Poco a poco, todos ingresaban al anfiteatro mientras yo observaba. Me giré para observar el panorama, parecía que habría un buen clima, inclusive no hacía frio. Sería bueno. De una puerta secundaría apareció una chica, cabello castaño a media espalda, tez clara, vestía una chaqueta azul fuerte con pequeños puntos blancos, acompañando una blusa blanca con escote y pantalones del mismo color que la chaqueta. Así también vestía unas altas y relucientes zapatillas.
Tenía un aspecto, profesional y elegante. Nuestras miradas se cruzaron, y con paso elegantes acortó la distancia entre nosotros.
—Tú debes ser el amigo de Jackson, —esbozó una agradable sonrisa—acompáñame por aquí.
La seguí de regreso por la misma puerta de donde había salido. Pensé que no debería abrir la boca, y así lo hice, me mantuve callado por un tramo. Anduvimos por unos pasillos, hasta un ascensor, ella sin más, presionó un botón y este se abrió enseguida. Me metí con ella dentro, y solo le sonreí cuando me volvió la mirada. ¨Presionó el número 3, había 5 números en el panel; lo que significaba que eran 4 o 5 pisos, no había estado aquí nunca, así que no tenía idea de que tan grande era.
—Había escuchado que eras callado, no pensé que tanto. —se cruzó de brazos y me miró de reojo.
—Sí, Callo cuando no tengo nada interesante que decir, señorita.
—Cloe, mi nombre es Cloe—Me miró y solo sonrió amigablemente.
—C-Cloe—mi voz flanqueó un poco cuando dije su nombre.
—Soy amiga de Jackson desde hace tiempo. Seguro no te había hablado de mí, ¿Cierto?
—No recuerdo que lo haya mencionado, de lo contrario me acordaría —Por supuesto que estaba nervioso, pero el contador había llegado al piso número 2. No entendía la razón del por qué estaría en este piso, ¿no se supone que debería estar en el 2, en los balcones, esos reservados por personas ejecutivas o adineradas? No me atreví a preguntar, tal vez sonaría bobo.
Salimos del ascensor cuando este se abrió, dando paso a otro pasillo frente a nosotros. Caminamos un poco; a los costados había puertas cada cierta distancia, por el costado izquierdo, enmarcadas con madera pintada con un color dorado, y las puertas eran sencillas, de madera, con una mirilla a la altura de los ojos.
Seguro eran los cuartos donde las celebridades se preparaban para su show.
—Es aquí —dijo mientras se detenía en una de aquellas puertas.
Está, a diferencia de las demás tenía una estrella plateada en la parte central. Me sorprendí un poco, pues no estaba entendiendo. Ella llamó a la puerta con un elegante toque.
Alguien desde adentro preguntó
—¿Quién es?... Espere un momento...—solo esperamos unos segundos y la puerta se abrió. Jackson, con una camisa color blanco, con bordados de oro. Acompañada de un saco, y unos pantalones del mismo color.
—Hola Jackson —me sonrió, con sus dientes perfectos, brillando en todo su esplendor. Siempre le había preocupado su dentadura, después de todo dicen que una sonrisa puede decir más cosas, que no se podrían con las palabras.
—Hola—saludó alegremente—¿ya conoces a Cloe?
—Sí, así es —Dije volteando a ver a Cloe.
Me invitó a pasar, y Cloe se quedó en la puerta.
—Te veo abajo, Jack, veré si todo está listo.
—Te veo abajo —Contestó Jackson. —iremos enseguida.
Caminó segura mientras salía de la habitación, para cerrarla a sus espaldas. Pensé que Jackson aún no estaba listo, pero a como lucía, seguro que no le faltaba nada. Después de todo, el morado era su color. Me pareció, que le iba bien, aunque fuera un tanto anticuado.
—Bien amigo, eres muy reconocido, por la cantidad de personas que se amontonaban en la entrada, sin duda deben de conocerte más que yo mismo.
—Bueno —dijo mientras se arreglaba la corbata— solo tengo un canal de YouTube, tal por eso soy reconocido.
—Valla —respondí sorprendido—no pensé que tu estuvieras en las redes, pero es genial.
—Bueno, soy medianamente famoso—dijo mientras se volteaba a verme— Tu no usas mucho esas cosas, ¿cierto?
