La madera crujir, la sangre salpicar. El hedor a putrefacción, gusanos del piso de tierra salir. Un aura carmesí.
Rabia en mis manos, empapadas estaban. Adrenalina, odio, temor...
Baje a la cocina, tome el cuchillo. Del patio le saque,de su correa le tome. Salpique las cortinas salmón con color rojo encendido.
Nadie escucho sus alaridos.
No estaba orgullosa de la abstracta escena, orgullosa no. Feliz sí.
Le deje un regalo a mi hermano.
El amor nos vuelve a todos locos. Una locura que retratan como pasión, una locura que te hace hacer casi lo imposible. El amor nos atonta y nos vuelve salvajes.
Salvajemente apacibles. El amor nos vuelve locos, pero ¿qué pasa cuando le llega a alguien ya loco? El amor no me volvió loca, el amor me hizo más que eso, destruyó todo desde dentro. Cuando no me quedo más nada aún continúo patiandome. Me secuestró, me torturó, me abrazo, me hizo descubrir mi verdadero yo.
El amor no me volvió loca, el amor me volvió una psicópata.
Un chico joven de tal vez mi edad salió, la puerta se abrió lo suficiente como para comprobar que no había más nadie ahí.
Mis sentidos no me engañaban, había escuchado dos voces. Y una era de Diavolo, era imposible que no se encontrará ahí. Pero aún más imposible que este chico estuviera aquí.
-¿Quién eres t....
-Silencio- abruptamente tapó mi boca- nos escuchara.
El chico cerró la puerta y me condujo hasta una esquina, parecería aterrado por lo que hubiera allí dentro. Pero, yo sabía que no era más que un intento de actuación. Él había estado conversando de forma casual con Diavolo, la duda aquí era. Dónde y por qué no se dejaba ver por mi.
-Quítame la mano de encima- le dije- les escuche conversando, no tienes por qué fingir conmigo....
-Silencio- insistioso volvió a tapar mi boca mientras susurraba mirando aún con terror la puerta del sótano- él nos escuchará.
-¿Diavolo? No fingas, sé que hablabas con él.
-"Diavolo"... ¿quién es Diavolo? Yo hablo del demonio que vive en el cuarto. Él causó el incendio que mató a mi padre, acaba de matar a una persona, sí nos escucha vendrá por nosotros así que silencio.
Había un montón de cosas que en ese momento no entendía; ¿quién era este raro chico y por qué parece que no miente cuando cree que en verdad hay un demonio viviendo allí?, ¿Dónde está Diavol?, ¿por qué este chico sostuvo una conversación con él y ahora con una completa (tal vez buena actuación) seguridad afirma su historia?
-Estas loco- le aparte de mi- No hay nadie ahí.
Abrí la puerta para buscar a Diavolo pero no había nadie. El chico gritó cuando vio que entre y trato de detenerme pero estando la puerta abierta este también echo un vistazo.
Ambos nos pusimos a buscar, él a su "demonio" yo a Diavolo.
Pero no hubo ni un rasto.
Algo confundida pero tratando de tomar la situación le dije:
- ¿Lo ves? Aquí no hay nadie.
Tal vez si imaginé oir la voz de Diavolo.
- Es porque ahora se ha ido, pero lo he sentido, me susurrar en las noches. Me pide que haga cosas.
Estaba enfrente de un loco, la pregunta era ¿cómo llegó aquí?
-¿Cómo te llamas?- pregunté.
-Doppio.
-¿Qué haces aquí?
- No lo sé... lo olvide... ¿qué haces tu aquí?
Me tarde en contestar... tampoco sabía exactamente que estaba haciendo aquí.
-... Creo que a ambos nos obligan a estar...
Los días pasaron, las puertas y ventanas estaban cerradas. Diavolo se había ido a algún lugar y la llegada misteriosa de este chico tal vez tenía algo que ver en eso. La idea de escapar aunque llegará a mi cabeza no tendría sentido. No había ni un solo hueco, ni una sola señal, no había nada más que cerraduras y este chico a lado de mi.
Tal vez fueron unos dos o tres días los que pase a lado de él. Los dos intentando vivir tranquilos sin saber qué hacíamos aquí o cuando Diavolo volvería. De la nada se fue.
Este raro chico dijo que había recordado que el demonio le pidió venir aquí a cuidar de la casa. Me aterraba un poco pero lastimosamente Doppio era la única compañía que tenía.
El bochorno de estar todo cerrado me agobio, el no saber cuando Diavolo regresaría me desespero, la conducta rara de Doppio me asqueo y el olor a putrefacción del sótano terminó por hacer que me volvería loca. Era ese olor, el olor del cuerpo sin vida de ese tal Polnareff lo que me recordó esa pesadilla, el olor de su cuerpo era el mismo al de Jack enterrado en el patio trasero de mi casa.
Con la cabeza dando vueltas y la rabia en mis manos comencé a escuchar de nuevo sus gritos. Sus llantos en la noche, los ojos con los que me miró. Su olor, el olor de su cuerpo y la imagen al desenterrarlo. Sus ojos ya no tenía vida. En su boca había un enorme gusano.
Ese horrible olor, Sus gritos implorando ayuda.
Mi cuerpo temblaba. Golpeaba mi cabeza con mis manos tratando de callarlos. Tratando de callar los alaridos de Eduard.
Era un limbo en mi cabeza. Mi castigo. Mi penitencia. El infierno estaba en la tierra. El infierno era el sótano.
Hasta que de pronto sus brazos me tomaron. Con sus manos comenzó a masagear mi cabeza. Era su voz, Me tranquilizaba y decía que todo estaría bien. Ya estaba aquí, Diavolo había regresado...
Para mi escribir este fanfic no es cosa fácil, en el aplicó gran parte de mi comienzo por la Facultad de psicología que estoy cursando. Me gusta mucho escribir esto. Pero si quieres algo bien hecho no lo harás por hacerlo. Me tomo mi tiempo y mi momento de inspiración. Una disculpa si he demorado tanto. Sólo intento dar un producto de buena calidad en cuanto a trama mediana para un fanfic común y cualquiera se trata. Por leer y el apoyo, gracias.
Continuará...
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DiavoloXReader
Fiksi PenggemarSólo dolor y dolor... Pero en ocasiones me da de su amor. ⚠️Ni las ilustraciones ni los personajes son propios así que todos los derechos a sus creadores⚠️