Magia de vida

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Cuando Harry llegó de su reunión con Reyna encontró a un Edward Cullen jugando una partida de cartas contra su ahijado y Luna.

Una ola de orgullo inundó el pecho al ver que Teddy tenía entre sus ganancias unos cientos de dólares y diez galeones, Harry no se arrepentía de haberle enseñado jugar y contar cartas, pero era aún mejor saber que su ahiajdo era tan inteligente para recordarlo y ponerlo en práctica.

— No puedo creer que le hayas enseñado a jugar. – fue lo primero que dijo Luna en cuanto lo vio. — Tiene siete años Harry.

— El me lo pidió. – fue lo único que contestó el pelinegro antes de acercarse a su ahijado. — Hola cachorro, Cullen.

El pequeño que ahora tenía su cabello castaño y ojos mieles saludó a su padrino con entusiasmo haciendo que su cabello cambiara a un azul eléctrico asombrando al vampiro.

— Cambió de color. – dijo el vampiro asombrado y el pequeño Teddy rodó los ojos.

— Por supuesto que cambió de color, ¿Por qué tendría que estar de uno solo cuando tengo una gran selección de colores? – preguntó cómo si fuera obvio consiguiendo que Harry riera suavemente.

Edward se vio sorprendido de escuchar la risa del pelinegro, era demasiado perfecta e incluso sus ojos brillaban con esa chispa sobrenatural.

— El vampiro no está acostumbrado a ver tu asombro habilidad cachorro, deberías mostrarle que puedes hacer. – dijo Harry despeinando los cabellos azules del infante.

Teddy se acercó al vampiro y ante sus ojos cambió su apariencia a Ian copia exacta del mayor, su cabellos e volvió más revuelto y cobrizo, sus ojos adquirieron el tono dorado y su piel se volvió más pálida, era una versión infantil de Edward vampiro Cullen.

— Mi nombre es Edward Cullen. – dijo Teddy con un timbre demasiado similar al del nombrado antes de regresar a su apariencia normal.

— Has estado practicando. – comentó Luna con una sonrisa. — Estuvo maravilloso cariño.

— Papá Harry me está ayudando a practicar, dijo que mamá era capaz de volverse una copia exacta de papá por más de seis horas antes de ser forzada a cambiar. – dijo el niño con una sonrisa brillante.

Harry sonrió recordando a Tonks volverse Remus y convivir con su tío sin que esté lo supiera hasta que cambio por fatiga mágica, fue uno de los pocos recuerdos que tiene que no le generaban tristeza.

— Nymphadora estaría muy orgullosa Teddy, yo lo estoy. – señaló el pelinegro haciendo que la sonrisa de su ahijado se agrandada aún más. — Ahora muéstrame tus ganancias.

Teddy acaparó la atención completa de Harry en segundos, Luna no se sorprendió de que su amigo ignorara la presencia del vampiro y la suya en cuanto estaba junto a Teddy, esa algo que pasaba de forma natural por lo que la rubia decidía ignorarlo.

Pero no todo podía ser perfecto una urraca familiar hizo que Luna jadeara por la sorpresa, solo había una persona, viva, que tuviera un patronus como ese y era George Weasley.

Harry sintió la felicidad pura que emanaba un patronus y también se sorprendió por la forma, el patronus de George y Fred, un urraca que ahora volaba sola y que no habían visto desde hace seis años.

El ave plateada se detuvo frente a Harry quien rápidamente alzó un hechizo de privacidad en Teddy, no sabía que era lo que decía, pero era mejor que no lo supiera por el momento.

Fui atacado frente a mi tienda, no hay ningún rasguño, Hermione y Ron hicieron su movimiento, te buscan de forma activa. Las lechuzas no son seguras, ten cuidado Harry tal vez vayan por Neville, los Malfoy o Andrómeda.

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