ETERNALLY | Choi Soobin [Hearts➹2]✔

◖Capítulo final◗

5 años después.

El cielo despejado dejaba a relucir el brillo del sol a todo su esplendor y como la ventana estaba perfectamente limpia podía apreciarlo con seguridad desde el segundo piso del Hospital de Dong-gu, donde ahora yo, trabajaba. Los últimos cinco años habían sido tediosos y estresantes, estudiar como un loco no era algo del cual me gustó mucho.

Acomodé mejor mi bata, respirando profundamente, viajando al pasado cuando solo venía al hospital porque estaba enfermo, recuerdo que al principio me asustaban pero luego me llamó la curiosidad. Y así, terminé en el club de enfermería... por, ella.

—Oye Choi, ¿otra vez flojeando?.—la irritante voz de Irene retumbó en mi cabeza, provocando que me masajeara la cien.

—Aprecio la vista panorámica que me ofrece el hospital. —respingé, agachando mi mirada para verla.

—Pero en estos momentos no estás para esto, hay mucha gente a la cual atender. —me reprochó, rodando sus ojos con disgusto.

Sonreí marcando mis hoyuelos.

—Admítelo, es inevitable para ti no ver a este lindo rostro. —coloqué mis manos en mis mejillas haciendo algo de aegyo para molestarla.

Ella rechistó entre labios, viéndome mal.

—Ahora entiendo porque no tienes novia. —murmuró entre dientes, pero yo le entendí a la perfección.

—Era muy popular entre las chicas. —me defendí en una piadosa mentira.

—¿Cuántas novias tuviste?. —se cruzó de brazos y alzó su ceja para analizarme.

Me quedé pensando un buen rato.

—Dos.—dije no muy seguro— Una y media. —le fui bajando al ver su expresión—Una.—dudé hasta yo, pero de que tuve estaba muy seguro—Bueno si, una y media.

—Ajá.

Se dio la vuelta dándome la espalda. Se que era el más joven aquí, pero algunas y con algunas me refiero a ella, parecían más infantiles que yo. Le saqué la lengua, para después guardar mi compostura y checar que nadie me vió hacer eso. Me di la vuelta y casi muero del susto al encontrarme con el señor Kang.

Su canosa ceja se arqueó,
analizandome de arriba hacia abajo. Me paré recto y pasé mis manos por detrás de mi espalda, tratando de no verme sospechoso.

—¿Disfrutando la vista joven Choi?. —preguntó con un tono de ironía, sonriendome sin mostrar sus dientes.

—Ah, si. —contesté rendido y con las manos sudando.

—Vuelva al trabajo. —fue su última orden para después pasarme por un lado y seguir caminando en el pasillo.

Cerré mis ojos reprochandome a mi mismo. Lo observé por el rabillo del ojo hasta que dio vuelta en otro pasillo, solo para soltar un suspiro frustrado.