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Cuando Jungkook subió las escaleras en busca del rubio y entró al baño, Jimin se giró frente a él y le empujó, golpeándolo en el pecho.

— ¿Qué mierda crees que haces? —Exclamó furioso sin dejar de golpearle. Jungkook carcajeó apoyándose en la puerta—. ¡No te rías, maldición!

— Sh... —Siseó llevando su dedo índice a sus labios—. Estás muy histérico y no te he hecho nada malo.

— ¿Provocarme una erección frente a tus padres por debajo de la mesa de la comida no es malo, Jungkook?

Jeon negó.

— Es divertido. —Se encogió de hombros.

— ¿Crees que para mí es divertido salir con una jodida erección en mis pantalones ahora?

Jungkook tomó su antebrazo y lo volteó, pegándolo a él a la puerta y disminuyendo la distancia entre sus cuerpos.

— Si piensas decirme eso como una indirecta para que te ayude con ella... —Le miró a los ojos relamiendo sus labios—. ...déjame decirte que ha funcionado.

Jimin no tuvo tiempo de exclamar algo más cuando Jungkook devoró sus labios como si horas antes no se hubieran desgastado y perdido en el otro en su propio apartamento. Sollozó cuando entre medio del beso, Jeon bajó su mano para tocar superficialmente sobre la tela la erección del mayor y frotarla con su palma.

— ¿Necesitas ayuda con eso? —Preguntó burlón sobre sus labios. Jimin asintió perdido en los vaivenes de su mano—. Solo tienes que pedirlo, nene.

Tragó saliva y jadeó.

— Ayúdame con ella. —Murmuró extasiado. Jungkook alzó una ceja—. Por favor.

El menor tomó su mano y lo guió hasta el mueble que sostenía el espejo, bajó sus pantalones y su ropa interior de un tirón y lo alzó por sus muslos para sentarlo en aquel mueble de mármol.

— Sujétate bien, no te caigas. —Avisó.

Segundos después, ya estaba arrodillado frente a la erección del rubio mientras la mantenía entre sus dedos y jugaba con la cordura de éste último. Masajeaba desde el tronco hasta la punta, parando en el glande y apretando sus dedos haciendo que el rubio encorvara su espalda y gimiera agudamente a la vez que se sostenía de sus oscuros cabellos y tiraba de ellos.

— Demonios... —Jadeó, respirando agitado.

Jungkook sonrió de lado para segundos después meter finalmente la punta en su boca, succionándola sin pudor y ahuecando sus mejillas para mayor roce. Jimin era un total desastre de jadeos y gemidos que salían de sus entre abiertos labios, sollozando de placer y acariciando su cabeza y rostro animándolo a seguir.

Pronto, toda su extensión se encontraba siendo mimada por la boca del menor, quien lamía cada parte de ella y más tarde la engullía por completo, como un jodido experto. Estaba al límite con unas simples succiones, no se conocía en esos momentos, pero tampoco le importó demasiado. Se agarró de los hombros de Jungkook y éste le dejó que embistiera su boca a su antojo, ahogándose cada cierto tiempo pero reteniendo las ganas de dejar de hacer aquello.

Tras unas cuantas embestidas más donde esos deliciosos labios succionaban con ahínco cada vez que podían su glande, Jimin tembló extasiado y apretó sus hombros.

— J-jungkook... —Avisó—. M-me voy a c-correr...

El nombrado siguió chupando sin detenerse, importándole poco que Jimin culminara su orgasmo en su boca. Y eso hizo segundos después. Terminó en la boca del más joven con un sollozo desgarrador y tapó su propia boca con su antebrazo para no gemir demasiado alto.

— M-maldición... —Respiró con dificultad. Jungkook subió hasta él con una sonrisa orgullosa y besó sus labios castamente un par de veces.

— ¿Qué tal? ¿Te sirvió mi ayuda? —Preguntó burlón.

Park no contestó, lo llevó de nuevo a sus labios y fundió los de ambos en un beso lento h cansado por su parte. Jungkook sujetó su cintura mientras se adentraba entre sus piernas para mejor comodidad. Las lenguas no tardaron en aparecer y las succiones tampoco. Entonces, un llamado en la puerta les hizo separar.

— ¿Jimin? ¿Jungkook? ¿Estáis bien? —Preguntó Taehyung del otro lado.

— Vístete. —Ordenó el menor mientras le ayudaba a bajar y recoger todo un poco.

Cortó un trozo de papel y lo extendió en su muñeca, sacó también la botella de alcohol para heridas.

— Si, Taehyung. —Vociferó, cuando Jimin estuvo vestido y medianamente normal, abrió—. Jimin se ha cortado con una de mis cuchillas al buscar... no sé lo que buscaba.

— ¿Qué buscabas? —Preguntó el otro.

Jimin peinó sus cabellos hacia atrás y suspiró.

— Me encontraba mareado. —Mintió—. Me eché agua en el rostro y traté de buscar algunos caramelos de menta por los cajones pero no los encontré y terminé cortándome con las cuchillas.

Taehyung boqueó y se acercó a él para abrazarlo.

— Pobrecito. —Murmuró—. ¿Te estaba curando Jungkook? —El mencionado asintió—. ¡Debes tener más cuidado con la herida, desde el pasillo de abajo se escuchaban los jadeos de dolor de Jimin!

Jungkook rió mirando a Jimin, éste se sonrojó instantáneamente.

— Si, de dolor.

— Bueno, mamá y papá quieren que bajen para que terminen de comer. —Avisó con una mueca en sus labios—. No me deja probar bocado hasta que se sienten todos en la mesa, así que bajen ya.

— Lo siento. —Se lamentó Jimin riendo.

Cuando Taehyung salió del baño, Jungkook se acercó de nuevo y rozó su pulgar con el labio inferior del rubio, limpiando la saliva restante que seguía ahí del beso anterior.

— Cualquiera diría que te has estado besando con alguien más en los baños. —Habló divertido.

Jimin golpeó su hombro saliendo del baño y él le siguió para devolverle el golpe en una nalgada. Taehyung se giró de inmediato viendo a Park con el ceño fruncido y su mano en alto.

— ¿Le estabas pegando a mi hermano? —Preguntó confundido a la vez que reía—. Pensaba que se caían mal, ustedes son raros.

Y la mirada que Jimin le dio a Jungkook tras eso le hizo temblar.

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