overthinking and others feelings.

DECIDETE

¿Él o la otra persona?

A veces , cuando esa sensación de casual arrepentimiento me visita, haciéndose amiga de la costumbre, él aparece en ella, a veces destrozándolo todo.

Porque sí, éramos perfectos, hechos a la medida, tranquilamente tomado como mi media naranja, era hermosa e inteligentemente perfecto para mi, y aunque al principio era cegadoramente adictivo, no funcionó.

Las sogas no se ataron bien, las flores no se regaron lo suficiente y los clavos no fueron lo suficientemente fuertes para sostenernos.

Yo no fui lo suficiente fuerte para sostenerte.

Y te deje ir, sin la posibilidad de volver a intentar, sin darle un cierre al menos, solo me fui.

Y no me malentiendan, no lo ahuyente, jamás le haría algo para que tuviera la necesidad de hacerlo, y sé que él tampoco era capaz de hacerme algo así.

Yo solo lo deje ir, no lo até bien y tampoco me importó sentir que poco a poco se me resbalaba hasta caer.

Aunque a veces pienso que quizás la que cayó fui yo.

Sigo pensando que era la persona perfecta para mí, pero no era el tiempo adecuado.

Quiza tampoco  haya un tiempo adecuado para nosotros, porque aunque fueramos perfectos nunca llegue a sentir algo realmente bueno, o seguro, o firme, por él.

Porque creo que durante ese ahora, ya pasado y en el ahora, presente, yo le pertenecía y pertenezco a otras cosas y a otras personas.

Le pertenecía a mis miedos poco controlables, a mis arrepentimientos perturbantes, a través de una incesante ansiedad y a mí estricta concentración en mis estudios.

Y los más importante, además de mis amigas y familia, lentamente iba cayendo, como llave en mano, a sus posesiones.

Me estaba volviendo adicta a otra persona, una en la que odie entre sueños y pesadillas ver cómo irresistiblemente caía entre sus brazos, de los cuales, a diferencias de los de él, no me resbalaba ni aunque tuviera miedo de que quizás ella no sentía lo mismo que yo. 

Sí. Ella. ¿Que problema, no?