Capítulo 3

1.4K 131 9
                                    


Hola Hola mis bellos y sensuales querubines... Veo que te quedaron gustando mis consejos eh... Supondré que es eso y no que vienes a reírte de mis tropiezos... Aún sigue en pie mi amenaza sobre llenar tú casa de basura eh... Solo es una advertencia :)

Si soy sincero, el tercer mes fue uno de mis favoritos, a pesar de los constantes antojos de Mc. ¿Quieren saber el porqué? Jeje ¡Adelante, estudio!

Hack número 3: Los antojos son ley, deben cumplirse aunque sean...Exóticos.

Estábamos en el primer trimestre de nuestro embarazo, la pancita de Mc comenzaba a tener un leve abultamiento, y el bebé medía lo mismo que una manzana. Comenzaba a ser visible su forma humana y el latido de su corazón nos emocionaba a mi esposa y a mí. Contaba los días para el cuarto mes, puesto que ahí sería posible conocer el sexo de nuestro bebé.

Sonreí en solo pensar aquello, todos decían que el género les daba igual, pero sinceramente yo me inclinaba más por una niña. Una princesita igual que su madre, aunque si salía niño le querría con toda mi alma igualmente, puesto que era fruto de mi amor hacía Mc.

Aquel día había decidido levantarme más temprano y preparar el desayuno, después de todo quería hacer algo para consentir a mi esposa. Así que decididamente planeaba hacer un omelette, Yoosung había dejado anotada la receta en el chat hace un par de días, me había ayudado sin saber...Y era que, a pesar de tener unos cuantos meses, nadie más aparte de nosotros (Y ahora ustedes) sabían del embarazo, probablemente se lo anunciaremos más adelante, aunque por mi parte quería gritar a los cuatro vientos que tendría una familia propia.

Mis ojos se aguaron ante este pensamiento y mi corazón pegó un brinco de alegría, hace unos años atrás solo era un sueño esto, hace unos años atrás una atractiva muchacha había aparecido en mi vida y la de la RFA para cambiar todo. Siempre agradecía la existencia de MC en mi vida, sin ella no podría haber vuelto a ver a mi hermano, ni siquiera sé si seguiría vivo, tenía esa tendencia a ser un chico malo pero ella había sido (por muy cliché que suene) aquella persona que había provocado un cambio en mí.

Seguí batiendo los huevos mientras los demás ingredientes chispeaban en la sartén, un delicioso aroma comenzó a emanar y sonríe satisfecho.

- ¿Amor? - desde atrás oí la voz femenina, haciendo que me volteara rápidamente.- ¿Estás haciendo el desayuno?

- ¡Buenos días hermosa!- Corrí hasta ella abrazándola y luego me puse en cuclillas para poder saludar a su pancita, acariciándola.- Así es, quiero que hoy coman algo hecho por papá.

- Oww...- Acarició mi pelo suavemente.- Bueno...

- ¿Ocurre algo?

Me puse de pie nuevamente mirándola directo a sus ojos, ella bajó la mirada moviendo nerviosamente sus manos con una sonrisa avergonzada.

- Hey - Tome su cara entre mis manos.- ¿Te sientes mal?

Preocupado la observé negar, solté un suspiro de alivio.

- ¿Entonces?- Se inclinó hasta posicionarse en mi pecho, abrazando mi cuerpo contra el suyo.-

- Agradezco que hayas preparado el desayuno, de verdad.- Comencé a acariciar su pelo suavemente.- Pero...Ahora mismo se me antoja otra cosa.

Alce las cejas comprendiendo todo, sonreí besando su nuca. Los antojos eran normales, había leído un par de libros que mencionan esto.

- ¿Qué quiere comer nuestro bebé? - Separe levemente mi cuerpo para observar el rostro de mi esposa.- Papá hará lo que sea para que esté feliz.

- Bueno...- Sonrió alzando su rostro.- No diría que es el bebé quien tiene el antojo.- Se hizo un silencio entre ambos.- Soy yo quien tiene ganas de algo.

Reí enternecido, tomando su mano izquierda donde en el dedo anular estaba nuestro anillo de matrimonio, entrelace sus dedos con los míos.

- ¿Qué se le ofrece señora Choi?

- Tengo ganas de un Saeyoung.- Mi cara se coloreó, la impresión fue tanto que me atragante con saliva.- Que sea un plato para servirse inmediatamente.

Se abalanzó hasta mis labios presionandolos con insistencia, una desesperación ardiente. Cerré los ojos sucumbiendo ante su pedido, pasando mis manos por su espalda hasta bajar a su trasero donde apreté levemente para luego tomarla en brazos, ella envolvió sus piernas en mi cintura y continuamos besándonos con pasión, apretando nuestros cuerpos en ciertas zonas. Gemidos comenzaron a salir de su boca, realmente debía de estar excitada, y no era la única.

En un momento un olor a quemado llegó hasta mis fosas nasales, abrí mis ojos y observé cómo MC luchaba contra mi pantalón, no sé en qué momento habíamos llegado hasta una pared cercana, y estaba ella arrinconada, la zona baja de mi estómago pareció arder con esta imagen. Pero aún así traté de alejarme puesto que la comida se estaba quemando.

- ¿Qué haces? - La voz de MC se escuchó agitada y con sus manos me atrajo a ella, haciendo chocar nuestras pelvis, gimiendo ambos en el proceso.-

- Debo ir a apagar la cocina.- Un beso interrumpió mi explicación.-

- Eso no importa.- Mordió mi labio inferior con ferocidad.

Ella quizás creía que para mí era fácil resistirme ante esto, pero estaba alejada de la realidad, tenía unas ganas inmensas de poseerla, pero esto no me haría quemar toda la casa.

- Amor.- me separé levemente de su boca, la cual estaba roja.- Necesito apagar la cocina.

Un gruñido fue su respuesta, atrajo una de mis manos hasta su pecho que iba sin sujetador, un jadeó salió de mis labios.

- Demonios MC, solo será un momento.

Ella rápidamente quitó su agarré y me empujó hacia atrás, separándose bruscamente, abatido enfoque mi vista en su sonrojada cara.

- Más te vale ser rápido.- Se acercó a mi rostro y me beso lánguidamente, arrasando con todo a su paso. Se separó hasta llegar a mi oído.- Quiero comerte Sayeoung.- Mordió mi lóbulo hasta finalmente alejarse en dirección al sofá.-

Rápidamente fui corriendo a la cocina apagándola y mirando algo decepcionado como todo se había quemado, quedando probablemente con gusto a ahumado. Moví mi cabeza en todas direcciones viendo que tenía algo más importante que atender, además de eso mi pantalón estaba comenzando a molestar.

Dos horas después...

- Amor...- La castaña hacia círculos en mi desnudo pecho con ayuda de su dedo índice.-

- ¿Sí?

- Tengo hambre.

Sin esperar más me volteé quedando sobre ella, preparado para quitarle el apetito.

- ¡Eso no! - Golpeó mi trasero divertida- Nuestro hijo quiere comida.

- Ohh...- Me aparté sonrojado-.

- Quizás algo de omelette.

- Se quemó.- Triste miré al piso donde estaban esparcidas nuestras ropas.-

- Ohh..- Dejó aquello en el aire.- Siempre puedes hacer más, nosotros te esperamos.

Me sentí feliz comenzando a pararme de la cama para recoger mis calzoncillos.

- Luego de eso...- La miré de lado poniéndome la playera.- Quizás mamá quiera repetir el platillo de entrada.

Coqueta me sonrió a lo que yo reí sonrojado, y asentí, para finalmente depositar un beso en sus labios e irme camino a la cocina.

Podría acostumbrarme a este tipo de antojos.

------------------------------------------------------

Jeje, bueno...Este consejo es más bien un anécdota candente. Pero vamos, los embarazos son así, con más hormonas por aquí y por allá solo queda cumplir con los caprichos (TODOS) de las embarazadas... Aunque si les soy sincero este fue uno de los mejores ¿Por qué? Bueno, más adelante sabrán.

Nos vemos en el próximo Hack mis gatitos!

Se despide Atte: Papi Seven.

10 Hacks Para Sobrevivir A Un Embarazo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora