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En casa de Julie la banda se había reunido en la sala de estar. Amelie y Luke, como no podía ser distinto, estaban sentados juntos, ella tenía su cabeza sobre sus rodillas y cantaba canciones de Sunset Curve a todo pulmón aprovechando que nadie podía oírla.

De vez en cuando los chicos se tiraban algún coro para acompañarla, y Luke cantaba las partes que solían cantar juntos sacando sonrisas nostálgicas en ambos.

Pero no estaban solos en la casa, el hermano pequeño de Julie, Carlos, se había empecinado a buscar fantasmas en su casa y se apoyó de una tableta para hacerlo. Caminaba a oscuras por la planta baja tratando de captar esencias del más allá. Lo que Amelie no tenía claro era qué pensaba hacer cuando encontrase evidencia de que estaban los cuatro sentados frente a sus ojos.

—¡Te tengo! —gritó el pequeño haciendo que los chicos se sobresaltaran, creyendo por un instante que se trataba de ellos.

Pero para desgracia de Carlos solo era su tía.

—Por ultima vez mijo, los fantasmas no son reales.

—Típico de adultos —refunfuñó Reggie—, ¿recuerdan cuando éramos chicos y nadie creía lo que decíamos?

—Creo que eso solo te pasaba a ti, a mi me creían bastante.

—Estoy con Alex en esto —apoyó Amelie—. Papá solía creerme todo lo que decía. Bueno, hasta que abandoné la escuela por ustedes. Ah, la época dorada, me gustaría encontrarlo para disculparme también por eso.

—¿Quieres que te ayudemos a buscar? Estoy seguro de que a Joshua le encantará ver esta carita de nuevo —ofreció Luke con una sonrisa que intentaba tranquilizarla.

Recibió un golpe en la cara con un almohadón, lo cual lo hizo reír.

—Los fantasmas no son reales, ¿huh? ¿Cómo explicas eso?

Ante la pregunta del pequeño Carlos, Amelie se incorporó de golpe y cayó en la cuenta de que su intento de molestar a Luke había acabado por delatar su presencia.

—Debe de haber sido el viento.

—Respuesta errónea tía —dijo Reggie levantándose y parándose junto a la ventana—. Explica esto.

Sin más aviso que aquel comenzó a mover sin parar la cortina, golpeándola por todos lados y haciendo que los dos corpóreos en la habitación palidecieran.

—Quizás sea mamá, debe de saber que no he repuesto el papel del baño.

—Tu mamá nunca nos asustaría, esta es la obra de un demonio.

—Hey, eso dolió.

—No te quejes, te lo buscaste —rió Amelie.

—¡Tengo que ponerlo en video!

El anuncio de Carlos le dio a Reggie una idea tan estupida como divertida: tirarse una sábana blanca encima y moverse con ella. Era un clásico de clásicos, pero terminó por asustar tanto a la pobre tía que se llevó a Carlos consigo antes de que tuviera la oportunidad de filmar el acontecimiento.

Se lo escuchó quejarse todo el camino hasta la puerta principal, y la pared que los separaba acalló sus peticiones de regresar para continuar investigando.

—¿Tienes alguna idea de lo que acabas de hacer? —preguntó Alex.

—Acabo de defender a todos los niños que nunca han sido creídos. Soy un superhéroe.

—Si decirte que si va a hacer que te quedes feliz, entonces si, eres un superhéroe Reg —aceptó Amelie y se levantó de su lugar—. Voy a ir al Club de Caleb a buscar a papá y quizás cantar un rato, ¿alguno viene?

 ✓ SECOND CHANCES ━ julie and the phantoms auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora