Los temblores de Conway no cesaban, si no que augmentaban, intentó recoger los cristales del suelo, cosa que le fue imposible debido a los temblores, realmente, el pelinegro estaba pasando miedo, hacia tiempo que no se sentía así, que no era tan vulnerable, ahora sólo podía pensar en lo mierda que es su vida, en lo mal que lo ha llegado a pasar.
Al volver al mundo real Conway miro sus manos, ensangrentadas por haberse clavado algún cristal, sin tener ningún tipo de reacción, ni dolor, se levantó para así ir al baño y limpiarse las manos. al entrar al baño cerró la puerta tras el, pero no logró su objetivo ya que antes de llegar a abrir el agua se derrumbó en el suelo, llorando sin parar, recogiendo sus rodillas con los brazos y escondiendo la.cara entre ellas, estaba realmente avergonzado.
Por otra parte, Volkov seguía en su placido sueño, no se enteraba de nada.
Pasados unos minutos, Conway seguía llorando en el baño, hecho una bolita en el suelo, estaba totalmente desconectado del mundo exterior, solo quería llorar, llorar sin parar, mientras tarareaba una canción, esa canción que le recordaba a su adolescencia, aquella que sonaba en aquel baile, en el que le arrebataron a su mujer, esa imagen que se repite una y otra vez en sus sueños, una imagen completamente aterradora para el.
Volkov despertó al fin pasadas unas horas, dándose cuenta que aun era medianoche, y que le era imposible dormir en el sofá ya que era bastante incómodo, se escuchaba el ambiente de la calle, los vecinos pasar... Por lo que decidió subir a la habitación.
Al subir no vio a Conway, cosa que le extrañó muchísimo, pero no le llegó a dar importancia porque pensaba que se habría ido mientras el estaba dormido en el sofá, pero al sentarse en la cama para disponerse a dormir, vio el suelo de la parte de la cama de su pareja lleno de cristales y sangre, cosa que le hizo preocuparse otra bastante, y levantarse de la cama algo agitado.
-Conway- gritó el peligris algo asustado. Sin embargo, no obtuvo respuesta alguna por parte del pelinegro
Conway seguía llorando, tarareando esa canción repetidamente, para para intentar calmarse.
Al fin Volkov logró escuchar algo de los cantos de Conway, acercándose corriendo muy asustado a la puerta del baño y aporreando con el puño la puerta.-Conway, joder conway responde está bien?- Dijo Volkov muy preocupado.
Pero lo que no sabía es que detrás de esa puerta, estaba conway tirado en el suelo, llorando como a un niño al que le acaban de quitar las golosinas