Capítulo 23

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El médico nos dijo que los tratamientos del Señor Steven serán una vez a la semana, ya habían pasado casi dos semanas desde que empezamos con ellos, todos va sobre ruedas y Cristian y yo nos hemos estado llevando mejor, él sigue un poco triste pero al ver que hasta ahora todo va bien se ha ido relajando un poco más, lo bueno es que él sabe como va a ser esto, los cambios físicos que se van a notar en su padre pero como el mismo médico nos dijo, el cáncer no está avanzado y si todo va bien en unos meses todo se acabará, claro que con muchos cuidados y consultas tal vez pero que no habría gran riesgo de que la enfermedad vaya para mal, pero igual hay que permanecer alerta.

Hoy es martes,llegué bastante temprano a la escuela porque prácticamente no dormí, llevo algunos días teniendo pesadillas que no me dejan dormir bien así que me veo horrible, mi cabello es un nido de pájaros y las ojeras que tengo son más grandes que un pulmón mío.

Empecé a guardar y a sacar de la taquilla todo lo que necesitaría para las primeras clases hasta que sucedió lo que llevaba semanas tratando de evitar.

—Susan—habló Amber por detrás de mi a lo que me volteé para encarar a esa víbora y de paso a su novio —Venimos a dejarte un par de cositas claras querida—habló con un tono que supuestamente era intimidante pero la verdad es que las caricaturas que veía mi hermana me daban mas miedo que ella.

—Mira Amber, me importa realmente poco lo que quieras decirme, yo absolutamente todo lo tengo claro así que perderás tu tiempo—le dije con un tono de verdadero desinterés.

—Deberías tener claro cuál es tu lugar en esta escuela, eres solo una tonta que quiere hacerse la valiente para llamar un poco la atención pero no me llegas ni a los tobillos estúpida—dijo destilando veneno pero como ya he dicho antes, no me importa lo que diga.

—Mira Amber Moon, ya te dije que no me interesa lo que quieras decirme, si tienes tu ejército de estupiesclavos, si tu y tu novio se creen los reyes de la escuela, si ambos son unos cornudos me vale tres hectáreas de ve....—Me estaba sincerando pero en ese momento Jason me tomó fuertemente por el brazo.

—¿Qué estas hablando perdedora? No somos ningunos cornudos callate tu estúpida boc...—Y en ese momento lo interrumpió Cristian, se está haciendo rutina que todos se interrumpan.

—Ey idiota ¿Qué haces? Sueltala si no quieres que te estampe la cara contra una taquilla—Habló Cristian mientras quitaba la mano de Jason del agarre en que me sometía.

—Llegó el otro perdedor a salvar a su princesa sapo—habló Jason y Amber rió.

—¿Por qué no dejan de joder?—preguntó Cristian con marcado disgusto.

—Ustedes empezaron, osea, ella empezó—dijo Jason señalandome.

—Pero no dije mentiras, es verdad que la zorra de tu novia le coqueteaba a Cristian—A mi no me constaba nada de eso, pero con tal de molestar lo dije, estaba siendo víctima del síndrome de Roque.

—Eso es mentira perra—dijo Amber con intención de abalanzarse sobre mi pero justo llegó el profesor de Geografía y nos dijo que se acabó la pelea que todos para nuestros salones.

Así hicimos y me pasé toda la clase un poquillo irritada, es que esos dos estúpidos tenian la manía de querer joder a todos pero a mi ni muerta yo no me dejaré molestar ni por ella ni por nadie, eso sería darles control sobre mi pensamiento y mis sentimientos, sonará raro pero si tu le das a una persona el poder de molestarte y joderte la vida, le estás otorgando el poder de destruirte.

A la hora del almuerzo me senté con mis amigas como siempre y por primera vez vi a Cristian llegar a la cafetería, parecía como si casi nunca viniera por aquí, bueno,en realidad nunca iba, le grité y cuando capté su atención le hice una seña para que viniera a sentarse con nosotras.

—Hola—dijo Cristian a mis amigas apenas se sentó.

—Hola—dijeron ambas casi al unísono.

—Cristian, ellas son Lina y Sophia, chicas, el es Cristian—dije presentándolo,parecia increíble que aún no lo hubiera hecho, aunque teniendo en cuenta la relación que hasta hace algunos días teníamos el y yo, era perfectamente entendible.

—Vaya, por fin conocemos al mayor hater que tienen los libros de Susan—dijo Sophia con algo de humor y todos reímos.

Entramos en confianza todos rápido, hablábamos, hasta que a Lina se le ocurrió una idea.

—¿Qué les parece si vamos mañana al centro comercial y nos tomamos unos batidos por allí?—dijo con un tono divertido.

Todos estuvimos de acuerdo y quedamos que mañana a las 4 iríamos.

Luego de eso solo hablamos de tonterías al azar, la verdad es que hacemos un gran grupo Cris, Sophy, Lina y yo.

Volvimos a clases y en mitad del turno mi teléfono vibró con un mensaje,lo tomé para ver quien podía ser la persona que me estaba hablando por sms, hace mucho tiempo nadie lo hacía.

Cristian Roque:¿Nos tomamos hoy un helado?

Lo pensé y al fina decidí que me apetecía bastante un helado, a parte que ya no me desagradaba la compañía de Cris, me di cuenta de que cuando viene en buen plan resulta bastante fácil llevarse bien con él.

Susan Hell:ok, pero yo pago.

Cristian Roque:Como usted desee.

Pasaron todas las clases y cuando se acabaron Cristian y yo partimos a la heladería que quedaba muy cerca de la escuela, entramos,pedimos nuestros helados, yo uno de chocolate y él uno de vainilla y fuimos a nuestra mesa.

—Oye, gracias por ayudarme hoy con los imbéciles de Amber y Jason—le dije sinceramente, me había ayudado y olvidé darle las gracias.

—Tranquila, siempre ayudo a mis amigos—dijo y abrió ligeramente los ojos como si hubiera dicho algo que no debía.

—¿Entonces somos amigos?—pregunté un poco incrédula de lo que había dicho el chico.

—Bueno, estas semanas que han sido las más duras de mi vida, haz estado aquí conmigo y sobre todo haz ayudado a mis padres, eso hacen los amigos—me dijo mirándome con una ligera sonrisa y algo ¿Sonrojado? Na, debe haber sido mi imaginación.

—Entonces supongo que si somos amigos, aunque es muy raro que uno de mis amigos sea la misma persona que dijo que prefería la silla eléctrica antes de leerse un libro mío—dije y él soltó una carcajada recordando aquel video.

—Bueno Susan, me caes bien tú pero tus libros la verdad es que no mucho—siguió riendo.

—Es que estoy segura que si te cuento Diamante en Bruto desde mi perspectiva entenderías lo importante y especial que es esa novela—dije más para mí, recordando como había escrito ese libro utilizando todos los consejos y recursos que mi padre me daba.

—Entonces hazlo, cuentame—dijo Cristian mientras tomaba otra cucharada de su helado.

—Algún día—dije sonriendo y volviendo a mi helado.

—¿Sabes qué Susan? Me alegro de que nos llevemos bien—dijo él sincerandose.

Le regalé una cálida sonrisa

—Yo también Cristian.

Y no mentía.

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N/A:Hola preciosuras de este planeta ¿Cómo están? Yo bien, ya estoy ready.

Ayer comencé la escuela y ya tengo ganas de terminar :"(

Quería darles las gracias por los 500 votos, estoy muy feliz como siempre.

Besitos con sabor a papitas fritas.

Mi Hater #1✔️ (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora