Siete

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En las últimas dos semanas, se la pasó encerrado en su casa, solamente salía de ella para ir a la universidad y siempre evitaba a los demás para no tener que toparse con Jungkook, no después de la vergüenza que pasó con el menor en aquella salida que tuvieron por el fracaso que tuvo al confesar sus sentimientos.

Por supuesto que estaba más que seguro de que sería rechazado, por favor ¿acaso esperaba un milagro?

Incluso si estaba muy enamorado del chico, era también muy realista y sabía a lo que se estaba arriesgando al decirle lo que sentía.

Por eso no se sorprendió cuando de los labios de Jungkook salió aquella negativa aunque tampoco evitó que su corazón se quebrara al confirmar aquella realidad tan dolorosa.

Sería realmente un milagro que Jungkook lograse verlo de manera diferente.

Agradece que el chico lo haya rechazado de manera amable.

Eso sí que sorprendió a Seokjin.

Cuando le confesó todo pensó que el pelinegro se iba a enojar y le diría algo cruel como que jamás se fijaría en él porque lo odiaba y quién sabe qué otras cosas feas más.

Afortunadamente no fue así.

Con un suspiro, entra a su habitación y deja su mochila a un lado del mueble que se encuentra junto a su cama y segundos después se deja caer sobre ésta, soltando un gemido de dolor y de cansancio.

Está bastante cansado, tampoco ha tenido la oportunidad de ver a los demás porque esa semana estuvo llena de exámenes y evaluaciones. Por lo que todos estaban muy ocupados como para reunirse y perder el tiempo en algo que no sea estudiar y terminar trabajos para no perder el semestre.

Jin, Namjoon, Yoongi y Hoseok lo tienen un poco más difícil pues están en su último semestre.

Aparte de las tareas y todas las materias que llevaban se encuentran en el proceso de titulación así que la presión sobre sus hombros es muchísimo más fuerte.

Seokjin quiere dormirse y no despertar ya nunca porque el cansancio en su cuerpo es demasiado. Se siente débil y harto de todo.

No ha comido nada más que un par de galletas integrales al día, desde hace una semana y aunque suene perturbador a oídos de alguien más Seokjin se siente orgulloso de haber logrado no comer nada de calorías ni de grasas durante esos siete días.

Se sentía bien consigo mismo y con su cuerpo, había logrado bajar los kilos que, a sus ojos y de los de su madre, tenía de más.

Había sido difícil escapar de Jimin y de Yoongi que siempre ponían atención a su alimentación, tuvo que mentirles diciéndoles que ya había comido algo en casa cuando llegaba a la universidad y éstos lo acechaban.

Gracias a Dios ellos también estaban tan ocupados con sus respectivas tareas que no pudieron ir hasta su casa a pasar el rato juntos y obligarlo a comer algo.

Lo malo es que se siente cansado, débil, está seguro de que en cualquier momento va a caer desmayado y no quiere eso, desmayarse significa ser llevado al hospital y no necesita escuchar a su madre dándole sermones como la última vez que había terminado internado y su progenitora se había molestado con él por hacerle perder el tiempo.

Por lo que la idea de comer está ahí en su cabeza pero trata de distraerse con otras cosas para no terminar cediendo ante la tentación.

El tono de llamada proveniente de su celular le hace soltar un quejido y, sin moverse, estira su mano y toma el teléfono que minutos atrás había dejado sobre el mueble a su lado.

¿𝒄𝒐́𝒎𝒐 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕𝒆 𝑲𝒊𝒎 𝑺𝒆𝒐𝒌𝒋𝒊𝒏?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora