Capítulo veintiuno

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Yeonjun continuó intentando apartarse de Soobin, pero ya no con el mismo afán, si no pasmado por lo que le acababa de murmurar en el oído. Agradeció que no lo tuviera de frente porque así no tuvo que soportar su mirada sobre su sonrojado rostro, aunque tenerlo detrás de él tampoco era una ventaja muy factible.

— Soobin, deja de decir tonterías... — se movió incómodo, aún sentía la respiración del menor cerca de su cuello, y quería dejar de sentirse tan nervioso por su culpa. Decidió quedarse quieto, totalmente quieto, justo cuando los brazos de Soobin lo rodearon por su cadera, presionándolo contra su cuerpo, y sólo entonces se dio cuenta de que aquello no era una tontería.

— Hyung, de verdad quiero hacerlo con usted — Soobin tenía sus ojos cerrados, dedicando un momento a grabarse en su cuerpo y mente la sensación del calor que emanaba su presencia y el aroma que percibía del cabello de Yeonjun, él no podía estar muy maravillado por algo tan simple. Dejó un beso pequeño en su nuca, libre de malicia, sólo un beso porque lo vio tan ideal.

— ¿Y ese es tu plan, pedirme permiso y pensar que aceptaré? — Yeonjun hablaba con un aire irónico, porque había algo que no le permitía tomarse en serio lo que escuchaba, ¿todo era real?

Ignoró la ola de nerviosismo que el pequeño acto de los labios en su nuca le causó, en especial porque habían continuado, y ahora descendiendo por la curvatura de su cuello. Soobin estaba besando su cuello, simplemente haciéndolo como si se tratase de algo habitual, con libertad y naturalidad; Yeonjun tanteó con sus manos y le sujetó de los brazos advirtiendo un poco, aún cuando no replicó con voz, porque estaba increíblemente anonadado.

— Tal vez convencerlo — el más joven sonrió y tomó las manos de Yeonjun. Podía darse cuenta claramente, por el temblor de éstas y por lo pausada que su voz sonaba, de que tenía miedo.

Y era normal, Yeonjun estaba en su derecho de sentirse así, porque Soobin de repente había cambiado totalmente su forma de ser, para mostrarse como quería ser conocido, ser aceptado. Hasta el momento no percibió alguna señal totalmente firme de que lo quisiera lejos, y eso lo llenaba de una felicidad y un alivio enorme; quería decir, que él tal vez sí tenía una oportunidad, que si se esforzaba un poco más, Yeonjun comprendería la forma en la que lo quería. No le era indiferente, se daba cuenta por como podía hacerlo estremecer con unos cuantos suspiros en su piel y unos besos en el cuello. Aún tenía una oportunidad, y la iba a aprovechar.

— Está mal — le había murmurado, pero sus palabras estaban más dirigidas para él mismo.

— Por favor... — logró hacer que el otro volviera su rostro y cuerpo para mirarlo, Yeonjun estuvo a punto de quejarse, pero al final permaneció silencioso, no pudo decir absolutamente nada al ver la pacífica expresión en el rostro del menor, tan sereno y apaciguado, confiando en algo tan volátil, como si él pudiese cumplirle todo lo que pidiera, y la verdad las cosas no eran así.

« ¿Qué se supone que tengo que decirle? ¿por qué estoy incluso pensándolo? » Yeonjun decidió no apartar las manos de Soobin cuando fueron a parar en su rostro de nuevo, y podía decir que ya estaba acostumbrándose a ese peculiar toque suave, era como si temiera romperlo y a la vez no se cansara de contemplarlo, y él no era tan desagradable como para negárselo.

— Si seguirá pensando en mi como un niño, por lo menos déjeme demostrarle tan sólo una vez que soy un hombre — y Soobin podía estar mintiendo, porque una vez que probara tenerlo entre sus brazos, sabía claramente que le sería imposible cederlo.

No esperó algo más, ni una queja ni un asentimiento, lo que hizo fue simplemente besarlo de nuevo, y la sensación de Yeonjun correspondiendo era abrumadora. Fueron inconmensurables las veces que lo imaginó, y sabía que cuando lo tuviera, las emociones se multiplicarían por millones en comparación a sólo añorarlo. Lo tenía así, saboreando sus labios con lentitud y suavidad, tomándose el tiempo necesario para nunca olvidarlo, aunque ya en sí fuese imposible hacerlo.

crecer ✧ soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora