Without your words, I can find my place

V

Is too late for us?

Ernia espero con una aura aterradora el regreso de su hijo, incluso se había atrevido a traer asu marido a esta larga conversación.

Recordó como los brillantes ojos de su marido estallaron en felicidad al saber de la existencia de su nieto, estaba extasiado, ya podía imaginar, que el hombre estaría en manos del bebé una vez abriera los ojos al mundo. Pero por supuesto que esto se borró de su mente cuando Erina continuó con su historia y le contó todo sobre el "problema" de la joven pareja.

El hombre mayor se había enfadado, siempre considero a Carsein como una figura cálida y correcta, pero luego de que su amada esposa le contara aquellas cosas, no pudo evitar querer explotar contra su hijo. El asunto no solamente se limitaba a una pelea en la cama. Los Alford querían separar a su hija, un divorcio no era bien visto por la sociedad aristocrática, menos cuando todavía se escuchaban rumores sobre el primer amor del joven caballero.

Un secreto a voces que por mas que quisieron callar, todavía se mantenía en la mente de los nobles. Annette se había apresurado a tomar una decision radical, que terminaria con una batalla entre los tribunales nobles. Seguramente podían favorecer a los Rass otorgándoles las custodia del pequeño, pero no iba ser fácil, Annette se había hecho un nombre con sus ideas renovadas y frescas para el mejoramiento de la vida de los comunes. Era una luz cálida que se opacaba por el brillo mismo de la emperatriz. 

Aun así, todo podía terminar mal una vez que los demás aristócratas supieran del divorcio, podrían atraer chismes que terminarían no solo afectando a Carsein, si no también a la emperatriz. Aun si ella no hubiera tenido nada que ver, sería vista a los ojos de los nobles como una destrozadora de matrimonios, lo que conllevaría a un sentimiento de odio hacia la facción real.

.

.

.

.

Esa noche hubo un fuerte argumento entre Carsein y sus padres.

Una pareja estaba abrazándose mientras sus rostros estaban llenos de molestia, las lágrimas cuál cristales descendían de los hermosos ojos azules de la dama y un joven estaba frente a ellos con la cabeza baja.

Y la muy notoria mejilla de Carsein estaba roja, por la fuerte bofetada de su madre. Una mujer tan delgada como su madre podría contener una fuerza tan tremenda como para marcar su suave piel

Los sirvientes incluso optaron por alejarse de la discusión, no querían salir arrastrados en la batalla. Pero pese a eso, algunas doncellas de la señora, fueron llamadas para contar su version de las cosas de aquella noche.

La cara de Carsein estaba pintada en rojo y sus ojos tenían diferentes emociones, entre el odio, el arrepentimiento y la decepción. El hombre que era considerado como la diferencia entre los nobles por su comportamiento ante los comunes, había caido mas bajo que cualquier pareja infiel aristócrata.

Esa noche un fuerte caballero, no pudo evitar derramar lágrimas en su habitación al pensar en todo lo que había sucedido y la terrible vision del futuro que se aproximaba, su torpe boca y sus sentimientos ocultos, lo estaban llevando demasiado bajo.  Incluso los amantes en los hoteles de las zonas rojas parecían mas sinceros cuando pagaban por amor. El no era diferente a esos hombres que buscaban placer en las piernas de mujeres que buscaban dinero y cariños en forma monetaria.

¿Cuantas veces dentro de su ética y moral reprochaba esos actos? e irónicamente terminó siendo uno mas del rebaño. 

Aquellas ideas en su mente de olvidar su amor por Aristia el dia de su boda, parecían haberse detenido por unos meses, pero siempre volarían por su mente cuando la veía, era su hermosa luz blanca. Pero esa luz blanca había elegido a alguien mas y ese no era el. Y en este momento, en este instante ante la cruda realidad, su mente comenzaba a atormentarlo. Su esposa, la mujer a la que juró lealtad y amor para toda su vida, se estaba escabullendo de sus manos, era una pájaro que ya había encontrado la puerta a la libertad....

Pero el pájaro no estaba solo, se iba a llevar sus remanentes, una pequeña parte de él se iba a ir con ella. Buscarían libertad de cualquier forma, cayendo quizá en las manos de un mejor dueño...

Tenía que enterrar su devoción por aquel gorrión plateado de una vez por todas

.

.

.

.

Pero ...¿Era demasiado tarde para empezar de nuevo?