01

629 67 12
                                    

¿Alguien más odia los lunes?

No era muy aplicado en la universidad, pero mantenía mi promedio. Podría estudiar y hacer tareas todo el día, pero de eso a levantarme temprano casi todos los días había un paso enorme que diferenciaba la relación de amor-odio que llevaba con mi carrera.

Pero este lunes era diferente. Los señores Jeon me matricularon en una de las universidades más prestigiosas del país, y a ningún costo, al contrario, iba ganando dinero.

¿Para qué?

Bueno, mi misión en la Tierra era enmendar el camino de Jeon Taehyung, y los padres de éste no consentían en que el chico fuera a una universidad pública, o al menos un poco menos cara.

Ni que se le fuera a pegar alguna enfermedad, ugh.

El caso es que ahora me encontraba perdido, mirando los largos e interminables pasillos de la enorme universidad, con estudiantes mirándome de reojo por mi forma de estar o de vestir.

Admitamos que era un pijo de primeras y que me gustaba llevar ropa de marca, pero aún así se me hacía notar con la cantidad de Gucci y Louis Vuitton que merodeaban a mi alrededor.

No es una pasarela de moda, no sé si se dieron cuenta.

¿Sería difícil tratar con Taehyung?

Porque si bien recuerdo, ya había empezado con mal pie con su hermano, pero omitamos eso.

Colocaba bien mi maleta sobre mis hombros cuando Jeon Jungkook aparecía por las escaleras al final del pasillo. Pensaba que no se fijaría en mí, sería raro cuando me afirmó que no me había visto nunca y luego verme en mi misma universidad. Iba acompañado de otro chico, alto y elegante, mientras hablaban entre ellos como si hablaran entre dos presidentes. El nivel de respeto y educación aquí podía llegar a ser agobiante. No obstante, cuando pensaba que pasaría de largo cuando pasó por mi lado, hizo una pequeña reverancia ante mí y me miró para seguir su camino.

¿Qué había sido aquello?

Bufé apartando la mirada de él y me adentré al salón donde daría mis primeras clases. El profesor llegó poco tiempo después con el mismo porte elegante que sus alumnos y dejó los libros que cargaba sobre la mesa. No fue hasta diez minutos más tarde, que un chico interrumpió la clase agitado y sonriente.

Un completo desastre en comparación de los demás.

Un arcoíris en un mundo a escala de grises.

— Disculpe, profesor. —habló sin quitar su sonrisa— Se me olvidó el libro y tuve que volver a casa.

Sin esperar una llamada de atención o algo por el estilo, entró y paseó por el aula hasta que sus ojos cayeron en los míos. Me inspeccionó con la mirada y luego se acercó a sentarse en la mesa a mi lado.

Ese chico era más parecido a mí que todos los demás eclesiásticos.

Su aura alegre, soberana y cálida caía mal entre los alumnos, y lo comprobé cuando varios bufaron o miraron a otro lado mientras él entraba. Sin embargo, el chico no apartaba la sonrisa de su boca.

Era alguien extraordinario en medio de todo este caos.

— ¿Eres nuevo? —preguntó cuando se acercó a mí. Asentí intimidado ante su presencia y me sonrió— Se nota, ya sabes, miras alrededor y todos son unos amargados sin ganas de vivir, en cambio, tu desprendes vida.

— Gracias. —sonreí— Es un honor escuchar las primeras palabras de alguien aquí y que sean tan satisfactorias.

— Tú sabes en el rollo en el que estamos, considérate mi amigo en este maldito instante.

Reí ante su comentario y él empezó a abrir los cuadernos cuando ya toda la clase había empezado a copiar. El profesor miró al chico de mi lado y frunció el ceño.

— Señorito Jeon, le ruego disciplina y respeto. —habló— No interrumpa mi clase y mucho menos moleste a su nuevo compañero con su labia.

— No se preocupe, profe, la estamos pasando bien ambos. —habló en respuesta, el profesor se giró para presentar en la pizarra dando una mirada de advertencia. Él se giró a mí— ¿Ves? Todos aquí son unos jodidos amargados.

— Tienes toda la razón. —admití asintiendo— Soy Park Jimin.

— Bonito nombre. —alaga— Mi nombre es Jeon Taehyung, pero puedes llamarme Tae, no me molestaría.

¿Jeon Taehyung?

Vine buscando cobre y encontré oro.

Pero... ¿cómo podían pensar los señores Jeon que cambiaría a tal magnífico chico?

Ojalá y se me contagie esa buena energía que desprende a mí.

————— ♛ —————

Taehyung realmente era un chico espléndido, diría que el chico perfecto. Era alegre, sonriente, soñador y divertido. No tenía problemas de confianza, inseguridad y mucho menos timidez.

En todo momento estuvo al tanto de que mi primer día en este lugar fuera el mejor de todos mis tiempos, llevándome a observar todas las aulas y riendo por los pasillos ante la mirada de los demás chicos. Sinceramente, si en un fututo decide perdonarme por romperle el corazón, sin duda sería uno de mis mejores amigos.

— ¿Tienes algo que hacer hoy, Jimin? —niego— ¡Genial! Ven conmigo a mi casa y podré mostrarte como llevamos las clases, también hacer las tareas.

— Oh... eso sería..

— Genial. —termina por mí— Así podemos entrar en confianza.

Claro, eso es, llévame a tu terreno.

— Empiezo a pedirte disculpas si mis padres son algo raros, eso también incluye a mi hermano.

— ¿Tienes un hermano? —pregunto interesado, como si no la hubiera fastidiado antes con él.

— Eso es, pero no me mires así. —ríe— Dudo que llegue a interesarse alguna vez por un hombre.

— Solo pregunté y ya me tachaste de homosexual. —hablé bufando y fingiendo estar ofendido. Él me miró con el rostro serio.

— Lo siento, no quise incomodarte. —sonrió algo incómodo— Maldito radar gay, siempre me falla.

En ese instante no aguanté las carcajadas y él también sonrió sin entender.

— No te preocupes, esta vez funcionó. —admití.

— De todas formas no creo que tengas oportunidad con él. —hizo una mueca— Él es tan serio y tan arrogante.

— Cada persona es distinta, Taehyung, déjalo ser. —le miré mientras salíamos de la universidad— Sin embargo... ¿cuánto apuestas a que cae rendido ante el efecto Park?

Taehyung rió escandalosamente y yo negué sin remediarlo.

— Ni creas que me enredaré con un heterosexual.

— ¿A tus padres no les molestará que vengas conmigo? —preguntó, miré al suelo y negué— Deberías noticiarles al menos de que estarás con un amigo.

— Uhm, no lo creo. —negué de nuevo— No tengo padres, yo me mantengo solito.

Taehyung abrió y cerró su boca unos segundos y luego sonreí tranquilizándole.

— No te preocupes, a penas los recuerdo. —sujeté su mano— Ahora... ¿tienes algún lugar donde llevarme?

Filter ➶︎ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora