Capítulo 4

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—¿Te sientes mejor? —preguntó Shikamaru arrancando el vaso de agua de las temblorosas manos de la chica peliplata, que sentada en uno de los sofás de su oficina miraba a la nada.

Minutos antes, Beka había entrado en pánico, dando pie a esa crisis nerviosa que le había amenazado cuando el chico Nara la atrapó en la calle. Recién, luego de llorar un rato diciendo tonterías, se había quedado quieta y sin llorar.

Pero no estaba bien. A pesar de haber asentido, se sentía terrible. Le dolía todo el cuerpo, en especial la cabeza.

Shikamaru, analizando la situación actual de esa chica, dedujo que no obtendría mucho presionando. Con mala suerte obtendría otra crisis nerviosa, con buena solo un poco más de llanto; así que decidió indagar desde un ángulo un poco menos sensible.

» Te voy a contar algo importante, así que presta atención —le dijo—...

Cuando yo tenía tres años de edad, mi madre resultó embarazada. Ella estaba en medio de algo problemático, y las cosas se pusieron peor después de descubrir que la familia Nara tendría un nuevo integrante.

Pero, buscando que ese complicado embarazo llegara a feliz término, mis padres encontraron una mujer que le ayudó a sobrellevarlo, porque, según sé, fue en serio complicado.

Sin embargo, papá no estaba del todo contento con esa mujer, así que buscó y encontró a Lady Tsunade, quien descubrió que la supuesta médico que apoyaba a mi madre no era más que la culpable de todos los problemas.

Los malestares de mi madre, ella los estaba provocando. Afortunadamente no dañaba al bebé, no sabían por qué; al menos no al principio, pues después de que naciera mi hermana ellos dedujeron la razón. 

Esa mujer quería al bebé. Tramaba, posiblemente, hacerla pasar por muerta para llevársela, pero cuando Lady Tsunade la descubrió desapareció para reaparecer cuando mamá diera a luz, entonces se robó a la niña.

» ¿Sabes por qué te cuento esto? —preguntó Shikamaru que tenía la total atención de la peliplata.

Beka negó con la cabeza y el otro continuó.

Mi padre hizo todo lo que en sus manos estuvo para dar con esa mujer y recuperar a mi hermana, pero no logró hacerlo, así que ahora lo hago yo.

He rastreado las pocas pistas que he logrado encontrar, pero no he llegado a ningún lado. De pronto se sentía como si en serio ella hubiera muerto y, luego, de la nada, cuando yo menos lo esperaba, ella apareció frente a mí cuando investigaba a una sospechosa chica que apareció de la nada y se metió como si nada en la aldea y vida de los ninjas más poderosos y prestigiosos de Konoha.

» ¿Aún no lo captas? —cuestionó Shikamaru sin prisa.

—No —dijo Beka moviendo la cabeza de un lado a otro—. No entiendo de qué diablos va todo esto, tampoco entiendo qué tiene que ver conmigo.

—Bueno —dijo Shikamaru—, tu llegada fue sospechosa, luego viene otra chica de la nada y empatiza tanto contigo que parece que se conocen de toda la vida, entonces voy a la arena y me encuentro a tu doble embarazada, cuya situación es demasiado similar a la tuya y quien también tiene una mejor amiga que llegó de la nada y está intentando con todas sus fuerzas atrapar al hermano del Kazekage. Pues es esa amiga de tu clon a quien me refiero.

—¿Qué estás insinuando, Nara san?

—Estoy bastante seguro de que Chika, la amiga de Beha, como la llamaste antes, es mi hermana, la bebé que aquella mujer robó y desapareció hace veinte años.

Los ojos de Beka se abrieron enormes. No quería creer lo que escuchaba. Porque sí, ellas eran estafadoras; el clan se dedicaba a robar genes para procrear bebés que se convirtieran en ninjas fuertes, pero de ahí a robarse bebés, eso era demasiado aún para ellas.

» No me quedan para nada claros sus motivos —dijo Shikamaru Nara sacando a Beka de donde fuera que hubiera caído—, pero te descubrimos; y de alguna manera sabemos que esto es mucho más grande que ustedes cuatro. También creemos que es peligroso, así que queremos detenerlo de raíz y, para eso, necesitaremos tu ayuda.

—¿Necesitaremos?, ¿quiénes?

—Nosotros —respondió Kakashi que aparecía, aparentemente, de la nada—. ¿Podrías cooperar con nosotros?

Beka no supo qué responder. 

Ella no traicionaría al clan. No entregaría a su madre ni a todas esas chicas y chicos que no tenían más elección que seguir un incorrecto camino que no les daría, jamás de los jamases, ningún tipo de felicidad, ¿verdad?

—No tienes más opción —aseguró Shikamaru viendo que la chica vacilaba—. Fuiste descubierta. Es cooperar o ir a prisión, con posibilidad de terminar en la muerte junto a todas tus cómplices... excepto Chika, por supuesto. Protegeré a mi hermana con mi vida, si es necesario.

—Quiero ver a Beha —dijo la peliplata externando su primera condición—, y que ninguna de las chicas se vean afectadas en el proceso o fin de su investigación y sus actos. Yo también protegeré a mis hermanas con mi vida, sin pensarlo. 


Continúa...

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