alguna.

Los dos subimos las escaleras hasta llegar al tercer piso. Revisamos la habitación de Pucca, estaba completamente vacía. Por suerte, el chico castaño se encontraba saliendo de su habitación.

-Dandy ¿Has visto a Pucca?- pregunto el chef.

-¿No esta en su cuarto?- dijo.
-No- respondí.

Después de ese breve encuentro subimos una vez más hacía el ático.

Dada estaba saliendo recién de su habitación mientras se abrochaba el pantalón e intentaba arreglar un poco su largo cabello rubio.

-Dada ¿sabes donde está Pucca?- volvió a preguntar el chef.

-Esta aquí en mi cuarto- respondió el ojiazul.

Yo palidecí con esa respuesta, pero me esforcé por no hacer mi incomodidad visible.

-Estábamos hablando sobre algo ayer en la noche y se quedó dormida- se explicó.

Satisfecho con la respuesta, Ho bajo por las escaleras seguido por Dada. Yo me quedé ahí parado por un segundo, intentando procesar lo que había pasado. Sentí como el rubio me palmeó el hombro.

No pasa nada Garu, solo compartieron la cama, no pasó nada. Me decía a mi mismo para mantener la calma.

Luego me di cuenta de que Dada dejó la puerta entreabierta. Mi metiche interno esta vez fue más fuerte por lo que lentamente abrí esa puerta hasta que pude asomar mi cabeza en la habitación.

Pucca estaba sentada en un borde de la cama, sin ropa, buscando en el suelo algo con que vestirse.

Fue entonces cuando me golpeo la realización de lo que había pasado. E inmediatamente me fui corriendo a baño para vomitar.

Después de lavarme bajé hacía donde estaban los demás y me senté en un silla en uno de los rincones de la cocina a esperar a Pucca mientras evitaba a toda costa el contacto visual con Dada.

-Rubia- hablo el castaño.

-¿Ahora qué?-

-Tienes el cierre abajo- intentó susurrar.

Tras varios minutos de silencio incomodo Pucca por fin bajo. Vistiendo unos jeans desgastados y una camisa muy grande para ella.

-Buenos días-saludo a todos con esa amabilidad y ternura tan propias de ella. 

Una vez acabo de desayunar me fui con Pucca a una colina de césped algo alejada del resto de la aldea.

-¿Sobre que querías hablar?- preguntó Pucca.

Debido a la extraña mezcla de asco, confusión y miedo en mi cerebro estaba teniendo problemas para hablar claramente y Pucca lo notó.

Pucca… tú y Dada… ¿Exactamente qué son?- pregunte al fin.

-Bueno… yo… ¿Para que quieres saber?- se puso a la defensiva.

- Es solo una pregunta, no tienes que contestarme si no quieres-.

Pucca me miraba con una semi-sonrisa y claramente estaba aguantando una risa.

-Garu ¿Estás celoso?- me preguntó.

Yo no pude evitar ofenderme un poco. Yo ¿Celoso de Dada?. Pucca vio mi indignación y se empezó a reír.

-No tienes porque estar celoso, yo no puedo gustarle él es….- estaba a punto de decir algo pero se arrepintió al último momento, cubriendo su boca con su mano.

-¿Qué cosa?- pregunté.

-Siempre hemos sido cercanos, es como mi hermano… no tienes de que preocuparte- dijo para después levantarse e irse.

(Sí, como no. Y yo soy Chayanne)

Estoy mareqdo y muy confundido

[...]

Se reunieron en casa de Garu para discutir las posibilidades y presentar sus teorías. Después de varias horas discutiendo llegaron a un solo acuerdo: algo iba a pasar la noche de Halloween, y tenían que detenerlo.

Pero…

Mientras tanto se encontraban bebiendo y mirando viejas películas de terror juntos mientras Garu relataba su extraña experiencia mañanera.

-Oye Garu, me acabo de dar cuenta de algo- comento Abyo.

-¿Qué cosa?-.

-Eso significa que Pucca te engaño con..-

Antes de que pudiera acabar de hablar Garu le planto una bofetada.

El Demente De Sooga (Pucca)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora