Capítulo veinte

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Yeonjun bajó sus manos temblorosas de los hombros de Soobin, tuvo que hacerlo porque se había formado un largo silencio entre ambos, ninguno estaba listo para decir algo, en especial el mayor, ya no hacía falta nada más que verse, aún cuando Yeonjun no tuviera ni la más mínima idea de qué contestar o qué hacer ante toda esa confesión que acababa de presenciar.

Se convenció de que no podía ser una broma, lo hizo desde el instante en el que Soobin se atrevió a robarle un beso. Todo era demasiado real y entonces debía tomarse las cosas como tal. Había llegado hace relativamente poco, a reencontrarse con su pasado, a traer de regreso una parte de su vida atesorada que lo estaba esperando con anhelo, y de repente al volver se enteraba de que Soobin había estado enamorado de él desde que era un niño, esperándolo con su promesa en manos. Ojalá no hubiese sido como los demás, ojalá él jamás hubiese creído que sólo porque se trató de la promesa de un niño, carecía de realidad y sentido.

Tuvo que esquivar su mirada, sentía que un segundo más observando a los ojos del menor le terminaría por romper toda la prudencia, la poca estabilidad que le estaba quedando para pensar las cosas correctamente y actuar bien. No podía negarlo, había algo sumamente hermoso en todo eso que estaba pasando, en las palabras de Soobin y en su supuesto sentir, pero también había algo malo, y Yeonjun no podía simplemente ignorarlo.

Los labios de Soobin temblaron por la desesperación que el silencio le ocasionaba; un segundo más, un segundo menos, ¿cuál era la diferencia si Yeonjun no parecía querer responderle? se sintió mal, humillado de una forma dolorosa y ajena a cualquier otra cosa que haya sentido antes, y a la vez con las mismas posibilidades de ser salvado. Estaba en medio de ambas opciones, estaba por caer en una de ellas.

Abrió su boca ya que quería hablar, decir algo que sanara un poco la situación; pero todo en conjunto no podía ser peor, la cabeza baja de su hyung, su silencio, el cómo había dejado de abrazarlo y estaba simplemente suspendido entre su cuerpo y la pared sin ninguna señal de tomarlo en cuenta... su mente máquina en una única y dolorosa cosa, y era que lo había echado a perder por completo.

« Entonces es todo » Sintió como si su corazón hubiese sido derrumbado de su pecho después de un impacto, para caer en desplome hasta su estómago, provocándole un malestar alimentado de los nervios y la decepción en su interior « Ni siquiera debería intentar algo más, él ni siquiera... » Incluso estaba cansado de sus propios pensamientos intentando no abatirse. Después de mucho tiempo, saboreó lo amargo de la derrota. No lo disfrutaba, no quería que las cosas fueran así.

— Soobin... — Yeonjun había encontrado un poco de voz para pronunciar su nombre con pesar, se encontraba muy avergonzado por el reciente beso, porque el otro no se había separado aún ni un poco de su anatomía, porque podía jurar que lo que escuchaba tan cerca de él era el sonido agitado del palpitar de Soobin.

— P-Perdón — Soobin entonces soltó el cuerpo de Yeonjun, lo hizo con cuidado de no dejarlo caer, con miedo también de que el que terminara en el suelo fuese él. ¿Qué estaba pasándole? ¿dónde había quedado toda la decisión y la determinación que se había esforzado en forjar durante todo el tiempo de espera? ¿no se había mentalizado tomar a Yeonjun sin discusión en cuanto lo mirara, no debería ya estar haciéndolo suyo? No tenía respuestas que aliviaran su malestar, sólo que no quería que las cosas fueran así, obligándolo, definitivamente no era su objetivo forzarlo hacia algo que no deseara, él quedando como único satisfecho. Por supuesto que las cosas no debían ser así — por esto, hyung...

Soobin sólo estaba intentando recuperar el aliento, porque no podía pensar en no estar cerca de Yeonjun a largo plazo, tenía que encontrar una forma de rescatar algo, de evitar que él deseara alejarse porque eso era un hecho que no estaba dispuesto a aceptar. Ahora podía agachar la cabeza y aceptar su falta, pero mañana la levantaría de nuevo y buscaría otra forma. Si algo sabía bien era que la perseverancia es clave para la victoria; no hay conquista mas grande que la de la felicidad.

crecer ✧ soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora