Un amor para recordar

Capítulo 10 ¿Reencuentro?

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—Suéltame, estoy bien— su cara reflejaba indiferencia, sus facciones eran las mismas que yo recordaba, pero su actitud y ha dejado perplejo, accedí ante su petición.
—Oh, discúlpame, deberías de tener más cuidado—su reacción me tomó por sorpresa, pero me mantuve al margen. Solo un momento de falta de decoro, no afectaría mucho.
¿Me estaba disculpando yo por lo que le había pasado a ella? ¿Por salvarle?
Por salvarle otra vez.
Se puso en pie y me miró.
—Buenos reflejos hombre —Su rostro reflejaba un poco de asombro, con una leve sonrisa dibujada en su rostro. Su voz era más firme y con tono de autoridad, pero denotaba cierta dulzura más a fondo.
—Me han ayudado bastante —quería que las palabras fueran las a adecuadas, me interrumpió mis pensamientos.
—Tal vez la tenga, pero este no es el mejor momento para alardear esas cosas—habló con un tono de desprecio, y se encaminó presurosa.
—¿Tal vez nos veamos después? —no sabía porque es que le había dicho eso, sé que lo había pensado, invitarle a salir, pero más bien ese comentario quedó fuera de contexto.
Se giró ofendida y agregó
—Pero si no nos conocemos —me dedico una mirada confusa, solo para después darse la vuelta e irse caminando por el pasillo, dejándome atrás, con algunas dudas en mi cabeza.
Ya estaba imaginando cosas, tal vez.

Hasta repasé mis palabras en busca del error cometido, pero nada justificaba su actitud.

Era extraño que no me reconociera, tal vez estaría teniendo un mal día, pero ¿Quién no los ha tenido?, fue una persona distinta a la que pensé, había conocido.

Descartaba la posibilidad de que tuviera una hermana gemela, ¿había algo que no me había dicho?, y bueno no habíamos hablado lo suficiente. Eres un estúpido por inventar tantas tonterías pensé. La vi caminar por el pasillo mientras se alejaba de mí, no sabía si realmente era la misma chica que conocí en aquel día de lluvia.

O tal vez sí. ¿Podría ella tiene sus propios problemas?, yo estaba apareciendo frente a ella como uno más. Esa teoría me resultó un poco loca incluso para mí. Esas palabras daban vueltas por mi mente, creía haber sido amable la última vez, pero tal vez fue una actitud hubo algo que dicen que le había puesto a la defensiva.
—Algo hiciste mal —me reproche en voz alta.
—¿Disculpa? —alguien me respondió a la espalda.
Me giré de golpe. Era Cloe, menudo susto me pegó.
—Disculpa, pero creo que la persona con la que estabas hablando debe de estar llegando al estacionamiento —dijo en tono burlón.
—Me has asustado —creí que era evidente con mi cara que imaginaba que tenía. —En realidad era un reproche a mí mismo. No sé por qué lo dije en voz alta, pensé que no había nadie. Si, como si los sanitarios fueran el mejor lugar para hablar conmigo mismo, de mis pensamientos.

—Estaba buscando una explicación... —me miró minuciosamente, y colocó su dedo índice en la barbilla mientras continuaba—pero esa no se me ocurrió, ¿Puedo saber el porqué del reproche?
—Conocí a una chica hace unos días y tal vez me equivoqué al imaginar una posibilidad de estar con ella, ya sabes.
—Ha ya entiendo
—Ahora que el vi otra vez parecía... diferente —tardé en encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que me había pasado.
—Pues no creo ser la persona adecuada para hablar del amor. Tres decepciones en un año son prueba de ello—creo que se dio cuenta de que había hablado de más, solo carraspeo y cambio el tema de repente. —Vamos, Michel espera.

Casi corrimos para pronto llegar, ella esperaba metida en su móvil, ni siquiera nos prestó atención cuando llegamos. Solo levantó la vista para vernos llegar, y sonrió.

Aun había luz, y un pabellón de nubes cubrían el cielo.
—¿Te llevamos a algún lado? —preguntaron amablemente.
—Estaré bien, necesito hacer algunas cosas antes de volver a casa.

Ellas ingresaron al auto y salieron mientras, yo les observaba. Después me fui a buscar un taxi.

La casa se encontraba vacía como siempre. Pero no era triste mi vida de casa. Siempre es buena la soledad si no es en exceso.

Quería salir de la razón, solo fui por una cerveza a la nevera y me senté frente al televisor. Había un reality show y me quedé dormido al tiempo. No supe cuánto dormí, pero ya estaba todo en total oscuridad.
Me levanté para ir a la cama ya que me sentía muy cansado.

Apagué el televisor y luego subí a mi recámara, solo para tirarme a la cama sin más. Pronto llegué a la inconciencia.