IX

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Sus labios se envolvieron alrededor de la gruesa longitud a la que se aferraban sus manos. El dulce calor del pene del Conde lo saludó cuando su lengua probó la humedad aglomerada en el glande. Tan erótico como podía ser, Chanyeol gruñó en pleno éxtasis al ver a su tierna y dulce Baek hincada sobre sus rodillas dándole una mamada.

—Mmgh —gruñó con los labios apretado y las manos empujando la cabeza de la muchacha hacia su ingle.

La boca de Baekhyun tomaba el miembro en toda su extensión, aunque por el tamaño de este la mandíbula ya comenzara a dolerle.

"Tenerte así será mi perdición, mon petit ange, pero deseo tanto que vuelvas a hincarte para mi hasta domarte en su totalidad", pensó el Conde mientras su cuerpo disfrutaba de la corriente eléctrica producida por los sensuales belfos de la dama.

(Mon petit ange: mi pequeño ángel)

Un sonido por de más obsceno le llamó la atención cuando la boca de Baek abandonó su necesitada hombría, dejándola a merced del viento. La mirada que le dirigió ella hizo temblar su miembro desde la punta.

—Nunca había hecho cosa semejante.

Chanyeol lo sabía porque, a pesar de las buenas habilidades que Baek demostró poseer al chupar su polla, sí había ese temblor de miedo e inseguridad teñido en sus acciones. E independientemente de la inexperiencia de Byun, Chanyeol estaba tan cerca del clímax cual muchachillo precoz al recibir su primera mamada. Ese hecho particular lo dejó desconcertado pues debido a su basta experiencia con un centenar de damas que no se inhibieron al momento de levantar sus faldas, sabía de sí mismo lo difícil que era complacerlo. Para muchas mujeres hacer que el Conde se corriera era todo un reto. Y ahora...

El lujurioso conde se preguntó si su excitación se debía a la peculiar espera a la que estuvo sometido dada la renuencia de Baek a dejarse llevar por las mareas de la lascivia. Debía entonces deberse a la espera, al celibato que esa joven le obligó a llevar.

—Y aún así me tienes entre tus dedos —murmuró, con la mirada cargada de deseo insatisfecho.

Baekhyun tomó nuevamente en su boca aquel palpitante trozo de carne, lo envolvió con su lengua, acariciando obscenamente las venas hinchadas en la longitud y deseando que pronto la dulce descarga manchara sus labios. Estaba ansioso. Y la emoción del momento provocó que su propio miembro se endureciera, pujando contra el encaje de su ropa, acariciándose contra la tela deseando la liberación. Su pequeña entrada estaba también deseosa como nunca de probar la calidez de una polla. Contrayéndose ante la expectativa una y otra vez, sintiendo ese cosquilleo que lo empujaba, usualmente, a acariciarse a sí mismo. Mas no podía, no frente a Chanyeol o su vil secreto quedaría al descubierto y entonces no sería la blanca semilla lo que manchase sus labios sino hilos de sangre.

Con premura, su boca se movió rápidamente, arriba y abajo, sintiendo el miembro vibrar entre sus labios. Estaba cerca, tonto que ya podía sentir el preseminal mezclarse con su saliva y degustó el salado sabor al que se sintió inmediatamente adicto.

"Merde"

Chanyeol descargó su semen dentro de la boca de Baekhyun y al retirar su mimbro un camino de saliva y esencia unieron esos hinchados labios con el glande. Sumamente erótico que bien podría estar duro de nuevo.

—Nublas mi juicio sin siquiera intentarlo —mencionó en tono parsimonioso, viendo la lengua rosada de ella lamer la comisura de sus labios, disfrutando de cada gota de esperma—. Puedo jurar que en este momento tu dulce intimidad está mojada, ansiosa por probar lo que tus labios han devorado.

Tan desvergonzado.

Las mejillas de Baekhyun se tiñeron con furia al escucharlo, corroborando las palabras del Conde. Sí, él estaba caliente y con su miembro erecto listo para correrse, pero no estaba húmedo porque no era una mujer. Eso no disminuía su excitación, claro, pero no le haría ninguna gracia a Chanyeol descubrir que recibió una deliciosa mamada de labios de un hombre.

El romance trae vestido (Chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora