Capítulo-9

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No se olviden de dar estrellita y comentar 🤗💜.

POV NARRADORA

—¡Es enserio lo que les digo!. -Una corredora algo irritada, se encontraba en el hogar de uno de sus amigos, gritándole a sus compañeros de equipo.

—Rebeca, ya te hemos dicho, que ninguno de los Lobos, sería buena persona, y mucho menos Blackmoon. Ese es el peor.

—Callate, Beckett. -La chica se tiró a uno de los sillones, cruzada de brazos, totalmente enojada.

¿Como puede ser que esos idiotas no le crean?. Osea, entiende que los Lobos se ven robustos, y malotes. ¡Pero no importa!.

Si el mismo capitán fue a tenderle la mano, significa que tienen dignidad y espíritu deportivo –Al menos él–. Y que sus amigos no quieran aceptarlo, le deja con muchas dudas respecto a sus espantosas personalidades.

Ridículos sus amigos, ridículos sus hermanos, ridículos toda la escuela, ridículos todos los otros equipos... ¡Ridículos todos!.

—Hermanitos queridos... Ustedes me creen. ¿Cierto?. -La corredora mira a sus dos hermanos mayores, los cuales estaban sentados en un sillón de a dos. La chica colocó ojitos de cachorro y miro directamente a aquellos chicos.

—No, Rebeca.

—Lo único que creemos es que necesitas ir a un psicólogo. -El mayor de los Rollins comenzó a hablar y finalizó el menor a su lado.

La chica ganó un solo partido y ahora cree que todas las personas son amigables. Como diría su querido abuelito Cristian; ¡Patrañas!. ¡Puras patrañas, malditos embusteros!.

El hermano de la mejor amiga de la chica, se acerca y golpea a los dos hermanos detrás de la cabeza, haciendo que los dos chicos emitieran quejidos, llevando su mano a la zona afectada.

—Beca no necesita ir a un psicólogo. Bueno, por ahora no, tal vez... Lo que necesita es que alguien la apoye. Pareciera como si ninguno tuviera hermana.

—Cierto, malditos idiotas... Esperate, ¿¡Como que tal vez!?.

El joven chico se alza de hombros, tirándose sobre los hermanos, como si de una cómoda cama se tratara.

—Ni idea para que acepte este encuentro. -Siguió hablando la menor de todos, mientras negaba con la cabeza. —No los soporto si no es en la escuela. Adiós. Hagan algo productivo en vez de vegetar hasta mañana. -La corredora, salió de aquella casa y empezó a caminar por las calles.

Ya estaba anocheciendo, y la casa de Beckett no estaba para nada cerca de su hogar. Aparte, no había taxis por ninguna parte.

La corredora pensando que ya nada podía ser peor. ¡Para colmo!. Se pone a llover.

No tiene abrigo... Y esta vestida con algo para días calurosos que sera su mayor enemigo junto con la lluvia.

¡Diosito!. ¿Que cosa a hecho ella para merecer todo esto?.

La pobre chica empezó a correr lo más rápido que podía hacia un lugar seguro donde poder refugiarse. Ya no podía volver con sus amigos ni con sus hermanos porque ya estaba bastante alejada.

A lo lejos pudo ver un centro comercial, se acercó corriendo a la entrada y se resguardo bajo el pequeño tejado exterior de aquel lugar. Empezó a secar su cabello el cual estuvo sumamente mojado, se agachó y exprimio el dobladillo de su vestido.

Sacó su celular de la cartera que traía; Tal vez, podría llamar a su padre y pedirle que la fuera a buscar. Pero por pura casualidad de la vida, ¡Su celular estaba tremendamente muerto!. ¡Sin batería!.

Genial...

Ojalá sus hermanos se hayan dado cuenta de que empezó a llover luego de que ella se fuera.

Dios... Empezó a tener frío, se abrazo a ella misma tratando de darse un poquito de calor. Gimoteaba de manera leve mientras veía las calles totalmente vacías.

¡¿Porque la vida tenía que tratarla así?!. Es una buena chica, con buenas notas, con buenas intenciones y con buena actitud. ¡¿Porque a las personas que tienen malas intenciones no les ocurre?!.

Sólo faltaría que zombies la persiguieran...

—Creo que este no es un lugar para una chica tan linda como tú.

Al reconocer aquella voz, la chica giro su rostro para encontrarse con una camioneta de último modelo, estacionada frente a ella. Aquel individuo tenía el vidrio del copiloto abajo, asi que se podía notar las expresiones con ligera burla disimulada a leguas.

—¿Te gustaría que te llevará?. -Prosigue el Lobo, ahora mostrando una sonrisa más sincera.

—¿No crees que mojare tu auto?. -La corredora pasó sus manos por debajo de sus ojos, limpiando el maquillaje que se le había corrido a causa de la molesta lluvia.

—Si lo mojas, luego se puede secar. ¿Vienes o no?. Estas al borde de pescar un resfriado, Rollins.

La chica se escurrio lo mejor que pudo, para luego acercarse con pasos tímidos al auto del capitán.

¡Aún se sentía avergonzada por lo que había ocurrido en el parque!.

Luego de que la castaña subiera al vehículo, empezó a temblar como un pequeño cachorrito indefenso. Mira como el chico subía el vidrio con un pequeño botón que tenía de su lado y se estiraba hacia el asiento de atrás.

—Dejame ayudarte. -Pide el chico, acercando su chaqueta con el logotipo de su equipo en su espalda, con la palabra "capitán", escrita encima del logo. La ayuda a colocarse aquella prenda, mientras era testigo de como la parte superior del cuerpo de la contraria dejaba de temblar, pero aún así sus piernas se movían con fideos.

El chico, sintiendo ternura por su mate, se vuelve a estirar hacia el asiento trasero, trayendo consigo una manta, colocándosela cuidadosamente en las piernas.

—¿Siempre cargas con una manta en el asiento de atrás?. -Pregunta la corredora con una sonrisa algo burlona, pero agradecida en el rostro. Se quita la liga que traía en la muñeca con la cual procede a amarrar su cabello.

—Pues sí. A veces mis amigos se quedan dormidos ahí atrás y dejan la manta ahí. -Se alza de hombros, sonriendo ligeramente. Del interior de su chaqueta –No deportiva–. Saca un pañuelo, con el cual procede a limpiar el maquillaje de la chica con delicadeza, y como la pequeña niña que se sentía en aquel momento, se dejó hacer sin oposición alguna. —¿Sigues con frío?.

—Un poco.

—Si hago algo, ¿Te enojaras?.

—No lo sé... Depende.

Lo último que se espero la corredora fue un emotivo abrazo por parte del quarterback. Pero por alguna extraña razón, empezó a sentir como su cuerpo empezaba a calentarse en cuestión de segundos, dejando de temblar en aquel instante, así que, simplemente se quedó ahí, siendo abrazada por el chico.

Ganar tu corazón  [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora