Un nuevo amanecer despierta a Amelia Ledesma, una morena cuyos rizos y curvas no pasan desapercibidos allá por donde pasan.
Las sábanas envuelven el cuerpo de la joven aspirante a actriz. En este momento Amelia lo único que quiere es seguir durmiendo y que el mundo siga girando. Suena el despertador. Ahora sí que sí se tiene que poner a funcionar si quiere triunfar porque los sueños no se cumplen quedándose en la cama. Amelia un tanto perezosa decide levantarse e ir directamente hacia la ducha. Abre el grifo y cuando comprueba que el agua está a su gusto va metiendo poco a poco su cuerpo. El agua comienza a caer sobre su cuerpo desnudo hasta conseguir que la morena se relaje. Amelia se percata de que ya son más de las 9 y debe prepararse para una prueba de una película y lo que le faltaba era llegar tarde. Sale de la ducha y se envuelve en una toalla. Sale del baño y se dirige a la cocina para desayunar algo rápido. Calienta el café y se prepara mientras unas tostadas. Mientras se hacen revisa su móvil para hacer tiempo y una vez listo el desayuno lo devora en cuestión de pocos minutos.
Empieza a moverse deprisa camino a su cuarto para vestirse y arreglarse para la prueba. Abre el armario y entre toda su ropa, escasa pero de lo más variada, elige un vestido rojo y unos zapatos de tacón del mismo color. Ya vestida vuelve al baño para maquillarse y ponerse el pelo bien. No se maquilla demasiado ya que siempre ha sido muy sencilla y demasiado guapa como para adornar su bello rostro con simples pinturas que no están a la altura de la belleza de Amelia. Cuando ya está lista para salir coge su bolso y mete en el lo básico, móvil, llaves, su botella de agua y el guión para poder repasar texto de camino a la prueba. A pesar de saberse muy bien cada frase, cada acción, no puede evitar ponerse nerviosa según va llegando el momento de demostrar de lo que es capaz.
Llega al lugar indicado por el director de casting y entra ya que la nave se encuentra abierta.
- Hola... - Se atreve a decir un poco sin saber que hacer o decir - ¿Hay alguien? - De repente sale un hombre alto y fuerte y atiende a Amelia - Disculpe, usted debe de ser Amelia Ledesma, ¿verdad?
- Si, esa soy yo
- Pues acompáñeme por favor - El hombre del que Amelia no sabe ni el nombre le indica por donde llegar hasta su despacho - Aquí es, entre - cierra la puerta tras de sí y sin que ella se de cuenta echa la llave y la guarda en el bolsillo. No deja de mirarla de arriba a abajo y de abajo a arriba. Se acerca a ella y ella no puede evitar sobresaltarse al notar al director detrás de ella. - Perdón si la he asustado. Desde luego no era esa mi intención. Que tal si vamos con la prueba - El hombre va despacio camino de sentarse en su silla y sin parar de mirar el cuerpo de Amelia.Cuando apenas comienza a recitar su texto, Amelia nota la atenta mirada del señor director lo que la hace sentirse muy incómoda y eso le provoca que se equivoque una y otra vez.
- Perdón... No se que me pasa... Estoy un poco nerviosa, déjeme intentarlo de nuevo, le prometo que lo haré mucho mejor. - Dice esto sin mirar a los ojos al caballero que está con ella en esa pequeña habitación. - No te preocupes Amelia, no hará falta que lo repitas. Me has gustado y te veo en el papel ¿Puedes venir mañana a la noche a esta otra dirección? - Le da una tarjeta con el nombre y la dirección “Gabriel de la vega, director. Plaza de los frutos, hotel La Estrella.” - Pues muchas gracias señor De La Vega, es usted muy amable. Hasta mañana. - Se despiden con un apretón de manos y Amelia se dirige hacia la puerta pero esta no sé abre. El señor de la vega camina hasta ponerse a su lado y saca la llave haciendo rozar su mano con la de Amelia, cosa que incomodó aún más a la futura actriz. Una vez fuera camina lo más rápido posible hasta salir de aquella nave. Siente una mezcla de ilusión y de miedo. Ilusión porque es su primera oportunidad y miedo porque en algunos momentos se sentía incómoda pero serían los nervios pensó.
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#Luimelia - Naranjas enteras
Fanfictiona veces nos empeñamos en buscar nuestra media naranja cuando realmente somos naranjas enteras, con nuestras cosas,si, pero enteras. Año 2020. Luisita trabaja como dependienta en una tienda de ropa en Madrid con una vida un tanto monótona hasta que...