Invierno frio y devastador

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-Te quiero.-Digo agachando la mirada, estoy segura de que mi rostro parece un tomate rechoncho, mis ojos están enrojecidos e hinchados.

-¿Y ese te quiero de donde viene?-Pregunta, sus ojos buscan los mios pero yo los evito y me concentro en mis pies descalzos tocando la nieve.

-Solo quería decírtelo.

-Debe haber otra razón, cuando yo digo te quiero es porque lo siento, no solo por que lo quiero decir.- Sus palabras siempre me han hecho sentir así, inferior y débil y eso lo odio, me enfuruño y frunzo el seño.

-¿Por qué me quieres?

-No lo se, podrían pasar miles de años y la respuesta sería la misma.- Otra de sus cualidades es su capacidad de hacerme temblar con millones de emociones brotando de mi, cada que lo escucho se detiene el tiempo y a la vez avanza muy deprisa.

-No se que decir...

-Di algo, lo que sea, por favor...

Pero no contesta a pesar de mis intentos, un pequeño impulso de amor juvenil y pasional se convirtió en un acto estupido e impulsivo.

Me duele el saber que mi deseo más anhelado nunca se volverá realidad, ni aun que las estrellas cayeran en nuestros ojos nos comportaríamos como iguales, como la roca y el musgo, como una araña y una mariposa.

Noche bajo las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora