Capítulo veinticuatro

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Soobin no logró dormir bien esa noche.

Fue quizá una de las más largas que jamás hubiese tenido que pasar, y vaya que en vida contaba un historial extenso de las veces que el insomnio le hizo una mala jugada; pero por alguna razón le daba la impresión, y estaba seguro a decir verdad, de que suelen durar más cuando son a causa de la tristeza.

Creyó haber soñado algo acerca de que Yeonjun regresaba y correspondía su amor, para después besarlo y estar con él, en su sueño todo fue igual de perfecto, en su sueño el mayor le había murmurado entre gemidos que lo quería y él había sonreído como un tonto a causa de las mariposas revoloteando en su estómago; pero prontamente esa idea se disipaba, porque nada de eso había sido un sueño, era lo que pasó y se sumaba la realidad de que sus sentimientos no fueron correspondidos. Todo le resultaba muy doloroso.

Cuando Kai había regresado al interior del departamento, después de unos minutos de haberse quedado platicando con Yeonjun afuera, lo escuchó entrar a la habitación que compartían y llamarlo con emoción, diciéndole algo que no recordaba del todo porque se había concentrado en fingir estar dormido ahí en medio de la cama, agotado en realidad, por todo lo que había pasado y sentido. El cansancio emocional suele venir algunas veces con unas terribles ganas de ignorar al mundo y querer desaparecer de él; en ese momento, deseó aquello y que ni Kai ni nadie más, ni siquiera Yeonjun, lo miraran; se sentía mal con él mismo, no hay nada más difícil que eso.

Y así había pasado su noche, demasiado extensa y sin descanso satisfactorio, prestando más atención de la normal a escuchar la respiración tranquila de Kai a su lado y sintiendo una nueva forma de abandono que lo abarcó hasta los huesos aún con su calor y el de las cobijas tan cerca de su cuerpo; su sentir le recordó a cuando él solía lamentarse en las noches de su pasado a causa de su familia, la desolación era parecida, pero dolía más al tratarse de Yeonjun, porque en él confió mucho, mientras que en sus padres nunca confió absolutamente nada.

Cuando logró darse cuenta de que la alborada alumbraba con un atisbo de luz la enmarañada calivación que lo envolvía en un oscuro manto, notó que los pocos lapsos de quietud que tuvo en medio de su desvele no fueron suficientes, estaba fatigado y sentía que la cama no lo dejaría levantarse, sus párpados pesaban al abrirse y la presión en su pecho aún permanecía, era todo eso más el peso de sus pensamientos carcomiendo su mente eficazmente. A las horas había sentido también el cuerpo de Kai removerse a su lado, por primera vez él había despertado antes que el castaño, y no era en las circunstancias que hubiese preferido para presumir.

Lo observó sentarse en la cama, estirando sus brazos y bostezando también, Kai era una persona mañananera y nadie como él lo conoce, así que seguramente se extrañaría de encontrarlo despierto al mismo tiempo. Se mantuvo callado e inmóvil en su lugar, mirando la espalda del otro cubierta por una infantil pijama celeste estampada de carritos amarillos, sólo hasta que éste se giró un poco en su lugar y se encontró con los ojos cansados de Soobin observándolo.
Instantáneamente le sonrió, cerrando sus adormilados ojos y mostrándose incluso más brillante que el sol. EI mayor se sintió inmotivado aún ante la alegría que su amigo reflejaba, y no entendía por qué si la sonrisa de Kai es del tipo que hace sonreír a los demás con sólo presentarse un segundo.

— Buenos días — acercó su mano a la mata de cabello azul claro y acomodó un poco sus mechones largos, sin borrar su sonrisa amable, Soobin en cambio se limitó a curvar un poco sus labios para formar una pequeña y desvalida sonrisa, más por cortesía que por deseo, más porque Kai se lo merecía aún cuando él no tuviera capacidad alguna para hacerlo sinceramente.

— Buenos días — logró encontrar su voz áspera y pausada, notándola cansada aún cuando intentó evitarlo. Cuando Kai apartó la mano de su cabello y se inclinó hasta su rostro para dejarle un beso pequeño en su frente, su débil sonrisa terminó por derrumbarse, porque Soobin no merecía que alguien como Kai siquiera se tomara una molestia por él, aún siendo casi su hermano, y mucho menos cuando cargaba con todo lo que sentía.

crecer ✧ soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora