Capítulo 9

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   Lo que más temía Filch desde que se dio cuenta dónde habían ido a parar con Neville Longbottom, se disparó automáticamente en ese mismo momento…

   Inmediatamente dejaron de escuchar la voz de Voldemort, se vieron inundados de luz, como si un gran incendio se hubiera producido en la pequeña cámara. Y el calor, que comenzaba a sentirse sólo lo hacía aun peor.

   Entonces fue que el viejo squib, dándose cuenta que la única alternativa que tenían de salir de allí acababa de perderse ahora que Tom había arrastrado consigo fuera de la habitación a Luna Lovegood, decidió ponerse inmediatamente a buscar el resorte de la puerta que les permitiría salir de allí antes de que todo se tornara realmente insoportable.

   Neville, por otro lado, iba y venía sin ningún rumbo, precipitándose hacia un espacio inexistente, creyendo ver un pasillo que se abría de la nada, y golpeándose la frente, pocos pasos después, con el mismo reflejo de su ilusión. El suplicio siempre surtía efecto inmediato en aquellas personas que no pensaban claramente por estar moviéndose más por instinto. Lo que sucedía en el caso de Neville, que lo único que tenía en la cabeza en ese momento era salvar a Luna de las garras de Voldemort, perdiendo de vista y dejándose envolver en los trucos que el mago oscuro colocó allí justamente para confundirlo y hacerle perder el tiempo hasta definitivamente sucumbir.

-Estamos en una cámara pequeña –le dijo Filch, con una paciencia que, en realidad, no tenía mientras le hacía tocar con el dedo los espejos –Eso es lo que debemos repetirnos constantemente… Y saldremos de esta cámara cuando encontremos la puerta –agregó poniéndose a trabajar, eligiendo un panel de espejos para tantear sobre él, buscando el punto débil sobre el que había que apretar para hacer girar las puertas.

   Neville se quedó unos segundos contemplándole, hasta que al fin, ignorando el camino que se abría a su lado y parecía estar llamándolo tentadoramente a transitarlo, se dispuso a trabajar en un panel inmediato, repitiendo los tanteos y movimientos de Filch.

   Ya llevaban trabajando en silencio desde, lo que creían, eran unas seis horas, y no parecía que estuvieran avanzando nada. Los espejos irradiaban un calor infernal que les hacía detenerse cada pocos minutos, y las ilusiones se empezaban a tornar cada vez más reales.

-Lo que me consuela es que Voldemort le ha dado tiempo a Luna para decidir qué hacer. Así que si no podemos salir de aquí y salvarla, la misa de difuntos que cantaran cuando ella diga que no podrá servir para nosotros también.

   La voz de Neville sonó de una manera risueña, como si estuviera intentando contener la risa. Filch se giró a mirarlo, encontrándose con que el muchacho se había dejado caer en el suelo; tenía la mirada perdida en un panel de espejos frente a él, como si estuviera viendo algo que no le dejaba apartar la vista, mientras empezaba a quitarse parte del disfraz de dominó que aun llevaba puesto.

    Había empezado a perderse en los suplicios.

-Estamos en una cámara de espejos, Longbottom –gruñó Filch, esta vez ya sin paciencia alguna, acercándose al muchacho para sacudirlo de sus alucinaciones –Sólo una cámara de espejos que nos separa de Luna. Piensa en eso.

   Cuando Filch se volvió para continuar trabajando en el panel, se dio cuenta de la tontería que había cometido al alejarse. La confusión de lo ilusorio no le dejaba saber con seguridad cuál era su espejo. Ahora se vería obligado a volver a empezar… al azar…

   Filch no pudo evitar un gruñido de frustración.

-¡Luna!… ¿Por qué huyes de mí? ¿Acaso no me quieres? –Neville volvió a ponerse de pie, un par de horas después, desesperado, mirando un punto en particular – ¡Luna, detente! Mira, estoy agotado… ¡Luna!… ¡Voy a morir  lejos de ti! –Se precipitó hacia adelante… dando la frente contra uno de los espejos. Y ese golpe, a diferencia de las palabras de Filch, pareció despertarlo al fin de su delirio.

ÁNGEL DE MÚSICA (Luna - Voldemort)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora