Corro lo más rápido que pudo hasta que quedo a su lado, ella me mira, me estremece y grita un par de cosas que yo no logro entender, pero al acercarme más mis ojos se abren, los restriego un par de veces y no lo creo, estoy pensando que no debí comerme esas galletas mágicas de la tienda jamaiquina.
— ¡una sirena Niall!—grita Siam y mis oídos se zumban.
— ¿esto es real? Tiene que ser una broma, las sirenas no existen—digo con despreocupación.
— ¿Qué te hace creer eso?—cuestiona la chica y yo me sorprendo.
— De que es un traje barato adherido a tu cuerpo, he visto este tipo de bromas, además las sirenas no lucen como tú—contesto.
— Hay diferentes especies... ¿no escuchaste hablar de Atlántida?—sonríe y Siam esta que se muere.
— ¡nos va a matar!—grita Siam.
— Claro... puedo moverme con esta cola y correr—burla ella.
— ¡mierda Niall! Vámonos de aquí—exige Siam.
— ¿Cómo sé que eres de verdad?—inquiero.
Siam me toma del brazo y me lleva detrás de unas rocas, esta pálida y las palabras se le hacen difícil.
— Yo vi un documental de sirenas en Discovery, y no lucen como ella—dice con afán.
— Ella dijo algo sobre Atlántida—comento— ¿Qué sabes tú de eso?
— Es una ciudad, creo que se hundió y las personas se adaptaron para vivir debajo del agua...
— ¿y si ellas es alguien de Atlántida?—pregunto.
— ¿y si nos mata? ¿y si quiere hacerle sacrificio a su dios? ¿y si tienen que ser dos mellos rubios?
— No seas tan paranoica, esto es algo fantástico. No puede salir de aquí, es un secreto, de hermanos, ya sabes
— ¡te odio!—gruñe ella.
Regresamos hasta donde estaba la chica pez, o bueno sirena, ahí estaba ella peinaba su cabello castaño, su belleza era perfecta, creo que no encontraría las palabras para describirlo.
— ¿se darían la vuelta? Mi cuerpo quedo sin agua y tendré que usar mis piernas—dice.
— ¿piernas?—preguntamos Siam y yo al tiempo.
— Así es, además creo que conoceré este sitio, primera vez que interactuó con humanos.
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Mermaid [N.H.]
Hayran KurguTen cuidado con tus sueños: Son las sirenas de las almas. Ella canta. Nos llaman. Las seguimos y jamás retornamos. - Gustave Flaubert