—Ahora que lo preguntas pues no, realmente no me había metido en redes sociales, en particular me gustan más los libros, donde las personas son sinceras o al menos siempre llevan un control adecuado para una historia y un final más o menos feliz en la mayoría de los casos.
—Ahora veo porque no sabías mucho de mí—se mostró sorprendido por mis palabras— Sigues teniendo esa alma tranquila desde siempre, ¿Verdad?
—Bueno, hay cosas que no cambian—dije en tono burlesco, porque ya sabía el rumbo que estaba tomando la conversación.
La ironía se olía en el aire.
—Es bueno tenerte de vuelta—le dije. Y solo compartimos una sonrisa.
—Bueno vámonos que es hora—se adelantó a salir de la habitación, llevando una sonrisa en su rostro.
Le seguí por el pasillo, en la dirección en la que mismamente había entrado antes, acompañado de Cloe. Todo estaba, al parecer vacío, o al menos eso aparentaba, no se escuchaban sonidos aparentes. Ingresamos al elevador, y bajamos al primer piso y caminamos un poco antes de que Cloe apareciera nuevamente. Con una sonrisa se dirigió a nosotros, y esbozó
—El público espera, Sr. Jackson —se sonrió para sí y oculto una leve carcajada, por usar el tono de burla ante la situación.
Pude observar como Jackson se reía por la ironía de sus palabras, "una sonrisa para liberar tensión, genial", pensé.
—Puedes acompañar a este joven—dijo refiriéndose a mí. —a su asiento por favor, ya sabes.
—Por supuesto—dijo en tono de elegancia fingida— será un placer acompañarle a su locación.
Sonreí por lo gracioso de su voz y por su carisma tan llamativo.
—Ve rápido, que la gente espera—dijo Cloe poniendo una expresión seria en su rostro.
—Claro. —asintió Jackson. Caminó aun por el pasillo hasta el fondo para después dar un giro a vernos.
—¡Buena suerte! —gritamos al unísono Cloe y yo. Nos miramos y sonreímos por la inusual casualidad.
—Vamos, por aquí.
Cloe avanzó por un lado donde había una puerta, y le seguí de cerca. Salimos a donde las tribunas, que se encontraban ocupadas en su mayoría. Cruzamos por entre los pasillos que había entre las filas de asientos. De pronto aquel murmullo de personas hablando entre ellas, respingando ante la espera de lo que se venía, cambió por la ovación del público. Gire la cabeza para ver. Del escenario salir por la derecha a mi amigo. Sentí un sentimiento de alegría, tanto por el lugar donde me encontraba, como el hecho de que él al fin estaba cumpliendo su sueño.
Por un momento, creí que entre la multitud de personas sería imposible que hubiera un lugar esperando vacío. Cloe avanzó con seguridad por unos metros más y al llegar a otro pasillo, se detuvo de repente, y giró en torno para ver si le seguía.
De unas filas arriba, una chica le gritó, y levantó las manos para que le viese.
Se dirigió hacia ella y yo solo le seguí. De fondo sonaba música y la voz de mí amigo, que entusiasmado se dirigía al público.
Ahí, junto a la chica que alegremente se puso en pie y le recibió con tierno abrazo. Ahí se encontraban los dos lugares que buscábamos, lo intuí en el momento. Después del caluroso abrazo de bienvenida, Cloe le dijo quién era yo, y ella me saludó de beso. Le sonreí un poco asombrado por su cordialidad, una chica extrovertida.
Me senté en mi asiento mientras ellas charlaban alegremente sobre el clima o algo así. No les preste la mayor atención.
El show fue de maravilla, entre risas y aplausos me metí más en confianza y no fue tan difícil pasar el rato, los trucos eran buenos y a las personas les fascinaba. Me puse a indagar con la mirada a mía alrededor.
Y fue ahí donde la vi...
ESTÁS LEYENDO
Un amor para recordar
RomantizmEn la búsqueda de su pasado, un chico se enfrenta al riesgo que eso conlleva para encontrar las respuestas a las preguntas que precisa. Una aventura inesperada le depara, y es que no es el mejor en estos aspectos. Pero no está solo, la palabra "amis...