Soobin perdió la batalla contra el sueño después de haber estado resistiéndose por un largo rato, concentrando sus agotados sentidos en percibir por completo la presencia de Yeonjun a su lado, porque sentía que estaría desaprovechando la oportunidad si no lo hacía.
La sensación de que el momento fuese efímero y al segundo se desvaneciera, era tan fuerte, que lo obligaba a no dejarse llevar por el cansancio, si no estaría cediendo también a Yeonjun. Deseaba descansar entre sus brazos, sin temor a no tenerlo al despertar.
Intentó permanecer despierto, sólo porque dentro de su agitado pecho sentía la punzada insistente de una angustia pesimista y oscura que le decía entre amenazas que Yeonjun en realidad se iría de su lado en cualquier momento, en cualquier instante, porque se lo merecía, porque no podían estar juntos. Y él no podía permitir eso otra vez, no cuando ya había probado lo que se sentía la felicidad rozando deliberadamente al alma.
Yeonjun por su parte, le permitió que se recostara sobre su torso y que lo abrazara con brazos y piernas, bajo las suaves cobijas y la oscuridad tenue de la habitación que los sumergía dentro de un mundo en el que lo que hacían, era perfecto.
No mentía, y es que se sentía tenso en el agarre de Soobin, algo le insistía en su error, como un reproche o una mortificación, pero también era que se sentía bien, como si algo así hubiese estado esperando siempre en su vida para completarla y disfrutarla. La ilusión de un amor no se da por edades, Ilega cuando quiere y es difícil arrancarla; quizá así era, pero no esperaba encontrarlo en Soobin.
Y cuando lo escuchó suspirar, con sus grandes y dulces ojos caídos de cansancio, pudo él hacerlo también: cerrar sus ojos y liberar el aliento que había estado reteniendo, Soobin le quitaba el aliento y no sabía cómo manejarlo. Acarició con sus dedos el largo y bonito cabello del menor que dormía sobre él, pensando en que eso podría ser correcto, pues el muchacho parecía satisfecho de estar así con él. Nada estaba perdiendo por hacerlo, sólo un poco más de su razón, pero estaba bien, después de todo Soobin era el que estaba arrebatándosela.
— ¿Qué se supone que haga, Soobinie? — habló, con voz lenta y penosa. El reclamo no era para el susodicho, era para él en realidad, y no estaba seguro de cómo enfrentarlo.
No debió pasar eso, ¿perder sólo el control y pretender explicarle a un niño lo qué es el amor? Las cosas no son tan fáciles, no para alguien tan complicado como Yeonjun. Y a veces odiaba ser así.
Lo había aceptado, había escuchado y se había resignado ante las insólitas confesiones de Soobin. Incluso había sido él quien buscó sus besos y le permitió cada toque y jadeo proveniente de su cuerpo, ahora sus marcas estaban cinceladas permanentemente en lienzo de su piel, lo llevaba impregnado por sólo el hecho de que los primeros amores que llegan a cumplirse, son eternos y hermosos. No tenía mucho por hacer si sus acciones eran muy incongruentes a sus pensamientos.
¿Y qué pasaba con sus sentimientos? ¿era capaz de enamorarse de Soobin?
— Puede- Puedes besarme, hyung — le respondió bajito el otro, los estragos del cansancio lucieron en su voz ronca y el arrastre de sus palabras flojas.
Yeonjun estuvo rígido de repente, de nuevo, reteniendo el aliento en su garganta, que lo sentía mortífero si se atrevía a dejarlo salir.
— ¿No estabas dormido, niño? — su rostro ardió de vergüenza, porque así lo creía, y sin embargo, aún era el testigo de sus mortificaciones. Se esforzó en que su voz se escuchara relajada, no quería delatarse, y entonces demostrar su inseguridad. No era alguien acostumbrado a la indecisión.
— Puedes abrazarme, también puedes... aprender a verme como un hombre — quizá las palabras llevaban detrás de si mismas más esperanza de la que el mayor pudiese imaginar. Él era alguien enamorado, que buscaba proteger sus sentimientos y ese amor vivaz que casi lo consumía peligrosamente — uno de verdad para ti, Yeonjun, puedes dejar de dudar acerca de lo que siento por ti — Soobin sintió su estómago revolverse, las mariposas revoloteaban mucho que podría vomitarlas, estaba sintiendo muchas cosas.
El pelirosa se mantuvo callado por un largo momento, repitiendo las palabras recién dichas en su mente, con una sincronía y una lentitud increíble. Su corazón se apretó dentro de su pecho, porque aún estaba aprendiendo a manejar esa aceleración que últimamente, todo lo que Soobin decía, le provocaba.
— ¿Cómo... Cómo podría hacer eso? — subió sus manos hasta cubrir su rostro, desatendiendo los mimos en la cabeza del menor. Se llenó de nervios. Lo que Soobin le pedía era difícil, él no podía hacer todo eso así como así, su mente esta llena de confusiones y su corazón de emociones nuevas y malditamente incontrolables, le molesta no tener el control de la situación, le molesta su incompetencia.
— Puedes enamorarte de mi — el más joven cerró sus ojos, bajo la espera de algo malo, pero con la esperanza de ser escuchado, de verdad escuchado.
Se sentía desprotegido ante la escasez de los brazos de su hyung, pero al mismo tiempo se sentía recompensado por estar escuchando el latido de su corazón, justo ahí, recostado sobre su pecho, siendo arrullado por su respiración armoniosa; y es que no había algo de Choi Yeonjun que no le gustara lo suficiente como para hacerlo sentir dichoso.
— Puedes callarte, mejor — dijo, con ese toque particularmente rudo.
Comúnmente, ser hiriente o despectivo era un método de defensa que Yeonjun utilizaba a cualquier situación incómoda o molesta, y la vergüenza en su rostro junto con el cosquilleo en su pecho le avisaban bien que quedaría expuesto si permitía a Soobin seguir hablando.
— Ah, hyung — se quejó entre una risa, y no se lamentó esta vez de que Yeonjun lo hubiese esquivado de esa manera. ÉI sabe bien que las personas no deciden enamorarse sólo porque sí, y estaba bien para él, estaba totalmente dispuesto a enamorarlo, aún cuando lo terminara insultando o quejándose de sus faltas de respeto, eso incluso lo motivaba — ¿nos quedaremos aquí?
— Uhm... — entonces recordó todo, desde lo que había pasado hasta dónde estaban, y se sintió cansado incluso de ponerse a pensar — a San hyung no le molestará, a menos que quieras irte — agregó, descubriendo su rostro para atreverse a mirar al contrario después de todo, aún cuando la vergüenza, irónicamente, lo abordaba.
Es que bien, esa imagen de tener a Soobin abrazado a él, desnudos entre las sábanas, realmente no podía sólo creerla.
— No, quiero quedarme así — aprovechando que tenía su atención, le sonrió, recargando su rostro sobre sus manos en el pecho de su hyung.
Soobin se fascinó de la idea que surgió; Yeonjun estaba diciéndole que podrían dormir juntos, no había forma de que se negara, sobre todo porque no había otra forma tampoco de que eso sucediera.
Yeonjun apresó una sonrisa, sintiéndose cohibido por lo linda que era la que Soobin le dio. Se movió un poco sobre la cama, lleno de la sensación de que de alguna manera estaba siendo atacado, o es que Soobin lo atacaba, directo al corazón, y como ya es sabido, no controlar la situación lo altera y lo hace actuar sin pensar bien. En ese instante deseaba sólo esconderse y que Soobin volviera a ser un niño inocente.
— Bien, entonces dejame dormir — Yeonjun logró que el menor se apartara de su cuerpo, para así él darse la vuelta sobre la cama y recostarse más cómodamente. Abrazó las sábanas y se cubrió con ellas, dándole la espalda a Soobin.
Sabía a lo que eso llegaría, mentiría si dijera que no lo estaba esperando, y es que Soobin se apresuró a abrazarlo, envolviéndolo de la cintura y enredándose junto a él entre las sábanas y el calor de la cama. Sus piernas se encontraron y se acariciaron, y finalmente el rostro del chico quedó descansando frente a la nuca de Yeonjun; allí dejó un beso tierno, y un suspiro de agradecimiento y esperanza. Murmuró un tenue "buenas noches, hyung" que entre un bostezo se transformó en un "te amo" tímido y quizá demasiado sincero.
Yeonjun fue el primero en despertar a la mañana siguiente, porque el sonido del palpitar en el pecho de Soobin lo llamó, como un despertador, que lejos de molestarlo, lo hizo sonreír con los ojos cerrados.
No creyó que pudiese despertar de esa forma tan tranquila, cuando su mente estaba tan llena de confusiones.
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crecer ✧ soojun
De Todo─ ¿para qué era que soobin quería crecer? ah sí, para follarse a su hyung. ↬ homosexual story ↬ angst, smut explícito, soft ↬ género: romance, drama, ficción ↬ roles: soobin top, yeonjun bottom ↬ alteración leve de edades ↬ extensión: introducción...