Aziraphle sabía porque sin falta todas las noches su pareja salía y subía al techo de la cabaña para quedarse allí varías horas. Una ocasión por mera curiosidad, sin ningún tipo de afán, por invadir la privacidad del demonio, el ángel subió al techo a escondidas tomando la forma de una lechuza blanca, y miró con cierto anhelo al cielo nocturno.
Aunque Crowley, no se lo dijera el ángel tenía conocimiento de que el demonio extrañaba poder crear o por lo menos volver a sentir las estrellas, porque si bien Crowley no recordaba su tiempo como un ángel de Dios si recordaba su amor incondicional por el cosmos.
Por eso, hoy, cuando llegó la noche y el pelirrojo le dijo que subiría al techo y que vería en la mañana Aziaphale se animó a preguntar.
– Querido...–. Dijo con cierto nerviosismo.
– ¿Pasa algo Ángel? –preguntó el pelirrojo.
– Yo ¿puedo acompañarte hoy arriba?
Ante el silencio del contrario el ángel prosiguió.
–El otro día leí un libro sobre las estrellas y me gustaría comprobar cierta información, pero si no quieres, yo...–comenzó a excusarse con pena.
–Está bien Ángel, sube. – dijo el pelirrojo interrumpiendo el penoso intento de mentira que trabada de hacer el otro. – vamos te presentare el cielo.
La sonrisa galante de Crowley hizo que Aziraphale tomara un color rojo por todas las emociones que sentía en ese momento.
Momentos más tarde Crowley le explicada al ángel sobre lasconstelaciones, señalando al cielo con una devoción que lo hizo enamorarse denuevo de él.
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Los días de aquellos ineffables
Fiksi PenggemarAclaración: Good Omens y sus personajes son propiedad de Terry Pratchett y Neil Gaiman, la razón de realizar estos one-shots son por pasatiempo y sin ningún animo de lucro. Desafío del mes de octubre, objetivo subir 31 one shots, en mi caso de los...