Once

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—Todos son iguales, Jungkook.

El pelinegro aparta la mirada del libro que se encuentra leyendo y mira a Kim Jennie, su mejor amiga,que está sentada frente a él, con una expresión de enojo pero con un brillo en sus ojos que el pelinegro supo reconocer de forma inmediata.

Deja a un lado el libro para acercarse a ella y sentarse a su lado, mirándola con tristeza porque su amiga sigue muy afectada por lo que le ha sucedido hace un par de semanas.

—¿Todos?

Pregunta, con calma. Jennie asiente y lo mira.

Sus bonitos ojos llenos de tristeza y de dolor porque la traición y el engaño de Kim JongIn sigue presente en ella.

Y Jungkook quiere ir hasta donde el chico y golpearlo por hacer sufrir de esa forma a su amiga.

—Las personas como Kai. —Habla. —Fui tan ilusa al creer que yo podía cambiarlo. Ellos nunca cambian, Jungkook. Las personas como él que les gusta jugar con todo el mundo nunca lo hacen.

Jungkook hace una mueca pero no dice nada, deja que su amiga se desahogue porque sabe que es lo que necesita si desea superar el engaño de JongIn.

Kim JongIn, uno de los chicos más populares e influenciables de todo el colegio.

El chico era todo un casanova que disfrutaba de acostarse con todos y todas. No le importaba nada con tal de satisfacer sus ganas de follarse lo que sea y desgraciadamente Jennie fue una más de sus víctimas.

Jennie nunca mostró mucho interés en él, lo conocía, ¿quién no lo hacía? Pero siempre ignoró su presencia porque tenía cosas más importantes de las cuales preocuparse.

Estaban cursando el último año del colegio y debían esforzarse el doble para el examen a la universidad que presentarían en pocos meses. Por lo tanto Kim JongIn era algo sin importancia en su vida.

Lástima que el moreno puso sus ojos en ella y comenzó a acercarsele.

Jennie mantuvo su distancia porque sabía la persona que era y no estaba dispuesta a ser una más de sus víctimas.

Pero JongIn supo cómo jugar sus cartas y entre tanta insistencia logró que la pelinegra aceptara una cita.

Y luego vino, otra y otra hasta que Jennie se dejó envolver por las palabras del moreno y terminó enamorándose completamente de él.

Jungkook mantuvo su distancia, su amiga se había cegado tanto que no importaba lo que él dijera, ella siempre iba a terminar volviendo con JongIn porque "se enamoró de mí, Kookie, no me hará daño." Y Jungkook deseaba con todas sus fuerzas que aquello fuese verdad y no todo un juego de parte de Kai.

Desgraciadamente, Jeon tenía razón.

La primera vez, Jennie había llegado a su casa con lágrimas en los ojos, completamente deshecha porque había encontrado a JongIn besándose con otra chica.

La segunda vez fue lo mismo, y la tercera, y la cuarta. Su amiga se había visto envuelta en una relación demasiado tóxica donde la única lastimada era ella.

Se dejó manipular, engañar y su estabilidad mental prácticamente se quebró gracias a Kim JongIn.

El chico era un asco, un casanova y era más que claro que nunca iba a cambiar por nadie, ni siquiera por Jennie, cuyo límite llegó cuando encontró a Kai follandose a Do KyungSoo, su supuesto amigo.

Jungkook lo odiaba por hacer sufrir de esa forma a su mejor amiga.

—Ellos nunca cambian.

Volvió a hablar Jennie, más tranquila y mirándole de manera directa a los ojos. Jeon supo el por qué de su mirada y se sintió un hipócrita porque quería refutar esas palabras. Ellos sí cambiaban, no todos eran iguales.

¿𝒄𝒐́𝒎𝒐 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕𝒆 𝑲𝒊𝒎 𝑺𝒆𝒐𝒌𝒋𝒊𝒏?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora