◖Capítulo 19◗

219 23 51
                                    

El frío de esta mañana era terrible, tanto que en todo el camino hacia la escuela me fui aferrada a Soobin

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El frío de esta mañana era terrible, tanto que en todo el camino hacia la escuela me fui aferrada a Soobin. Ni siquiera me había dignado a volver a casa después de levantarme en la mañana, que por cierto, fue gracioso encontrarse con un Soobin con la boca entre abierta y la baba de fuera.

No sabía que hasta así se miraba lindo. En fin, la noche que pasé ahi fue la más agradable que tuve en los últimos años. Sin insomnio, sin miedo, sin soledad, sin pesadillas. Y la cosa era, como lograr dormir así esta noche, y lo que resta del año.

Por fin cruzamos la puerta principal ganandonos varias miradas de nuestros compañeros, que por parte de las chicas había una pequeña sonrisa y de los chicos, bueno... estaban sorprendidos. ¿A qué se debía? A mi, abrazando a Soobin. No solía venir así con el; además de que era demasiado raro verme así con un chico.

—¡Hayashi!.—gritó una de mis compañeras por lo que detuve el paso. — Disculpa si te llamo así de repente pero, tenemos un problema con los chicos de fútbol y... La presidenta del consejo estudiantil no a llegado, además, ella me dijo que en caso de que no estuviera te llamara a ti.—habló con rapidez mientras juntaba sus manos en modo de súplica.

—¿Por qué no llaman al profesor de educación física? —propuso Soobin algo dudoso.

Suspiré con pesadez negando con la mirada. No era la primera vez que ocurría; sin embargo, Lisa, la presidenta del consejo estudiantil siempre pedía mi ayuda en estos casos.

—No servirá de nada llamarlo, créeme. —hize una mueca acomodando mejor la bufanda que traía puesta, que era de Soobin.— Vamos, es hora de ponerle fin a esto.

Hize ademanes para que me siguieran. El equipo de fútbol a veces eran unos patanes, tanto que no les molestaba enfadar un rato a las chicas con sus piropos subidos de tono o alguna mala insinuacion hacia ellas. Aún así, yo también recibía ayuda del capitán de básquet quien cursaba en primer grado que era todo un gánster a veces.

Llegué a la cancha con pasos grandes y una mirada seria mirando el escándalo que traían. Le hize señas a Minji para que me pasara el altavoz con la intención de dejarlos sordos. También estaba el equipo de básquet  ahí. En cuanto recibí el altavoz mandé a Soobin a las gradas para que no estuviera involucrado.

Miré al capitán de Básquet y de igual forma le hizé señas para que el y su equipo se retirarán por lo que de inmediato se movió. Prendí el altavoz y hablé a través de este.

—¡Bien! Ahora que tengo su atención, no lo repetiré dos veces. Lar-go. —declaré fríamente sin dejarme intimidar ante sus miradas.— ¿Están sordos alcaso? ¿Cuántas veces les tengo que decir que dejen de meterse con ellas?.—les reproché.

Si bien, esto ocurría cinco veces al mes como mínimo, jamás les había puesto un dedo encima, aún no. Al ver que se empezaron a reír, suspiré tratando de guardar la calma y a paso veloz me acerqué hasta el capitán de fútbol. El era alto, pero yo no me quedaba atrás, agradecía medir 1.70.

ETERNALLY | Choi Soobin [Hearts➹2]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora