"Veía el universo, pensando que tenía que haber algo ahí para mí"
[Kashitsuki]
De mis ojos brotaban estrellas, yo era su príncipe.
Oía voces cada noche al ver el cielo, y pensaba que eran ellas hablándome, yo, con mi gorro rojo y mi chaqueta me dirigía a lo más alto de lo que podía mi cuerpo humano y las admiraba con una brillante sonrisa, les hablaba un poco, ellas me comentaban al respecto.
En mi mente corrían memorias, era lo que parecía, sobre mi cuerpo durmiente en un suelo frío y lleno de cráteres, seguro, de seguro yo había sido algo mágico.
Por aquella montaña a la que iba siempre pasaba una luz a lo largo de los árboles. Se veía recorrer todo el monte, nunca supe lo que era, no es que me diera mucho miedo averiguarlo, simplemente no lo hacía. Yo me sentía feliz así.
Mas un día , me picó un poco la curiosidad.
Daba algunos pasos, explorando por ahí, debía estar un poco loco, o sea, era de noche, no hacía tanto frío, pero era de noche, en una montaña solitaria, debía de haber algo mal en mi cabeza para seguir a una luz que deambulara por ahí.
Pude localizarla y me escondí por un tronco. Parecía una figura humana, tenía una bata blanca y una máscara. Su cabello era castaño, no sabía por qué, pero destellaba mucho. Como una estrella.
Me acerqué un poco y rápidamente me volteó a ver.
—Amm...— si no era un fantasma, no sé lo que era, pero daba un poco de miedo, estaba seguro de que me borraría la memoria y me transportaría a mi casa o me diría algo así como; que es prohibido ver al espíritu del bosque así que tienes que marcharte o te mataré. Aunque para mi sorpresa no fue nada como eso.
—Eres el chico de la luna—- me dijo, no podría decir si estaba sorprendido o serio ya que su máscara le tapaba todo su rostro.
Se me acercó a lentos pasos y me sonrió.
—Las estrellas son escándalosas por ti, chico luna— no entendía que decía, mas ese apodo me hizo sonreír un poquito.
—Aquí todo es silencioso, pero cuando viniste escuchaba las risas tuyas y de ellas, me sentí un poco acompañado.
Se sintió bien, ayudar a alguien sin saberlo.
—Yo cuido el bosque, y me gustaría que vinieras más seguido para deleitarlo con sus risas.
Agradecido, asentí, y él me dejó en la salida del lugar. El próximo día le volví a visitar, y el siguiente y el siguiente también.
—¿Kashi-san, realmente no puede salir?
—No es que no pueda, pero aquí me siento bien, ni yo sé exactamente que soy, tú, tampoco eres un humano normal— eso lo entendía.
Esos días nos acercábamos juntos a las estrellas y yo les hablaba, Kashi-san sólo asentía a mis pláticas, no se involucraba, pero se veía feliz, y yo no sabía por que.
Un día de tantos dimos un paseo por ahí, el bosque desde afuera se veía terrorífico en la noche, pero con un acompañante que le conoce como la palma de su mano es realmente bello. Podía observar las lagunas y todos sus habitantes sin sentir que algún monstruo se me acercaría. Es raro, cuando estamos solos es cuando tenemos más miedo, aún si estamos en un lugar sin peligro, aún si no hay animales salvajes, no sé. Deberíamos apreciar un poco más la falta de luz, de vez en cuando no debe ser malo.
Se sentía fresco, ese día, se sentía tan tranquilo que pensé que nunca me sentiría mejor.
Kashitarou de seguro antes era muy solitario, no creo que fuera tan bueno estar ahí solo todo el tiempo.
Pensaba que estaba bien no saber quién era o porque podía hacer algunas cosas, tal vez de saberlo me sentiría frustrado por algo que no puedo revertir, si era feliz así que más daba
—¿Kashi-san, no es raro, enseñarme todo esto?
—Yo realmente quería compañía, no me sentía triste, pero es mucho mejor.
No quería faltar ninguno de esos días, sentía que tal vez no sería igual, ni para mí, ni para las estrellas, ni para Kashi-san.
—Agradecería que te quedaras, que vinieras todos los días.
Tal vez era algo de mi mente escucharlo decirlo con muchas ansias. Yo, no tenía razones para negarme. Aunque a pesar de eso, decirlo como si me diera igual estaría mal, Kashi-san, me pregunto que es lo que me gustó en ese momento, o tal vez desde que me enseñó el bosque, me pregunto que pensó él de mí al escucharme platicar con las estrellas. Tal vez nada, o tal vez sí... No lo sabré.
—Prometo venir siempre— yo no era una persona solitaria, pero sin duda podría ir siempre.
Él se vió muy feliz, y yo quise seguir viendo su sonrisa. Nunca hasta la fecha le e visto la cara, pero eso está bien, no es como si me incomodara algo como eso. Podía saber que por lo menos él sonreía. Y me gustó que sonriera cuando hicimos nuestra primera promesa, las estrellas me silbaron, tontas.
Un día de tantos de siempre se nubló y estaba más oscuro, Kashi-san me tomó la mano y era demasiado fría a comparación con la mía, se sentía bien, estaba helada y se sentía bien.
Otro de tantos no pude llegar, me fue imposible. Kashi-san al siguiente día me abrazó, y estaba frío pero me gustó abrazarle, se asustó un poco, pensé que pudo pensar que le habían olvidado, yo le sonreí, él una vez me dijo que le gustaba mi sonrisa. Y entonces le dije que olvidarle era imposible.
Desde esa vez evitaba fallar una segunda, ya que no quería verle ese semblante otra vez, sin saberlo, nos encariñamos
No tenía que pensar en que era o como describirlo , los dos nos sentíamos iguales, eso era seguro.
El chico de la luna se convirtió en un adulto, que visitaba todos los días el bosque. Que llegaba sonriente como si tuviera a la persona más especial del mundo ahí. Y todos juraban que construiría su hogar ahí.
Y sí, podía ser verdad.
Ya que nunca rompería una promesa, nunca lo haría.
[...]
Hola, hola!!
Es la primera vez que escribo Kashitsuki, si hay alguna petición pueden pedirla ❤️
Muchas gracias por leer
