Cuarentena // Zhong Chenle

16

Jisung, quien deanvulaba por los pasillos aburrido, alza la vista del suelo encontrándose a seis metros a una chica de pelo rizado, muy abultado, castaño y con gafas, riendo con su mejor amiga.

Sonríe y se acerca. -Hola... -saluda tímido, llamando la atención del dúo.

-Hola, Jisung. -habla Young Mi. -Oh, te presento a Hee Young, mi mejor amiga. -la nombrada inclina un poco la cabeza y el castaño hace lo mismo.

-Encantada. -habla la castaña de media melena y flequillo largo, con raya al lado derecho.

Jisung y Hee Young ya se conocían de haber estado en la misma clase de inglés juntos, pero al no haber intercambiado palabras, era como si no se conocieran de nada y no veían la razón de decírselo a Young Mi, por lo que dejaron que les presentara.

-Bueno tengo que irme un momento, en unos minutos vuelvo. -se despide Hee Young y guiña el ojo a su mejor amiga, para después desaparecer por el pasillo.

-Y qué tal has estado? -pregunta Young Mi, tímida.

-Bien y tú?

-Normal... -responde incómoda. Nunca habían hablado en persona, se habían conocido en cuarentena por lo que se les hacia raro verse en persona.

-Después de las dos horas de recoger los libros estas ocupada? -pregunta él, mirando con atención la mezcla de gris, azul y marrón de sus ojos.

La castaña se para a pensar varios segundos y niega. -Por, qué quieres hacer? -pregunta curiosa.

-Podríamos dar una vuelta. Sé que vernos en persona en vez de en un pantalla se nos hace raro, pero es que quisiera tenernos la misma confianza en persona. -responde sonrojado.

-Tienes razón, pienso lo mismo.

-Genial. Entonces en la entrada después de clase? -pregunta Jisung con una emocionada sonrisa detrás de la mascarilla.

-Ahí estaré. -toca el timbre y se aleja.

Su mejor amigo aparece de la nada mirándole raro, se preguntaba porqué estaría Jisung dando saltitos emocionado. Después, cayó en que había hablado con su nueva amiga.

-Qué ha pasado? -pregunta curioso.

-Después de clase vamos a tener una cita.

-Una cita? -pregunta sorprendido.

-Bueno, en realidad ella no lo sabe, pero sí, jeje. -rasca su nuca avergonzado, Chenle ríe. -Espero que no te moleste ya sabes, el año pasado íbamos siempre juntos camino a nuestras casas. -el chino niega.

-Por mí está bien, me iré con Ashley.

...

Ambos adolescentes se encontraban frente a una tienda de chuches, era el momento de Jisung para invitar a su amiga a un par de galletas con caricaturas, esas de las que la castaña no apartaba la vista.

-Cuántas quieres, puedo invitarte. -la castaña pega un pequeño salto del susto y niega.

-No hace falta, Jisungie, tengo suficiente dinero a mano. -saca de el pequeño bolsillo de su mochila, un monedero.

-Oh, ya veo... -aparta la mirada avergonzado.

-Y tú?

-Eh? -la mira confundido.

-Quieres galletas?

-Eh, sí, vale. Pero yo también tengo dinero...

Saca todas las monedas del bolsillo de su pantalón. Veinte centimos. Cómo esperan invitar a Young Mi no veinte centimos?

Después de maldecirse a sí mismo internamente, Young Mi ríe.

-Venga, no seas tímido. -vuelve a reír
-Yo te invito. -él sube la mirada y mira a la castaña sorprendido.

Quien le hubiera dicho a Jisung hace meses, que acabaría gustando de una chica loca que no hubiera sabido de su existencia si no fuera por Jaemin.
Young Mi era completamente diferente a su exnovia.
Ambas chicas era tiernas y dulces, pero aparte de eso, eran totalmente diferentes. Mientras que Heejin mantenía su distancia y Jisung era siempre el que andaba tras ella, Young Mi le hablaba mucho de cualquier cosa y no le preocupaba qué pensaran sobre que anduvieron con él, se preocupaba más por no aburrirle, lo que a Jisung le parecía curioso.

Heejin y él habían tenido una bonita relación, nadie y menos ellos lo negarian. Pero después de tantos años, se empezaba a notar la diferencia de intereses en la relación. Mientras Heejin intentaba huir constantemente de Jisung, este le intentaba dar todo el espacio que pudiera para después sentirse culpable. Pero él no era culpable de nada, esa relación llegó lejos pero tenía final. No uno feliz ni uno triste, un final normal, hasta podría llamarse comienzo.

Durante todos esos años de relación, ambos se habían perdido de mucho, llevaban desde tan jóvenes juntos, que hasta sus padres habían pensado en que acabarían casados en un futuro.
Aquél día, cuando quedó con Young Mi, sintió una inmensa felicidad. Era libre, no tenía que sentirse mal por los distanciamientos de nadie, no tenía que avisar de que saldría a la calle con tal persona ni tenía que asegurarse de verse perfecto delante de nadie.
Con Young Mi podía ser él mismo y sentirse bien, ser feliz, reírse por tonterías y hablar sobre cualquier chorrada.

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