Tras debatirlo y meditarlo con detenimiento, Makarov Dreyar llega a una conclusión: tanto los miembros del gremio como él necesitan unas vacaciones.
Isyer, una conocida estancia vacacional que cuenta con todo tipo de lujos, será su destino. Sin emba...
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« 𝐏𝐑𝐎𝐋𝐎𝐆𝐔𝐄 »
Makarov sintió su eterna paciencia disiparse de golpe al comprobar que, tal como había especulado en un primer momento, los adorados magos que componían su gremio parecían indispuestos a dejar su trivial pelea de lado para, por una vez en su maldita vida, prestarle atención.
Llevaba un buen tiempo replanteándose una idea un tanto disparatada; el creciente papeleo, los continuos destrozos -por parte del equipo de Natsu, sobre todo-, las tediosas reuniones con los incompetentes miembros del Consejo Mágico... Todo ello (y muchas más razones que no enumeraría debido a que jamás finalizaría) había provocado que sus niveles de estrés se dispararan hasta alcanzar horizontes inimaginables. Estaba convencido de que terminaría colapsando.
Y todavía le quedaban muchos años de vida.
—¡SILENCIO! —su tajante orden gravitó por el edificio y los jóvenes, y no tan jóvenes, quedaron estáticos y en completo silencio. Makarov carraspeó, más calmado—. Como ya sabréis, debo comunicaros una noticia bastante importante —rememoró la causa de la improvisada reunión—. Ha sido una decisión complicada, es más, he pasado varios días sin poder dorm...
—¡Pero dilo ya, viejo! —interceptó Natsu, sentado sobre una de las tantas mesas de madera que adornaban la sala y los codos apoyados sobre sus extremidades inferiores, que estaban entrecruzadas.
Un resoplido inundó el lugar y, seguidamente, un potente puñetazo de Erza que derribó al de hebras rosadas fácilmente. Algunos de los presentes sintieron cierta pena por Natsu, sin embargo, preferían que lo golpeasen a él a ser ellos los perjudicados.
—Como iba diciendo —le brindó una suave mirada a Titania a modo de agradecimiento—. ¡Nos vamos de vacaciones! —vociferó, alternando su repentina sonrisa con una tétrica expresión—. Mañana a las seis de la mañana. Será un viaje largo y no esperaremos a nadie —zanjó.
La emoción de los magos se disipó rápidamente ante la advertencia del maestro. Makarov era bien conocido por su amabilidad, no obstante, eso no quitaba el hecho de que fuera un demonio cuando se enfadaba. Sin perder un mísero segundo, pusieron rumbo a sus respectivos hogares para hacer las maletas y preparar con antelación todo lo necesario.
Makarov orientó su mirada al cielo y suspiró con pesadez.
—Primera, dame fuerzas...
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