capitulo 10 - El día perfecto ( Parte 2 )

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Amelia regresó al salón con una bandeja y un café para cada una. Ambas se contaron el día y Amelia se sorprendió ante la noticia de que la rubia acababa de dejar su trabajo. Ahora entendía lo de aquella caja, eran sus pertenencias. Lo que no lograba entender era el porque no las había llevado directamente a su casa y había ido hasta allí con ella.

- ¿ Y porque has venido hasta aquí con la caja?

- Porque ese es el favor que necesito que me hagas durante unos días - Amelia cada vez entendía menos lo que estaba pasando pero se interesó por lo que Luisita tenía que decirle.

- Pues tú dirás Luisita

- A ver... Mis padres no saben que hoy he dejado el trabajo y si me ven llegar a casa con la caja pues empezarán a preguntar, y lo último que quiero es tener que dar explicaciones. No quiero que me reprochen el no durar nada en cada cosa nueva en la que me embarco pero es que no hay nada que me motive lo suficiente... - Bajó su mirada y pensó para sí misma que si había algo que la motivaba, y era aquella morena que estaba sentada frente a ella con la sonrisa más limpia y bonita con la que se había encontrado. - En fin, lo que te quería pedir es si puedes guardarme la caja unos días, al menos hasta que hable con mis padres o encuentre mi vocación. - Su voz sonaba cansada, cansada de no encontrar un trabajo que la llenase plenamente y no sentirse lo suficientemente valorada por su familia como lo estaban sus hermanas mayores. Siempre se había comparado con ellas y siempre se lo guardaba para ella.

- Pues claro que puedes Luisita, además a mí no me molestarán ya que me voy fuera por un tiempo y de eso te quería hablar - Luisita trató de disimular la pena que la provocaba el tener que estar lejos de Amelia pero igual así lo habría escrito el destino.

- ¿Y eso? ¿A donde te vas? - Luisita comenzó a embalarse sin dejar de preguntar y sin darle opción a Amelia de responder a alguna de sus preguntas.

- Respira mujer. Verás, es que me ha salido un posible trabajo... Además necesito un cambio de aires después de lo que me pasó con ese hombre... - La sonrisa de Amelia había desaparecido al recordar tan desagradable situación pero se recompuso y continuó hablando de su posible trabajo a Luisita. - Pero ahora toca mirar al futuro y a lo mejor en un tiempo, no sé cuánto, hace que le pierda el miedo a esta ciudad. - En su mirada se notaba la tristeza que la invadía por tener que irse fuera.

- Amelia, se que nos conocemos desde hace poco pero puedo intuir que no eres de las que huyen, que te enfrentas a los problemas a la cara y que nada te doblega. Pero si es lo que crees que es mejor para ti... Es tu decisión y yo no soy quien para decirte que hagas lo contrario - A cada palabra que iba diciendo Luisita, el nudo en su garganta era cada vez más grande así que se acercó a Amelia y le dio un abrazo de los que dejan huella y decidió irse.

Luisita estaba ya en la puerta cuando se percató de que había una pequeña carta y se la entregó a Amelia casi sin mirarla pues hacerlo le producía dolor, y más sabiendo que sus caminos pronto se separarían... Pero no de la forma en que ella pensaba.

Luisita volvió hacia la puerta y se fue cerrando tras de sí la puerta con mucho cuidado.

Mientras tanto Amelia se preguntaba quien habría dejado esa carta allí a esas horas en vez de en el buzón, que sería lo lógico. Terminó abriendo el pequeño sobre y sus ojos y su boca se abrieron cuando leyó lo que aquella nota decía:

"Has jugado con fuego morena. Ahora, me toca a mí."

Pocas palabras bastaban para hacer que Amelia se echara a temblar y empezase a llorar sin consuelo en ese mismo instante. Sentía un miedo arroz a lo que el encargado de escribir aquella nota pudiera hacer. Al cabo de un rato se dió cuenta de que solo podía tratarse de una persona, Gabriel de la vega. Sólo el era capaz de meterle el miedo de la forma que viera necesaria. Lo que Amelia desconocía es que la amenaza no la ponía en peligro solo a ella, con lo que tendría que pensarse muy bien lo de su viaje fuera de Madrid.

#Luimelia - Naranjas enterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora