Ganar tu corazón [PAUSADA]

Capítulo-1

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Estaba bajando tranquilamente las escaleras para poder ir a la cocina. Cuando llego a esta, están mis hermanos ya sentaditos en las sillas del mesón de la cocina.

—Buenos días, estúpidos de mi corazón.- Saludo al sentarme en el medio de todos.

—Hola, tarada.- Responde Royce mientras que lo otros me saludan con la mano, ya que tienen la boca llena de comida.

—Hola, papá.- Sonrió cuando él se acerca y me da un beso en la frente, para luego devolverse a la cocina a seguir cocinando.

Empiezo comer tranquilamente, hasta que un ruido nos hace levantar la mirada a todos nosotros.

Nuestras miradas caen en mi padre el cual tiene en sus manos un tarro vacío, y su ceño fruncido.

—¿Cual de ustedes, idiotas, se comió la leche en polvo para el café?.

Todos nos tensamos al escuchar aquella pregunta, y rápidamente el primero en culpar es Nathan.

—¡Fue Royce!.- Todos los miramos y rápidamente culpa a alguien más.

—¡Fue Beca!.- Todos me miran y yo solo fruncí el ceño.

—¡Mentira!, ¡fue Nicholas!.- nuevamente repiten la acción anterior, y lo miran.

—¡No es cierto!, ¡fue Ryan!.

—Pequeña rata... ¡Claro, me culpas a mi para proteger a tu gemelo rata!.

Todos miramos a Nathan y luego nos miramos entre nosotros.

—¡Fue Jennie!.- dijimos todos al unísono a la vez que apuntabamos a nuestra perrita, la cual comía su comida tranquilamente.

—¡No griten en esta casa!, ¡y no culpen a Jennie por algo que hicieron ustedes!.

—Papá, ¿te das cuenta que dices que no gritemos, y tu estas gritando?.- Pregunta Nicholas, mirando a nuestro padre.

—¡Soy el padre!, ¡yo grito si se me da la gana!. ¡Ahora vayanse al instituto, se quedan sin café!.

Todos nos fuimos corriendo afuera de la casa con nuestros bolsos colgados en el hombro, y nos subimos a la camioneta.

[...]

Bajamos de la camioneta y nos despedimos de los gemelos, ya que ellos tenían que rodear la cancha para llegar a su salón.

—Hoy tenemos entrenamiento, ¿quieres ir?. -Pregunta Ryan al mirarme, a la vez que colocaba su brazo encima de mis hombros.

—¿Y poder burlarme de las porristas porque ustedes no le prestan atención?, Claro que voy.- Sonrió de lado y rodeo el torso de Ryan con uno de mis brazos y el otro lo entrelazo con el de Royce.

—Creí que querías ver cómo entrenaban tus hermanos mayores.- Dice Royce haciéndose el dolido.

—Tranquilo, hermanito, es que ella no nos quiere.- El otro tarado hace como que se limpia una lágrima. Yo lo único que hago es rodar los ojos.

—Yo si los quiero, par de sapos, siempre los veo entrenar, así que no se pongan sentimentales.

Entramos al instituto y comenzamos a caminar hacia mi salón ya que ellos siempre me dejaban primero y luego se iban a su salón.

Entre a mi salón y me senté al lado de mi mejor amiga Alana Miller. Ella es del equipo de animadoras, pero no es nada presumida como las otras.

Nos saludamos y esperamos a que el profesor llegará.

[...]

Ya terminó el día de clases así que voy con Alana a los vestidores para que ella se pueda cambiar.

Cuando ella sale, nos vamos a la cancha, yo subo a las gradas y me siento en la primera fila.

Vi como mis dos hermanos se acercaban trotanto con una gran sonrisa hacia mí. Algunas de las animadoras los miraban embobadas. Rodé los ojos y me acerqué a la barandilla.

—Hola, tarada.- Dice Ryan mientras chocaba puños conmigo.

—Hola, par de sapos. ¿Como van?.- Pregunto refiriéndome al entrenamiento, lo cual entendieron bien.

—Bien, el entrenador aún no llega.

—Eso es bueno, Roy.

De repente, se escucho un ruido de silbato. Rápidamente mis hermanos se acercaron al entrenador.

Estaban algo cerca de las gradas así que me senté de nuevo en el asiento y me puse a escuchar lo que decían.

—Muy bien chicos, quiero decirles que este viernes jugaremos contra los ....

Yo solo pude fruncir el ceño ya que no escuché contra cual equipo iban a jugar.

Hice una rápida seña para que Ryan se acercara ya que había desviado su mirada hacia mi.

Rápidamente se acercó y me miró de mala gana. -¿Que?.

—¿Contra quien van a jugar?.

—Contra los malditos Leones. - sonrió y volvió a su lugar con los demás mastodontes.

Sonreí de lado y mire como los del equipo luego de que el entrenador hablara empezaron a entrenar.

Yo simplemente me les quede mirando un rato y de vez en cuando giraba mi rostro hacia las animadoras para ver a Lana y su equipo.

[...]

Luego de unas horas, mis hermanos habían terminado de entrenar. Empezamos a caminar hacia el estacionamiento para poder irnos.

Al llegar, nos encontramos a mis hermanos menores, sentados en el suelo, a un costado de la camioneta.

—Hola, pequeñas ratas. ¿Extrañaban a sus hermosos y fabulosos hermanos mayores?. -Dijo Royce a lo que Ryan y yo solo imitamos la pose súper Pro que hacía mi hermano.

—Pfff... Si fuera por nosotros, ya nos hubiéramos ido hace dos horas sin ustedes.

—Nick, Nick, Nick... Eres un tonto, nos extrañaste y ya.

—Ry, Ry, Ry... A la única que extrañamos fue a Beca.

—¡Ja!. ¡Les dije que yo era la favorita de las ratas mugrosas!. -Abrace a mis dos hermanitos y les susurré en el oído en un tono demasiado bajo para que sólo ellos escucharan. —Bien hecho, en la casa les daré las galletas que les prometí.

Ellos sonrieron y nos separamos. Mire a los mayores, y tenían el ceño fruncido y sus brazos cruzados.

Los abrace de igual manera y les di un pequeño pellizco a un costado.

—Bueno, bueno, ya mucho amor de parte de la tarada, ahora vamos que tengo hambre

—Tu siempre tienes hambre Nate. -Dicho esto, todos subimos a la camioneta y emprendimos camino hacia nuestro hogar.

Fue un viaje tranquilo, hasta que pusieron canciones de Ariana Grande. Y si, a mis hermanos y a mi nos encanta ya que a mi mamá le fascinaba.

Nos pusimos a cantar... Bueno... Mis hermanos sólo gritaron como gallos, pero lo importante es que "cantan".