XI

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I can't go out of this hell

parte II



El día siguiente fue horrible, una mujer había sido llevada a la cama del emperador por tendencias políticas y por el bien del imperio. Fue una salvaje decision que pese a todo el dolor que la emperatriz podría sentir, fue realizada. La mujer entre lágrimas paso las ceremonias con una mirada de angustia, mientras los mas codiciosos y los que estaban en el bando de su majestad miraban las decisiones que habían tomado frente a ellos.


Aristia que recordaba su vida anterior, no podía dejar de sentirse mal, lucho hasta el final con una sombra de su pasado, pero parecía que no podía cambiar mucho el destino, era como un efecto mariposa que estaba cobrando su venganza contra ella. El desear volver jamás le aseguro felicidad y pese a las dulces palabras de Ruve y su promesa de solo servir como su esposo y dejar su semilla en el vientre de la mujer, no podía evitar sentir que sus demonios estaban volviendo por ello. Iba a arder en el juego de un maldito dios sádico que nunca le advirtió de su destino y del final que había preparado para ella...

Su pequeña hija era delgada y enfermiza, no podría levantar un imperio por su propia mano, las consecuencias mas graves de sus supuestas acciones positivas estaban en el pequeño ser que dio a luz. 

Lamentablemente, pese a lo que ella y su marido quisieran, las peleas en el reino serian inevitables, las facciones estaban muy separadas y en cualquier momento podría estallar un golpe de estado contra ellos. Dichas afirmaciones, los llevaron a decidir aceptar la situación que frente a sus ojos estaba pasando. 

Ella como hermana de un matrimonio, estaba al lado de su marido, mientras se "casaba" con otra mujer, una mujer que contrariamente a la pelinegra que algún día conoció tenia un rostro plasmado de terror. Ella misma se mordío el labio mientras Annette la miraba de manera desesperada, como esperando que saliera ese lado valiente de una mujer que tuvo entrenamiento de caballero y se negara frente a todos los nobles deseosos de poder.

Pero eso nunca llegó, ella misma coloco la cadena que ato para siempre a Annette, como emperatriz se negó a mirar la recamara de la concubina y solo a los ojos de las bestias sedientas de poder, el acto fue llevado acabo.



Carsein una bestia llena de dolor, sufriendo por no poder mover ninguna parte de su cuerpo, estaba desesperado, la mujer que amaba estaba siendo llevado a la cama de su primo. Tenía ganas de tomar su espada y atravesar al adultero, pero sus acciones nunca se realizaron, su cuerpo lo obligo a entrar a esa recámara y ser testigo de la prueba sangrienta de la pureza de una mujer que era su esposa.

Los ojos de su primo también estaban desenfocados, era una pieza mas en el juego de un grupo de hombres sedientos de poder. El hombre de cabello azul, no pudo hacer otra cosa que seguir el sucio juego y tomar a la mujer como suya. El emperador se mostro sensato y trato de hacer la experiencia para la concubina menos traumante y en algún momento incluso gimió.

Para carsein no era mas que una maldita bestia, que sucumbió a las carnes del placer y disfruto tener una mujer pura bajos sus pies... En ese instante mirando como su primo comenzaba a dejar salir pequeños sonidos de placer, recupero el poder de su cuerpo y de un movimiento fatal logro cortar la cabeza del emperador....


























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Despertó con un angustiado grito, su recámara estaba sumida en la penumbra y su ropa de dormir, estaba extremadamente húmeda, las pesadillas, seguían molestando de ser. No había logrado dormir en las últimas semanas, los oscuros sueños, rondaban su mente en cualquier instante, logrando únicamente que su cuerpo ardiera en rabia y el descanso no fuera placentero. Los suaves ojos azules se adornaron con claros signos de falta de sueño, pero el hombre seguía aferrado al sueño de ver de nuevo a su esposa, un oscuro sentimiento de posesividad, se había clavado en su corazón desde el momento que empezaron los sueños y no podía dejar de intentar ponerse en contacto con su esposa.











Autor:

No les gusto el lemon :(, charros no voy a escribirlos entonces

Without your words, I can find my placeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora