◖Capítulo 51◗

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De nuevo llorando, sin control, sin pena de que alguien me esté observando

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De nuevo llorando, sin control, sin pena de que alguien me esté observando. Dicen que duele menos cuando te expresas, cuando gritas y pataleas. Y eso estoy haciendo ahora enfrente de un desconocido, así lo preferí pues no quería que la tía Lee me viera así.

—Esta bien Soobin, sueltalo todo. —alentó el psicólogo Yang frente a mi, extendiendo un pañuelo— ¿Mejor?.

—Mejor.—respondí en un susurro, aceptando lo que me dio.

—Bueno, es un progreso, no es fácil venir aquí y hablar de lo que tanto te molesta, puedo ver eso en ti. Eres malo expresandote, así que es muy bueno que liberes emociones de esta manera. —me felicitó, anotando no se que cosa en un papel.

Me recargué en el respaldo de la silla, inhalando y exhalando para calmarme, justo como el me había enseñado. Mi vista cayó en un pequeño juguete de color rosa, al lado del bolígrafo de Yang.

—¿Tiene una niña?.—pregunté, garraspeando mi garganta.

—Si, ¿es muy obvio?. —preguntó divertido.

—Lo es.

—Bien dijiste que querías hablar de una cosa más, como último. —me miró atentamente, tomando su bolígrafo y presionando su botón una y otra vez.

Lo pensé con cuidado.

—Maté a alguien. —confesé.

Pareció no inmutarse mucho, solo se inquietó un poco.

—¿A qué te refieres?. —con esa pregunta, me decía que continuara.

—A que no debí dejar la puerta abierta, para que mi pequeño perro se saliera y terminara atropellado. Dicen que fué mi culpa.

Se sintió bien decirle a alguien que lo maté, pero no era un tonto, y el psicólogo tampoco; sin embargo, ahí me di cuenta que tan bueno era mintiendo, y era porque sabía manejar las expresiones en mi rostro.

Lo del perro es una vil mentira, en realidad me refería a Minho, pero lo sentía casi igual.

—Soobin no es tu culpa. —vaciló, dejando salir un fuerte suspiro— Son sucesos imprevistos.

—Eso también me dijeron.

—Entonces, ¿Vas a reemplazar al perro o, lo superarás?.

Era una pregunta capciosa. Habíamos pasado al tema de Hayashi, fue más que obvio.

Lo pensé unos minutos.

—Lo superaré.—afirmé.

—Respuesta correcta. —asintió, y sacó una paleta para darme.

—No soy un niño.

— El dulce es bueno para el estrés.

Rechisté entre labios, y la tomé.

ETERNALLY | Choi Soobin [Hearts➹2]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora