Capítulo 1

465 31 9
                                    

—¿Estás preocupada porque ella está emocionada? —preguntó una azabache de ojos oscuros a una peliplata de ojos marrón rojizo.

—Es una idiota —respondió la que fue cuestionada—. Vive para complacer a Krista aun cuando ella no ha hecho nada por nosotras.

—Ella les dio la vida, Beka —recordó la azabache y la mencionada suspiró.

—Y solo por eso cree que tiene derecho a obligarnos a hacer lo que no queremos.

—Tú no lo quieres, Beha se ve emocionada con la idea.

—Pues no lo entiendo. ¿Qué de emocionante tiene el tener que seducir a un desconocido para abandonarlo cuando estemos embarazadas? Es una idiotez, la odio y no la acepto. ¿Tú estás bien con esto, Chika?

—Para esto nacimos, ¿qué caso tiene estar en desacuerdo? —preguntó la azabache—. Y tampoco es como que pudiéramos hacer algo al respecto. Huir es morir. Lo sabes, ¿no?

—No, no lo sé. De hecho, creo que eso es tan solo un cuento para asustarnos... aunque lo cierto es que Krista da bastante miedo molesta. He intentado negociar con ella, al final salí corriendo sin siquiera obtener una palabra de ella. No puedo creer que sea capaz de llenarme de pánico con solo una mirada.

—Es la líder. Si no fuera por ese tipo de habilidades, no estaría en el sitio donde está.

—Es una mierda. Todo esto lo es.

—Esto es lo que somos—dijo la chica N a la chica H—, deberías resignarte y ser algo positiva al respecto. Quien sabe, tal vez no sea tan malo... Por cierto, tenemos todo listo para su fiesta de mayoría de edad.

—¿Fiesta?... Se emocionan como si ser mayor de edad fuera bueno. Eso solo asegura que estoy lista para la maldita misión. Te juro que no estoy para nada emocionada con la idea de ir a por el chico Uchiha, mucho menos cuando Beha irá a una aldea tan lejana a la que iré yo.

—Le dieron al Kazekage, ¿cierto? —preguntó Chika solo por preguntar—. La líder es demasiado parcial. Les dio los chicos guapos a ustedes. Se asegura de que su descendencia sea completamente hermosa. A mí me tocó el feo hermano del Kazekage.

Ante tales palabras ambas chicas terminaron sonriendo.

—Te lo cambiaría si no fuera feo —dijo la peliplata y ambas volvieron a reír.

—Tranquila, iré a Suna Gakure también, así que le echaré un ojo a Beha y te avisaré de cualquier cosa.

—Maldición —farfulló Beka—, si tan solo ella no estuviera enferma.

La preocupación de Beka H era real, y era estremecedora. Beha siempre había sido débil, incontables veces estuvo a punto de morir por cosas nimias, y ahora iría sola a una aldea desconocida. Porque, aunque Chika N también estaba destinada para esa aldea, ella iría hasta algunos meses después.


* *


—¿Estás segura de esto? —preguntó Beka a su hermana gemela—, yo podría ir a ambos sitios, seguro me las arreglo para tener un hijo de cada uno.

Beha sonrió agradecida de las intenciones de su hermana, entendía su preocupación, y de hecho estaba un poco temerosa de como fueran a salir las cosas. Pero quería cumplir su misión, después de todo, para eso había nacido.

—Voy a estar bien —dijo la otra peliplata con una sonrisa—, voy a esforzarme.

—Y luego va a darte fiebre... ¡Maldita sea! ¿Por qué rayos eres tan testaruda? Si solo le dijeras a Krista que no quieres hacerlo estoy segura que te relevaría de la misión. Antes, cuando lo sugerí, preguntó si tú lo habías pedido, cuando dije que no casi me mata con los ojos.

—Beka, quiero hacer esto. De verdad quiero.

—¿Por qué?

—Porque nunca he hecho nada. Toda mi vida ha sido estar encerrada aquí, a veces enferma, a veces muriendo. Pero mamá dijo que esta es la misión para la que llegué tan lejos. Me esforcé y sobreviví para esto. Quiero hacerlo.

—Dios. ¿Por qué eres tan idiota? Porque, en mi opinión, solo una idiota se esfuerza tanto por terminar siendo madre soltera.

Beha sonrió pacíficamente y Beka suspiró rindiéndose. Ella, como su madre, no podía negarle nada a esa chica testaruda y hermosa.

» Rezaré porque te embaraces a la primera.

—Qué malvada. Me quiero divertir, ¿sabes?

—Pero yo te quiero viva —dijo Beka comenzando a llorar—. Y no eres tan fuerte como yo quisiera.

Beha abrazó a su hermana. También le asustaba la posibilidad, pero con gusto daría su vida si podía dejar un registro de que vivió.

—Quien sabe —dijo Beha al oído de su hermana—, tal vez soy más fuerte de lo que todos pensamos.

—Ojalá así sea —murmuró Beka entre lágrimas, pues ambas sabían que ni esa frase consuela tontos servía para darles ánimos.


* *


—¡Felices veintes!—gritaron un grupo de mujeres que acompañaban a las gemelas H en esa mini fiesta de cumpleaños.

Beha agradeció con una enorme sonrisa y sopló las velas del pastel. Beka miró mal a su madre y suspiró al ver que nada ganaba con enojarse.

—Disfruten la fiesta—dijo la pelirroja abrazando a Beha, terminando por besar su frente—, debo ir atrabajar —informó excusando su salida del lugar que hizo luego de mirar con desapruebo a su otra hija.

A pesar de que todas le llamaban "Madre" o "Líder", Krista solo había dado a luz a ese par de gemelas que adoraba a pesar de que una de ellas la odiaba sobre manera.

Krista suspiró pesarosa una vez en su oficina. Odiaba como nada tener que hacer lo que estaba haciendo. Pero era la líder, debía cumplir su trabajo aún si lo odiaba, se había esforzado mucho para ser lo que era y para mantenerse cerca de esas niñas que amaba aunque una de ellas la odiara y la otra corriera el riesgo de morir en tan estúpida misión.

Pero su vida era así, así era la vida en "EL CLAN".

Ahora que era la líder debía encargarse que la nueva generación de chicas trajeran los genes más poderosos del país de fuego a su lugar.

Ellos necesitaban niños para ser poderosos ninjas y niñas para traer una nueva generación de guerreros invaluables al clan.


Continúa...


EL CLANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora