6

55 5 0
                                    

¿Valía la pena saltarte la última clase para ir por una estúpida playera? No

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Valía la pena saltarte la última clase para ir por una estúpida playera? No. Claro que no.

¿Me graduaria con honores como Clara? Tampoco. Pero en fin, cómo diría mi abuela "lo bailado quien te lo quita".

Y aquí estaba yo: saltandome la última clase, teniendo que pedirle su auto prestado a Darío y llendo a buscar a una chica que conozco de hace casi una semana con el pretexto de recuperar mi playera favorita.

Díganme tonto. Me lo merezco.

— ¡Eso tigre! Ve por ella. —  eso dijo Darío cuando le pedí que me prestara su auto. Ni siquiera le dije para que lo quería pero el lo imagino. Y antes de que me diera las llaves me recordó — ¿Ahora vez por qué necesitas un auto propio? Las nenas Tris, las nenas.

Por supuesto que Sol le estampó su sandwich en la cara después de que pronunció "nenas", pero por primera vez tenía razón. Necesitaba mi auto.

¡Adiós orgullo! Hola papá.

Camine muy deprisa al ver la hora en mi reloj de muñeca: 3:10. Esperaba que Alina no tuviera problema con esperarme diez minutos, es decir que no se hubiera ido.

Justo antes de llegar al pasillo principal oí a dos personas teniendo una acalorada conversación, no podía distinguir lo que decían pero por sus tonos se escuchaban enojados. No quería interrumpir pero debía hacerlo o no  llegaría a tiempo con Alina. 

Di la vuelta como si nada y al momento me detuve. Las dos personas que tenían una fuerte discusión eran Alina y Joshua.
¿Debía seguir avanzando? La última vez que estuvieron así casi la mata.

Solo de recordar ese momento en el que entre en la habitación y lo vi estrangulandola la ira comenzó a quemar en mi interior.

No creía que se atreviera a tocarla aquí adentro así que tuve que contenerme para no arrojarme sobre él. Me prometí que no volvería golpear a alguien así, aunque se lo mereciera, ya no podía ganarme problemas gratis.

No se habían dado cuenta de que era un espectador de su discusión ya que Joshua estaba de espaladas a mi y con su cuerpo de gorila tapaba a Alina de mi visión, pero no hacía falta verla estaba seguro que esa voz inconfundible le pertenecía a ella.

— ¿Y tu crees que con eso ya ganaste? — se río el.

— Sí, lo hice, tengo pruebas suficientes para denunciarte. — lo amenazó. 

¿Denunciarlo? ¿Le había echo algo más en la fiesta? De solo imaginar lo que ese idiota le pudo hacer antes de que yo llegara hizo que  mi sangre hirviera cada vez más, casi podía sentir como el corazón estaba a punto de salirse de mi pecho.

— ¿A sí? Y qué crees que va a suceder ¿Ah? — Alina no respondió — Yo trueno los dedos y así… — hizo un chasquido dándole énfasis a lo que decía — mis contactos me limpian de toda la basura que inventas. 

EL CHICO SOÑADO  💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora