Capítulo 4.

83 26 0
                                    

—No es demasiado tarde para echarse atrás, ¿lo sabías?

Nari se ríe de la broma de Jackson, una pequeña chispa de incomodidad crece en su pecho cuando su rostro permanece indiferente.

—No perteneces a ésta familia.—continúa antes de que su boca se arquee en las comisuras.—y lo digo como un cumplido.

—¿Estás tratando de asustar a mi esposa, Jackson?—Youngjae se ríe.

—Solo pensé en darle una última oportunidad para irse antes de quedarse contigo, y en consecuencia con nosotros, por el resto de su vida.—él guiña un ojo.—es broma. Estoy seguro de que su matrimonio será mucho más satisfactorio que el mío.

Bambam aparece al lado de Jackson con una copa de champán equilibrada delicadamente entre sus dedos.

—¿Hablando de matrimonio?—suspira.—denme buenos consejos.—rodó los ojos.

—Solo espero que no seas un idiota insoportable.—Jackson ríe, su sonrisa es un poco demasiado amarga para que el comentario parezca realmente divertido.

Bambam se ríe como si no hubiera escuchado una palabra que acaba de decir su hermano.

—Sabía que tu esposa estaba enamorada de tu dinero cuando te casaste con ella.

Nari mira al par de hermanos, sin saber si se trata de una broma elaborada o si realmente se odian. Youngjae le da un codazo a su brazo, y cuando Nari mira su rostro, su expresión exasperada indica que es lo último.

—Bienvenida a la familia, Nari.—sonríe Bambam, su sonrisa es un poco demasiado burlona para hacerla sentir a gusto.

Después de haber corrido durante lo que parecen horas, se topa con un pequeño estudio cerca del final de un largo pasillo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de haber corrido durante lo que parecen horas, se topa con un pequeño estudio cerca del final de un largo pasillo. Sus pulmones arden después de empujar su cuerpo al límite, el pecho se agita con cada respiración que toma. También le tiemblan las manos, aunque no está segura de si es por la adrenalina o el miedo por la vida de Youngjae después de enfrentarse a su hermano para salvarla.

Probablemente sean ambos.

Mientras se permite un momento de descanso, su mirada parpadea alrededor de la habitación oscura. Un fuego crepita suavemente en la chimenea cerca del frente del estudio, y alrededor hay dos sillas.

Uno de los cuales, una silueta está sentada.

Nari se congela.

Su corazón late tan fuerte y frenético que está segura de que la misteriosa sombra puede oírlo, intenta dar un paso hacia atrás, encogiéndose cuando sus zapatillas chirrían contra el suelo de madera. Para su alivio, la figura no parece darse cuenta.

—Nari.—la figura se levanta de la silla, su voz vacía de todo humor.—tu ubicación parece ser un tema candente ésta noche en el chat del grupo familiar. Estarán encantados de saber que estás aquí.—la figura da un paso más hacia la luz, dejando al descubierto el rostro indiferente del hermano mayor de su marido.

—Jackson, yo...—traga saliva.—tienes que ayudarme. E-Eres un buen tipo, Youngjae realmente te ama, te admira tanto, pero nunca te perdonaría si me matas.

—Lo sé.—murmura, tomando un sorbo del whisky en el vaso que sostiene.—no voy a ser yo quien apriete el gatillo. Pero tampoco puedo dejar morir a mi familia.—hace una pausa por unos momentos antes de mirarla.—te daré una ventaja de diez segundos.

—Jackson, por favor.

—Díez.

Una sola lágrima rueda por el rostro de Nari.

—Jackson.

—Nueve.—está mirando a cualquier parte menos a Nari, girando el vaso de whisky en su mano distraídamente mientras se lamía el interior de la mejilla.—ocho.

Nari mira como la escopeta en su espalda brilla a la luz del fuego.

—Siete.

Se queda quieta por un segundo más, esperando y rezando para que él de alguna manera cambie de opinión y decida ayudarla.

—Seis.—su voz es un poco tensa, casi como si estuviera nervioso porque Nari no escaparia en el tiempo suficiente.

Claramente, él no quiere lastimarla, entonces, ¿por qué acepta seguir el juego enfermo y retorcido de su familia?

—Cinco.

Una mirada más a su rostro ahora solemne es todo lo que Nari necesita para girar sobre sus talones y salir corriendo al pasillo vacío.

—Cuatro.

Después de echar un vistazo a su alrededor, corre lo más rápido que puede, contando mentalmente los segundos a tiempo con el sonido de sus pasos resonando en el pasillo.

Tres.

Dos.

Uno.

Silencio.

—¡Está en el estudio!

READY OR NOT ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora