Capítulo 7 ¡Abra -cadabra!

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La mañana se llenaba de aromas y ruidos de la calle. Un aroma a pan recién salido del horno, seguro proveniente de la panadería a unos metros de mi departamento. Pain français (Panadería Francesa), ese era el nombre.

El sol ya comenzaba a iluminar, pude verlo a través del cristal de la ventana. El reloj marcaba las 7:50 am. Me levanté para ir al cuarto de baño. Me cepillé los dientes antes de vestirme.

Me detuve un momento ante la ventana, aparté las cortinas para dejar entrar la luz del sol que brillaba y comenzaba a tomar fuerza, entre los tejados rojizos, que brillaban con intensidad cada mañana. Debido al ángulo de incidencia de los rayos solares durante las primeras horas de la mañana. Ya muchas personas se desplazaban por la acera, una señora de ropas brillante y demasiado caras, según. Porque no podría estar seguro, pero por lo que podía deducir a siempre vista pues me atrevería a jurar que así era. Una niña que jugueteaba con un perro que llevaba con una correa. Como es que una sonrisa de una niña me hizo sonreírle al cristal frente a mi cara. Quien no podría dejarse conmover por la sonrisa de una inocente criatura. Esa chispa de alegría que seguramente se pierde con la edad, en un profundo baúl del olvido. Claro que después de pensarlo, si suena razonable que muchos la olviden, porque están enfrascados en su futuro.

Otra vez esa sonrisa estúpida en tu cara como cuando viste a la chica la voz de mi conciencia apareció para sacarme de aquel trace en el que me encontraba. Ya no había encontrado a esa chica. Y a pesar de que siempre veo miles de rostros cuando salgo a las calles no hay alguno que me haya impactado tanto como el de ella.

Yo tenía la manía de ir por la calle mirando e inspeccionando rostros, pero me di cuenta después de unas muestras de odio, que no era lo adecuado, y que a las personas no les agrada tanto que se les miré a los ojos; y como no ponerse incomodo cuando de repente alguien te mira directamente a los ojos, como si quisiera secuestrarte y mantenerte encerrada en un calabozo lleno de cosas repugnante y desagradable. Valla que no creo que nadie piense eso, ¿a quién rayos se le podría ocurrir algo así?, pero en fin hay personas para todo. Y estoy practicando una táctica para evitar mirar a esas personas a los ojos y solo me limitó a mirar al frente y ahora ellos son lo que se me quedan mirando, ironía.

Me bajé a la cocina y para desayunar. Todo era tranquilo por las mañanas, que más podría pedir, el silencio me daba tiempo para pensar, pero algunas veces era algo abrumador. Encendí la televisión, solo para romper aquel silencio que parecía ensordecedor ante la soledad que ya proyectaba la casa entera. A estas horas, solo noticias se transmitían por la TV, así también sé pronosticaban cielos soleados para la mayor parte del día, parecía ser un día merecedor, ya que la llegada del verano había mejorado la calidad del clima. Las bajas temperaturas desaparecieron hace algunas semanas, el clima mejorar con forme pasan los días; pero no es de alegrarse tanto ya que estos días del buen clima solo dura unos meses. No es de mucho atractivo turístico extranjero, pero algunos ciudadanos de pueblos vecinos vienen a pescar a un gran lago que está a las afueras de la ciudad, donde abundan los peces en verano. Es algo bueno del verano.

Estaba terminando de desayunar cuando recibí una llamada, al levantar el auricular reconocí la voz de Jackson.

Sonaba feliz, solo quería hacerme la invitación a su show. Fue breve con las indicaciones. Accedí a acompañarlo, quería ver en que se había convertido después de estos últimos años.

Después de todo él siempre quiso ser reconocido ilusionista, esas oportunidades de mostrar su talento le pondrían muy feliz.

Desde luego que nunca salía de mi estado de confort, o sea mi vida habitual, y ordinaria, pero después de todo me la pasaba mejor solo, eso solo antes de que mi amigo me invitara. No puedes estar encerrado todo el tiempo, tienes que pasar la línea y vivir al límite. Mi subconsciente molestando de nuevo. Que de la manera que lo viera tenía cierta lógica.

Y bien, ya que hacía tiempo que no salía con amigos, no tenía ni idea de que hacer o que vestir. No había mencionado más detalles que una dirección y no sabía si el evento sería en grande, de gala o informal. Me ponía un poco nervioso, y un tanto incomodo no saber que portar en ese evento. En fin, me decidí por la ropa cómoda que tenía en mi armario. Según recordaba el evento sería en el anfiteatro "Roma". Me parecía recordar donde estaba ubicado. Pero, aun así, mejor pediría un taxi. No me apetecía conducir.

Salí del apartamento.

Dejando atrás aquel aroma característico.

Un aroma que no identificaba de que se trataba. Siempre con un olor fresco. Con aromas vivos y dulces.

Tras cerrar la puerta, los ruidos de la calle aumentaron. Personas que van y vienen por las aceras. Me giré. Regresando a la puerta para asegurarla. Aún estaba cerrando cuando me pareció escuchar algo detrás de mí. Unas chicas, hablando vivamente, "que dicen de Jackson, el mago, ¿Es tan bueno como dicen?, es guapo"

No podrían esas chicas estar hablando de mi amigo, no podría ser tanto así. Mucha casualidad. "yo voy a ir al show de esta noche, es una de sus primeras presentaciones" "me dijeron que en España es muy bueno" Si parecía que hablaban de mi amigo. Me parecía imposible creer que mi amigo fuera tan reconocido; ¿sería que realmente había algo que no me había contado? Por lo que me había mencionado no era tan reconocido, pero ahora resultaba que si era realmente muy conocido. Tal vez no me lo había contado todo por alguna razón, no tenía por qué juzgarle antes de dejarlo explicarme.

Pronto tomé un taxi, y le di la dirección. La ciudad estaba tranquila, pero aun por mi mente cruzaba la idea de cómo alguien puede llegar tan alto tan pronto. En fin, no creo que sea solo cuestión de talento, porque se necesita demasiado dinero. Y bueno no me parecía así. Entre más lo pensaba me parecía más loca la idea, así que solo terminé ignorando por completo la idea.

Al llegar, toda una multitud se aglomeraba a las puertas, presurosos por alcanzar el lugar más cercano, no entendía porque tanto alboroto.

Me abrí paso entre la multitud, hasta llegar al frente. No tenía ni la menor idea de cómo podría ingresar, no tenía ni siquiera un pasé, por lo que saqué mi teléfono móvil y le llamé a Jackson.

—Hola Jackson, me encuentro afuera, ¿y ahora, como rayos ingreso?

—Bien amigo, en un momento van por ti. No desesperes, ni dejen que te aplasten.

—Muy gracioso —mencioné sarcásticamente—estaré por aquí.

—Perfecto —colgué la llamada y bajé el teléfono, locoloqué en mi bolsillo izquierdo. Me aparté un poco para dar paso a la multitudque se encontraba presurosa por entrar.

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De nuevo al juego. Gracias por leer.

Un amor para recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora