Capítulo 6

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NATALIA

Cuando llegué a casa después de la cena con Alba, Marta ya dormía y yo me puse el pijama rápidamente y también me estiré en la cama para intentar dormir. Una vez tumbada, no pude evitar pensar en esa rubia con la que había cenado. Era realmente muy guapa y dulce y pensé que realmente tenía ganas de conocerla más. De golpe recordé que no me había confirmado si mañana iba a ir a patinar ya que seríamos sábado y se me ocurrió una idea.

Cogí el móvil de mi mesilla de noche y entré rápidamente en instagram. Busqué su nombre en la lupa y, después de entrar en unos cuantos perfiles que no eran los que yo buscaba, la encontré. Tenía la cuenta privada y no pude ver sus fotos pero la que tenía de perfil era inconfundible. Era un selfie, con la luz del sol iluminando sus ojos color miel y creando unos reflejos dorados en su cabello rubio que le caía alrededor de la cara. "Joder, que guapa es". Pestañeé varias veces para dejar de mirar su foto y me dispuse a mandarle un mensaje por Direct. 

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"Natalialacunza": ¡Hey rubia! ¡Que se me olvidó preguntarte si mañana vienes a patinar! Por cierto, si no me has reconocido en la foto de perfil, soy tu taxista particular. 

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Releí el mensaje unas diez veces antes de enviárselo pero finalmente me decidí. "Cojones Natalia, ¡pareces una acosadora!" me dije a mi misma mientras esperaba nerviosa a que me contestara. El tiempo pasó más lento que nunca pero a las 2 de la madrugada la rubia aún no me había contestado el mensaje. Suspiré fuerte pensando que seguramente se habría ido a dormir al llegar a casa y me forcé a dejar el móvil en la mesita para ponerme a dormir porqué mañana por la mañana tenía que levantarme temprano para ir a comprar comida con Marta. Finalmente me quedé dormida entre imágenes de ojos miel y melenas rubias.

Por la mañana unos golpes a mi puerta me hicieron levantarme de pronto.

-¿Sii?- pregunté medio dormida sentándome en la cama. 

La puerta se abrió y Marta sacó la cabeza con una sonrisa. 

-¡Buenos días compañera! Te despierto porqué ya son las 10 y nos espera una mañana movidita- me recordó riendo des de la puerta. 

-¡Ostia perdona! ¡Pero si me había puesto la alarma a las 9!- chillé mientras pasaba por su lado para ir al lavabo.

-Sí pero cuando ha sonado estabas roncando profundamente como un bebé y me ha dado pena despertarte, así que he entrado al ver que no te despertabas y la he apagado para dejarte dormir un poco más- me contó Marta des del comedor. 

-Soy un caso...perdona Marta, ¡te juro que me espabilo!- le dije saliendo del lavabo y corriendo hacia la habitación para vestirme.

-Jajajaj tranquila mujer, ¡no corras tanto que te vas a caer!- se reía ella des del comedor mientras yo me enfundaba unos tejanos tan rápido como podía y me colaba un jersey de rayas por la cabeza. 

Almorcé un café con dos galletas rápidamente, aunque Marta no paraba de decirme que no había prisa, pero yo me sentía mal. 

Cuando terminé corrí hacia la habitación mientras Marta se ponía los zapatos para coger mi móvil. Lo desconecté del cargador y, al abrirlo, me encontré con una notificación de Instagram que me hizo sonreír como una idiota. 

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  "Albxreche": ¡hola morena! Me sabe mal pero hoy he quedado con unos amigos y no podré venir a patinar. Los domingos el pabellón está cerrado, ¡pero el lunes iré sin falta!

PD: Tranquila que ya te había reconocido, eres inconfundible taxista

"Natalialacunza": Tranquila, ¡pasadlo bien con los amigos! Nos vemos el lunes entonces.

Piruetas sobre hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora