Me generaría un gran placer relatarles una historia de amor a distancia, digna de un cuento perfecto que las muchachitas leerían en los periódicos y desearían con fervor que eso les sucediera sin tomar en cuenta el dolor que estás personas pasaron, una historia donde el destino movió sus cartas de manera estratégica, poniendo dos ángeles vestidas de azul, dispuestas a remediar toda clase de malentendidos y apoyar el inicio de una relación divinamente encantadora.
Lastima que esa historia sólo la incurable imaginación de Anne pudo conjurar, y relatarle a la pelirroja en un sueño desesperante y mágico, como la misma Anne tituló mientras lo repetía en su memoria, casi se sintió real, cómo si tal vez, el destino en algún momento lo hubiera considerado.
Lo ultimo que Anne Shirley-Cuthbert había sabido por voces externas de Gilbert Blythe, era que había marchado a Toronto con una beca en la universidad para cumplir su sueño de estudiar medicina, y aunque le dolió admitirlo en su momento, se encontraba feliz por él, a pesar de la implacable tristeza que la siguió durante semanas, pues su amigo Moody Spourgeon había comentado que Gilbert no estaba comprometido y había asegurado no estarlo pronto.
Él no me quiere, sencillamente no me quiere, no esta comprometido, no esta en París, no... no me quiere.- El llanto de la pelirroja, acompañado de las suaves caricias que Diana emitía por su cabeza fue el secreto que la luna un día de octubre juró nunca revelar.
Y aunque su pensamiento era erróneo, Anne demostró una vez más, que un corazón roto no te matará si ordenas tus prioridades.
Gilbert Blythe, no muy a diferencia de Anne, imaginó exhaustivamente cada momento donde el destino pudo meter sus manos y darles un inicio esa tarde cuando abordó el tren, pero ni Barry's, ni Cole Mackenzie, ni cualquiera de los hermanos Cuthbert le levantó el velo que cubría las cartas de amor no entregadas, lamentablemente ninguno apareció.
Con un corazón roto por el amor no correspondido, una mente deseosa de borrar cada huella de Anne Shirley-Cuthbert Gilbert pasó la primera semana, a la segunda, una carta de su amigo Moody le jugó una mala pasada.
"Le estás haciendo falta a Anne, Gilb, sabes que es muy competitiva pero según ella ser la de mejor promedio no es satisfactorio si no tiene una buena competencia, la cual estoy seguro que tiene, ¡Esta haciendo el curso de un año! mientras todo el grupo esta haciendo el de dos, la señorita inalcanzable ha decidido restregarnos su inteligencia y interés en aprender...."
Es Anne, ¿Por qué esperaría e iría por el camino de los demás? -Pensó Gilbert mientras reía al leer con voz de Moody.
"Si bueno, debo agradecerle dado que mi amigo ha dejado su puesto como mi tutor (Sin rencores, no te salvas de hacerme consultas gratis cuando este muriendo) ella me ha explicado algunas cosas y eso..."
Así seguía la carta, pero el corazón de Gilbert latía potentemente con "Le estas haciendo falta a Anne" y aunque tenía la certeza de que la pelirroja no sabía de aquello, no podía evitar que su mente y su corazón danzaran al pensar en ella, claro que estos dejaban de gozar cuando su almohada le recordaba que ella había ignorado su carta dejando en claro su posición.
Si combinamos los millones de escenarios que los protagonistas hicieron durante su tiempo de despecho, daríamos con el reencuentro exacto que el dolor de cabeza de Marilla originó en vacaciones de invierno:
La pelirroja admiraba con ojos soñadores los altos árboles cubiertos de nieve, una pequeña canasta colgaba de su brazo bailando con cada paso que daba.
—Mi nivel de educación ha aumentado considerablemente pero jamás lo pondría antes de la calidez que me transmiten los senderos de Avonlea. -Confesó suspirante a la señora Rachel.
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𝐀𝐍𝐍𝐄 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐀𝐍 𝐄, one shots.
FanficHistorias cortas sobre la serie "Anne with an e" que escribo para intentar superar aunque sólo me hundo más en la obsesión. ~ •Los personajes pertenecen a L. M. Montgomery, Moira Wally Beckett, CBC y Netflix pero los relatos son de mi autoría.