Las maquinas de escribir en una oficina de un diario poco conocida, suenan por dedos que se mueven como peleando, de hombres que quieren morir, manchando papeles con palabras, con pensamientos que carecen de vida.

- nadie tiene fuego por ahí -de silencio hay mas silencio, y el mas joven de los viejos acaba de aprender que en la oficina de los matorrales ( El diario) nadie se conoce, y nadie se habla -podria decirme porque tanta bulla en tanto silencio -su compañero lo ignora, escribiendo de una manera lenta, y luego mas lento, hasta dormir en el trabajo -esta oficina deberia ser oficinas - ahora todos lo miran pero escribiendo aun -alguien sabe hablar -hay alguien que le guiña el ojo, y deja de escribir cuando todos miran sus dedos escribiendo -¿tu? -el que guiño el ojo, guiña los ojos pero sin volver abrirlos, y abre la ventana lansandose contra la vida.

Sentimiento Desnudo - Dorian EulateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora