Lunes

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Los primeros rayos de sol del día alcanzaban a atravesar la ventana de la habitación de Joohyun. Ese hecho ocasionó que su ensoñación llegara a su fin, y con los nudillos de sus manos se talló los ojos para finalmente despertar.

Aquel día era lunes, lo que quería decir que como otros días debía estar a la hora estimada dentro de la casa de su jefa para comenzar a trabajar. Joohyun tenía al menos un año viviendo en un pequeño cuarto que le proveía su jefa. Su jefa la señorita Kang a quien debía atender y proveer cuidado a su casa.

Se apresuró a tomar una ducha y alistarse, encargándose de aplicar loción y crema a su cuerpo así como de escoger unas prendas pulcras. Una blusa de algodón de cuello ajustada y una falda larga de color beige que llegaba hasta por debajo de sus rodillas. Luego se colocó unas zapatillas negras planas sin tacón alguno.

La señorita Kang era muy demandante en cuanto a las prendas que debía vestir dentro de su casa, y también con el hecho de que Joohyun se atreviera a utilizar tacones. No le gustaba el sonido que hacían, decía.

Por último, arregló su cabello en una coleta con un listón café, en forma de un pequeño moño. Una vez satisfecha con su reflejo en el espejo, salió de su habitación y cruzó el pequeño pasillo hasta llegar a la otra puerta y abrirla, ingresando a la casa de la señorita Kang.

La casa de la señorita Kang era muy espaciosa para ser utilizada solamente por una persona. Tenía al menos dos habitaciones de invitados muy amplias, y ni hablar de la habitación principal que pertenecía a la señorita Kang. Era el doble de espaciosa que una habitación para invitados. La cocina era también muy grande. La sala principal era el lugar más amplio de toda la casa y estaba muy bien adornada con muebles modernos distribuidos por toda la habitación. Relojes, floreros, televisión y cuadros artísticos complementaban el lugar. Además gran parte de la casa tenía grandes ventanales que permitían el paso de la luz, logrando una armonía que a Joohyun le gustaba de dicho lugar.

La señorita Kang era una artista y pintora reconocida, fácilmente su hogar podría ser comparado con una exhibición de arte.

—Te has despertado tarde.

Joohyun vislumbró en el marco de la puerta de la cocina a la señorita Kang. La más joven portaba su pijama de seda de azul marino y su cabello despeinado caía sobre sus hombros.

—Lo lamento, señorita Kang. Ayer me desvelé sin pensarlo mucho.

La señorita Kang la miró con la misma expresión vacía y seria. Joohyun no hizo más que esconder su mirada encargándose de preparar con más rapidez el desayuno de su jefa.

—Que no vuelva a pasar.

—De acuerdo, señorita Kang.

—Espero mi desayuno en la cama—Dijo la más joven antes de darle la espalda y dirigirse nuevamente a su habitación.

—Así será, señorita Kang.

Joohyun terminó de preparar el desayuno de su jefa. La señorita Kang era una mujer de mundo y la especialidad de su desayuno debía ser un desayuno continental o nada. De tal modo que la bandeja de desayuno que portaba Joohyun contenía tostadas con mantequilla y mermelada de zarzamora, fruta y un vaso lleno de zumo de naranja.

Joohyun ingresó en la habitación de la señorita Kang quien yacía en su cama cómodamente leyendo un libro. Si algo le parecía atractivo a Joohyun de su jefa era cuando portaba aquellas gafas de lectura.

Joohyun alcanzó a arrastrar la pequeña mesita para colocar la bandeja de desayuno ahí y luego acercarla a la cama de la señorita Kang.

—Su desayuno, señorita Kang.

—Gracias Joohyun.

Joohyun sabía de antemano que si su jefa no le daba la orden de retirarse de la habitación, debía quedar a la expectativa y contemplarla en silencio. Seulgi se retiró sus gafas dejándola sobre la mesita de noche y procedió a comer en silencio.

Joohyun solo podía mirar en silencio cómo su jefa degustaba su desayuno. Cómo se relamía los labios para limpiar la mermelada de zarzamora que quedaba en ellos, cómo su cuello se estiraba cada que ingería el zumo de naranja.

Desde luego, Seulgi parecía no estar consciente de su presencia con lo satisfecha que estaba con su desayuno.

Sin embargo, bastaron unos minutos después para que la señorita Kang dirigiera su atención a ella. Joohyun tragó saliva cuando la observó devorar el durazno en sus manos, cómo sus labios se encargaban de succionar el jugo proveniente de la fruta, cómo lo chupaba y luego lo mordía con una sonrisa.

La señorita Kang estaba más que feliz de ver a la señorita Bae temblar de sus rodillas.

—He acabado. Puedes llevarte la bandeja.

Joohyun asintió e hizo una reverencia antes de retirarse con la bandeja en sus manos.

—Joohyun, por cierto.

La menor regresó sobre sus talones cuando su jefa la llamó.

—¿Sí?

—No se te olvide poner a llenar la tina con agua caliente. Hoy tengo trabajo qué hacer.

—Entendido, señorita Kang.

Una media hora después de que Joohyun se encargó de tomar su desayuno, llenar la tina de baño con agua caliente y burbujas para la señorita Kang, tuvo que prestarse a servirle a su jefa. Las horas de baño eran bastante importantes para la señorita Kang porque era el lugar y el tiempo en que podía sentirse plenamente relajada, y Joohyun como su fiel servidora, tenía que encargarse de hacerle pasar un buen momento a la señorita Kang.

Joohyun tallaba suavemente las piernas de su jefa con la esponja de baño empapada de espuma, luego procedió a hacer lo mismo con sus rodillas y eventualmente con sus pies. La parte favorita de Joohyun era masajear el cuero cabelludo de su jefa porque generalmente era donde podía hacerla sentir bastante bien.

—Oh, Jesús... Qué delicioso se siente eso, Joohyun.

—Me alegra que le guste, señorita Kang.

Joohyun luego pasó la esponja a su cuello, en sus axilas, sobre su pecho, vientre y brazos. Posteriormente, dejó que la señorita Kang se enjuagara luego de que le indicara que había hecho, nuevamente, un buen trabajo.

—Te puedes retirar. Solo deja mi ropa en la cama.

—Entendido, señorita Kang.

La rutina de Joohyun de todos los días consistía en alimentar a la señorita Kang, bañar a la señorita Kang, asegurarse de tener lista y planchar la ropa de la señorita Kang, limpiar y mantener pulcro el hogar de la señorita Kang, mantener satisfecha a la señorita Kang.

A excepción de los sábados y los domingos porque era el día libre para ellas.

Y en realidad el fin de semana eran días en donde Joohyun se podía sentir más ella, fuera de su molde.

Pero entre semana...

Entre semana disfrutaba de atender a la señorita Kang. Vivía por la señorita Kang y estaba feliz de satisfacer a la señorita Kang.

Y de satisfacerse a sí misma.

𝐎𝐁𝐄𝐃𝐈𝐄𝐍𝐂𝐄 [𝟣𝟪+]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora