El Diario (final)

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P.O.V. Garu

31 de Octubre (Jalogüin 🎃)

Es esta noche.

Pase lo que pase. Será esta noche
Abyo y yo nos preparamos por tres días enteros para hoy. Pero estoy pensando que tal vez no sea suficiente.

Pero no es momento de dudas y lamentos. Tengo que ser fuerte, por Pucca.

Por primera vez en casi una semana fuimos al restaurante. Casi no reconocí el lugar. Estaba decorado como una casa embrujada y el comedor parecía sacado de una película de vampiros (pero de las que dan miedo). Ching nos acompañaba.

El chico castaño nos atendió. Estaba vestido con un overol azul y botas de trabajo cafés. -¿Quién se supone que eres?- preguntó Ching.

-Michael Myers, ¿y ustedes?-

-Homero y Morticia- dijo refiriéndose a su disfraz en pareja.

Pucca había planeado que también nos disfrazáramos juntos, pero no pudimos ponernos de acuerdo.

Ordenamos y esperamos nuestra comida con normalidad. Entonces Pucca hizo su aparición. 

Llevaba una camisa casi blanca con un cuello peculiar, un chaleco, pantalones que combinaban con dicho chaleco y su largo abrigo negro. Estaba más pálida de lo usual y tenía su largo cabello negro suelto.

-¿Tu quién eres, Pucca?- preguntó Abyo.

-Un vampiro- respondió con una sonrisa, dejando ver sus grandes colmillos.

-dirás vampiresa- mencionó Ring-Ring.

-No-.

Por un momento olvidamos la razón por la que estábamos aquí, hasta que vimos a Dada.

Vestía con una larga túnica negra con unas mangas enormes, botas negras (con tacón, raro), un collar con pendiente de luna y un elaborado maquillaje en sus ojos. Además su cabello estaba increíblemente rizado (y limpio). Casi no lo reconocí.

Pucca soltó un pequeño grito de emoción y se lanzó a felicitarlo junto con el castaño.

Empezó a anochecer. Eran alrededor de las siete cuando notamos que esos tres ya no estaban.

Con cautela fuimos a la parte de atrás del restaurante. Cada uno se puso su abrigo y empezaron a caminar alejándose del restaurante.

Era hora de poner el plan en marcha.
Abyo seguía a Dandy y yo a Pucca y Dada. Fue fácil perderse entre la multitud de gente disfrazada, ni siquiera notaron que los seguíamos.

A las ocho llegaron a los muelles.

Los seguimos hasta lo que parecía una puerta trasera de un edificio.
Había muchas personas, también con maquillajes extravagantes y cubriendo sus vestimentas con abrigos negros esperando afuera.

Esos tres ni siquiera tuvieron que hacer fila para entrar.

El micrófono que habíamos puesto en el abrigo de Pucca dejó de sonar, y yo supuse lo peor.

De seguro ahí dentro tenían una orgía con demonios después de un sacrifico humano.

Esperamos varios minutos hasta que el guardia que cuidaba la entrada se descuidó y nosotros aprovechamos para entrar y encontrarnos con….

¿Música disco?....

[...]

"¿Qué clase de culto satánico es este?" Se preguntaban los chicos mientras admiraban el lugar.

No había ninguna mesa de sacrificios, un coro macabro, demonios y ninguna orgía.

En su lugar había música de Culture Club a todo volumen, una pista de baile llena de gente bailando, luces de todos los colores del arcoíris  y una barra donde cierto rubio ahogaba sus penas con alcohol mientras su amigo castaño lo consolaba.

Encontraron a Pucca en la pista, bailando con otra chica. De echo, notaron que todas las chicas bailaban con otras chicas, y los chicos con chicos.

Se acercaron a Dada, quién lloraba aferrado a una botella mientras Dandy le palmeaba la espalda a modo de consolación.

-¿Y a el qué le ocurre?- preguntó Abyo.

- ¿Quieren la versión larga o la corta?- dijo Dandy.

-La larga- respondió Garu.

-Verán… Hace seis meses conoció a un tipo en la….- empezó a narrar.

-Cambié de opinión, la corta- interrumpió el moreno.

-Lo dejó su novio a inicios de mes y por eso esta así- finalmente dijo.

Vaya, eso explica muchas cosas” pensaron ambos chicos. Fue ahí cuando conectaron su actitud extraña y a la defensiva, el porqué Pucca se sentía tan cómoda con él y la razón por la que prefería mantener ciertas cosas en secreto.

-¿Cómo pudo hacerme esto? ¡Se lo di todo! ¡Era medio virgen cuando lo conocí!- expresó el rubio con la voz quebrada.

-Exceso de información, Dada- Dandy lo detuvo.

-Oye, Dandy ¿Tu también eres….?- preguntó Abyo.

-No lo soy, solo vengo para cuidar que este idiota no se mate… Y porque siempre me compran bebidas, así que bebo gratis- respondió apuntando al otro lado de la barra.

Decidieron quedarse por un rato, las Drag Queens del lugar eran muy divertidas y la música era bastante agradable.

-Pucca, tenemos que irno…-avisó Dada antes de encontrarse con una vista… comprometedora.

Pucca estaba sentada muy cómodamente en el regazo de un chica mayor.

El rubio palmeó el hombro de Garu antes de salir -Creo que tienes más competencia de la que esperabas-. Garu en realidad no sabía como reaccionar.

-¡Ay, estos bisexuales!- Alcanzó a escucharlo gritar.

[...]

Entramos a un antro gay.

El Demente De Sooga (Pucca)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora