Hasta la muerte Crow x Poco

No es fácil romper un Corazón

Notificación tras notificación llegaba a los oídos de la pelinegra, que ignoraba el timbre de su celular, alrededor de media hora después un hermoso silencio inundó su cuarto. No era la primera vez que sucedía, conocía a su novio, sabía que se había convertido en el tercer integrante de la hermosa amistad que tenía Poco y Shelly, y la verdad no le importaba. Pero aún así le dolía que se olvidaba de ella, era su mejor amiga, tal vez no quería al cuervo como algo más, pero no le quedaba de otra.

Algo que era más que evidente era el lapso de tiempo en el que recibía esos mensajes y llamadas, de dos horas, a una y media, luego una sola hora, y por último, una media hora simplemente.

Bull estaba bastante molesto con el cuervo, pues su hermana menor no paraba de quejarse de su novio, y el sabía perfectamente que la mayor parte del día la pasaría con el esqueleto y la ex-vandida. El mismísimo Crow había pedido permiso con el mayor de los hermanos para salir con la menor, y mira dónde estaba, vagando con un muerto y una chica ajena a su hermana.

Sin embargo aunque Bibi se quejara una y otra vez, no era específicamente por qué no lo viera o no tomara un tiempo con ella, era por qué sabía que esa noche los mensajes llegarían, y agradecía que el emplumado dejara esa costumbre poco a poco.

Cuando paraba de sonar su mensaje sabía que el cuervo había decidido dormir, Y unos minutos después ella revisaría cada uno de ellos, y al igual que el tiempo la redacción de las historias habían cambiado, de disculparse, a excusarse y por último contar lo que le había sucedido en el día. Sabía que la había dejado de lado pero que se mentía a el mismo, sabía que se había enamorado de alguien más, pero quería mantener su carácter rudo como Bull o ella y no quería admitir que se había enamorado de la ayudante del sheriff.

¿Por qué no?, Veía muy lejano que se enamorara del esqueleto, pues Crow era una persona homofóbica, y sin interés alguno por un hombre, además todos sabían algunas cosas que pasaron de oído a oído gracias al primo, una historia muy extraña y dura que ni el mismo poco sabía sobre el. Aquella historia que el Primo quería mantener lo más lejos del pequeño de su amigo, pero que sin embargo se volvió un chisme muy popular, apenas salió a la luz, el luchador amenazó a cada uno de los brawlers para que no llegara al mariachi.

Y aunque Bibi pensara una y otra vez en aquello, se sintió confundida, pues sabía perfectamente que su novio se había enamorado, pero la duda seguía existiendo ante a quien, y aunque su mente insistía en la vaquera algo no cuadraba. Leyó cada uno de los mensajes del cuervo, desde la primera vez que los mando, miro la fecha y hora, hace cinco meses.

"Perdoname", "No me di cuenta de la hora", "No era mi intención" o "Lo siento" estaban plasmados en la pantalla del celular, aquel día mando alrededor de 500 mensajes, suspiro al pasar de largo, pues la mayoría de aquellos días mandaba mensajes parecidos y uno que otro "Te amo" con corazones.

De esos mensajes culposos pasaron a "Salí con mis amigos", "¿Como estás?", "¿Ocupada?", "Mañana te compensaré con una cita", una risa burlona se dibujo en sus labios, aquellas citas que prometió y que nunca se hicieron realidad, bueno más que un par, pero la mayoría de estás quedaban en segundo plano ante las propuestas del dúo de amigos más conocido entre los brawlers.

Las historias eran su parte favorita, por lo único que se desvelaba para leer los mensajes de su pareja. Por qué sabía que sonreía mientras los escribía, sabía que adoraba las tonterías, bromas, ocurrencias y la voz de su mejor amigo... Su mejor amigo, algo dentro de ella comenzó a dudar de las preferencias de su novio.

Leyó detenidamente cada mensaje y en la mayoría evitaba mencionar a Shelly, simple era "Poco hizo", "A Poco se le ocurrió", "Poco canto", "Poco", "Poco" y "Poco". No podía ser, su pareja nunca se enamoraría de aquel esqueleto... Ambos fueron hombres la mayor parte de su vida, cada uno sabía que debían amar una mujer, y no sederían ante el dominio del otro... Poco... Es tan pequeño, indefenso, tierno, débil, amoroso... Cualidades que no muchos hombres tenían.